aumenta uso de cupón de alimentos
Desaparecen los empleos y aumentan los precios y el uso de cupones de alimentos.
[Erik Eckholm] Provocada por una penosa mezcla de despidos y el aumento de los precios de los alimentos y el combustible, el número de estadounidenses que reciben cupones de alimentos se cree que alcanzará 28 millones el próximo año, el nivel más alto desde que empezara el programa de ayuda en los años sesenta.
La cantidad de receptores -que deben bordear el ingreso cercano a la pobreza para acceder a beneficios de un promedio de cien dólares al mes por miembro de la familia- ha fluctuado en el tiempo según las vicisitudes económicas, requisitos, campañas de inscripción y desastres naturales como el huracán Katrina, que produjo un repentino aumento en el Sur.
Pero según funcionarios y expertos, los crecientes aumentos en muchos estados parecen ser el resultado principalmente de la desaceleración económica tanto como de la inflación en los precios de productos básicos que ponen en aprietos a muchas familias. Citando el crecimiento esperado del desempleo, la Oficina de Presupuestos del Congreso proyectó este mes un aumento sostenido del número mensual de receptores para el próximo año fiscal, a partir del 1 de octubre de 2008, de 27.8 millones en 2008 y 26.5 millones en 2007, a 28 millones.
El porcentaje de estadounidenses que reciben cupones de alimentos subió con la recesión de los años noventa, pero se espera que las cifras reales sean más altas este año.
Se proyecta que los costos federales aumentarán de 34 billones de dólares este año, a 36 billones en el año fiscal 2009.
"La gente pide cupones de alimentación cuando pierden sus trabajos, o sus salarios descienden porque trabajan menos horas", dice Stacy Dean, director de la sección de políticas para la entrega de cupones de alimento del Centro de Presupuesto y Medidas Prioritarias, de Washington, que observó que en diciembre pasado catorce estados alcanzaron cifras sin precedentes.
Un ejemplo es Michigan, donde ahora uno de cada ocho habitantes recibe cupones de alimento. "Desde 2000, nuestro trabajo se ha más que duplicado y ahora hemos alcanzado un récord", dijo Maureen Sorbet, portavoz del Departamento de Servicios Humanos de Michigan.
El aumento en receptores de cupones de alimento allá ha sido implacable, durante repuntes y recesiones, reflejando una constante pérdida de empleos industriales que ha empujado a los receptores de cupones de alimentos a nuevas alturas en Ohio e Illinois.
"Hemos tenido pobreza durante un buen tiempo", dijo Sorbet. Agregó que también contribuye al aumento que Michigan, como otros muchos estados, ha informado a trabajadores peor pagados de esta posibilidad, y el cambio de los cupones a tarjetas de débito electrónicas ha reducido el estigma.
Algunos estados han tenido aumentos más recientes. De diciembre de 2006 a diciembre de 2007, en más que cuarenta estados subió el número de receptores, y en varios -Arizona, Florida, Maryland, Nevada, North Dakota y Rhode Island- el crecimiento anual fue de diez por ciento o más.
En Rhode Island el número de receptores subió en un dieciocho por ciento en los últimos dos años, a más de 84 mil en febrero, es decir, un 8.4 por ciento de la población. Este es el total más alto en los últimos doce años o más, dijo Bob McDonough, el administrador del estado de los servicios de familia y adultos, y refleja al mismo tiempo una fuerte campaña de inscripción y el aumento del desempleo.
En Nueva York, un programa para fomentar la inscripción ya había aumentado las nóminas de los cupones de alimentos antes en la década, pero el aumento actual en solicitudes parece reflejar en parte las penurias económicas, dijo Michael Hayes, portavoz de la Oficina de Asistencia Temporal y Asistencia para Incapacitados. Los 67mil clientes adicionales agregados entre julio de 2977 y enero de este años llevó el total de receptores a 1.86 millones, o uno de cada diez neoyorquinos.
Expertos en nutrición y pobreza elogian a los cupones de alimento como una vital red de seguridad que ayudó a eliminar la grave malnutrición vista en el país incluso hasta los años sesenta. Pero también expresan su preocupación por lo que llamaron un erosión gradual de sus valores.
Los cupones de alimentos son parte de un programa de derechos en el que el Congreso define las recomendaciones sobre los requisitos de obtención y el gobierno federal pagan los subsidios mientras los estados pagan la mayor parte de los costos de administración.
Las condiciones para recibirlo son determinadas por una fórmula compleja, pero básicamente los receptores deben tener pocos recursos y el ingreso debe estar debajo del 130 por ciento de la línea de la pobreza, o menos de 27.560 dólares para una familia de cuatro.
Como parte de la población nacional, el uso de los cupones de alimentos alcanzó su récord en 1994, después de varios años de pobre crecimiento económico, con un promedio de 27.5 millones de receptores por mes de un total más bajo de habitantes. Las cifras volvieron a dispararse en los años noventa, cuando creció la economía y los inmigrantes legales mientras otros fueron excluidos.
Pero el acceso de inmigrantes legales se ha restablecido y, en la década actual, los gobiernos federal y de estado han recurrido a campañas publicitarias y otras estrategias para informar a la gente sobre las condiciones y a menudo han simplificado los procedimientos de solicitud.
Debido a que gastan la mayor parte de sus ingresos en necesidades básicas como la alimentación y el combustible, los estadounidenses de bajos ingresos han sido golpeados duramente por los desenfrenados costos de la gasolina y la calefacción, y los aumentos en los precios de mercaderías básicas, como la leche, los huevos y el pan.
Al mismo tiempo, el ingreso de la familia promedio en el quintil inferior de la población se ha estancado o descendido en los últimos años a niveles cercanos a los 15.500 dólares, dijo Jared Bernstein, economista del Instituto de Políticas Económicas en Washington.
Los niveles de subsidio, que pueden llegar a varios cientos de dólares para familias con varios hijos, son reajustados todos los años en junio, de acuerdo al precio de ‘plan de alimentos económico' básico, según es calculado por el Departamento de Agricultura. Debido a que los precios de los alimentos han aumentado en un cinco por ciento este año, los niveles de subsidios aumentarán similarmente en junio -meses después del aumento en los costos para los consumidores.
Sus partidarios se preocupan por el reducido, pero firme descenso en los subsidios reales desde 1996, cuando la ‘deducción corriente' para los costos de vida, que se resta del ingreso familiar para determinar la elegibilidad y los niveles de subsidios, fue congelada. Si esa deducción hubiese continuado aumentando con la inflación, una madre promedio con dos niños recibiría diecisiete dólares al mes, de acuerdo a la organización privada Centro de Presupuesto y Medidas Prioritarias.
Las dos cámaras del Congreso han aprobado leyes que indexarían la deducción a los costos de vida, pero las medidas forman parte de proyectos agrícolas más amplios que no es probable que sean aprobados este años debido a desacuerdos con la Casa Blanca sobre la política agraria.
Otro importante programa de nutrición federal conocido como WIC -por mujeres, bebes y niños- está pasando dificultades debido a los altos precios de la leche y el queso, y la creciente inscripción.
El programa para familias con ingresos no superiores al 185 por ciento del nivel de pobreza federal, entrega alimento sano y asesoría sobre nutrición a 8.5 millones de mujeres embarazadas, y niños hasta los cuatro años. La WIC no es un derecho, como los cupones de alimentos, y para el año fiscal que empieza en octubre, el Congreso deberá aprobar un fuerte aumento de su presupuesto actual de seis billones de dólares si los estados quieren evitar listas de espera para madres y bebés en situación de ayuda.
La cantidad de receptores -que deben bordear el ingreso cercano a la pobreza para acceder a beneficios de un promedio de cien dólares al mes por miembro de la familia- ha fluctuado en el tiempo según las vicisitudes económicas, requisitos, campañas de inscripción y desastres naturales como el huracán Katrina, que produjo un repentino aumento en el Sur.
Pero según funcionarios y expertos, los crecientes aumentos en muchos estados parecen ser el resultado principalmente de la desaceleración económica tanto como de la inflación en los precios de productos básicos que ponen en aprietos a muchas familias. Citando el crecimiento esperado del desempleo, la Oficina de Presupuestos del Congreso proyectó este mes un aumento sostenido del número mensual de receptores para el próximo año fiscal, a partir del 1 de octubre de 2008, de 27.8 millones en 2008 y 26.5 millones en 2007, a 28 millones.
El porcentaje de estadounidenses que reciben cupones de alimentos subió con la recesión de los años noventa, pero se espera que las cifras reales sean más altas este año.
Se proyecta que los costos federales aumentarán de 34 billones de dólares este año, a 36 billones en el año fiscal 2009.
"La gente pide cupones de alimentación cuando pierden sus trabajos, o sus salarios descienden porque trabajan menos horas", dice Stacy Dean, director de la sección de políticas para la entrega de cupones de alimento del Centro de Presupuesto y Medidas Prioritarias, de Washington, que observó que en diciembre pasado catorce estados alcanzaron cifras sin precedentes.
Un ejemplo es Michigan, donde ahora uno de cada ocho habitantes recibe cupones de alimento. "Desde 2000, nuestro trabajo se ha más que duplicado y ahora hemos alcanzado un récord", dijo Maureen Sorbet, portavoz del Departamento de Servicios Humanos de Michigan.
El aumento en receptores de cupones de alimento allá ha sido implacable, durante repuntes y recesiones, reflejando una constante pérdida de empleos industriales que ha empujado a los receptores de cupones de alimentos a nuevas alturas en Ohio e Illinois.
"Hemos tenido pobreza durante un buen tiempo", dijo Sorbet. Agregó que también contribuye al aumento que Michigan, como otros muchos estados, ha informado a trabajadores peor pagados de esta posibilidad, y el cambio de los cupones a tarjetas de débito electrónicas ha reducido el estigma.
Algunos estados han tenido aumentos más recientes. De diciembre de 2006 a diciembre de 2007, en más que cuarenta estados subió el número de receptores, y en varios -Arizona, Florida, Maryland, Nevada, North Dakota y Rhode Island- el crecimiento anual fue de diez por ciento o más.
En Rhode Island el número de receptores subió en un dieciocho por ciento en los últimos dos años, a más de 84 mil en febrero, es decir, un 8.4 por ciento de la población. Este es el total más alto en los últimos doce años o más, dijo Bob McDonough, el administrador del estado de los servicios de familia y adultos, y refleja al mismo tiempo una fuerte campaña de inscripción y el aumento del desempleo.
En Nueva York, un programa para fomentar la inscripción ya había aumentado las nóminas de los cupones de alimentos antes en la década, pero el aumento actual en solicitudes parece reflejar en parte las penurias económicas, dijo Michael Hayes, portavoz de la Oficina de Asistencia Temporal y Asistencia para Incapacitados. Los 67mil clientes adicionales agregados entre julio de 2977 y enero de este años llevó el total de receptores a 1.86 millones, o uno de cada diez neoyorquinos.
Expertos en nutrición y pobreza elogian a los cupones de alimento como una vital red de seguridad que ayudó a eliminar la grave malnutrición vista en el país incluso hasta los años sesenta. Pero también expresan su preocupación por lo que llamaron un erosión gradual de sus valores.
Los cupones de alimentos son parte de un programa de derechos en el que el Congreso define las recomendaciones sobre los requisitos de obtención y el gobierno federal pagan los subsidios mientras los estados pagan la mayor parte de los costos de administración.
Las condiciones para recibirlo son determinadas por una fórmula compleja, pero básicamente los receptores deben tener pocos recursos y el ingreso debe estar debajo del 130 por ciento de la línea de la pobreza, o menos de 27.560 dólares para una familia de cuatro.
Como parte de la población nacional, el uso de los cupones de alimentos alcanzó su récord en 1994, después de varios años de pobre crecimiento económico, con un promedio de 27.5 millones de receptores por mes de un total más bajo de habitantes. Las cifras volvieron a dispararse en los años noventa, cuando creció la economía y los inmigrantes legales mientras otros fueron excluidos.
Pero el acceso de inmigrantes legales se ha restablecido y, en la década actual, los gobiernos federal y de estado han recurrido a campañas publicitarias y otras estrategias para informar a la gente sobre las condiciones y a menudo han simplificado los procedimientos de solicitud.
Debido a que gastan la mayor parte de sus ingresos en necesidades básicas como la alimentación y el combustible, los estadounidenses de bajos ingresos han sido golpeados duramente por los desenfrenados costos de la gasolina y la calefacción, y los aumentos en los precios de mercaderías básicas, como la leche, los huevos y el pan.
Al mismo tiempo, el ingreso de la familia promedio en el quintil inferior de la población se ha estancado o descendido en los últimos años a niveles cercanos a los 15.500 dólares, dijo Jared Bernstein, economista del Instituto de Políticas Económicas en Washington.
Los niveles de subsidio, que pueden llegar a varios cientos de dólares para familias con varios hijos, son reajustados todos los años en junio, de acuerdo al precio de ‘plan de alimentos económico' básico, según es calculado por el Departamento de Agricultura. Debido a que los precios de los alimentos han aumentado en un cinco por ciento este año, los niveles de subsidios aumentarán similarmente en junio -meses después del aumento en los costos para los consumidores.
Sus partidarios se preocupan por el reducido, pero firme descenso en los subsidios reales desde 1996, cuando la ‘deducción corriente' para los costos de vida, que se resta del ingreso familiar para determinar la elegibilidad y los niveles de subsidios, fue congelada. Si esa deducción hubiese continuado aumentando con la inflación, una madre promedio con dos niños recibiría diecisiete dólares al mes, de acuerdo a la organización privada Centro de Presupuesto y Medidas Prioritarias.
Las dos cámaras del Congreso han aprobado leyes que indexarían la deducción a los costos de vida, pero las medidas forman parte de proyectos agrícolas más amplios que no es probable que sean aprobados este años debido a desacuerdos con la Casa Blanca sobre la política agraria.
Otro importante programa de nutrición federal conocido como WIC -por mujeres, bebes y niños- está pasando dificultades debido a los altos precios de la leche y el queso, y la creciente inscripción.
El programa para familias con ingresos no superiores al 185 por ciento del nivel de pobreza federal, entrega alimento sano y asesoría sobre nutrición a 8.5 millones de mujeres embarazadas, y niños hasta los cuatro años. La WIC no es un derecho, como los cupones de alimentos, y para el año fiscal que empieza en octubre, el Congreso deberá aprobar un fuerte aumento de su presupuesto actual de seis billones de dólares si los estados quieren evitar listas de espera para madres y bebés en situación de ayuda.
3 de abril de 2008
©new york times
cc traducción mQh
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