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venezuela expropia plantaciones


Analistas dicen que la expropiación de 32 plantaciones puede ser un intento del presidente para hacer remontar su popularidad.
[Chris Kraul] Bogotá, Colombia. Las fuerzas armadas venezolanas ocuparon el jueves treinta y dos plantaciones de azúcar, las últimas de una serie de expropiaciones que según dicen algunos es un intento del presidente Hugo Chávez para recuperar la iniciativa política y revertir su reciente resbalón en las urnas.
Las plantaciones en el estado de Lara fueron ocupadas por unidades del ejército a petición del Instituto Nacional de Tierras, INTI, una repartición oficial. En los últimos años el instituto se ha encargado de la expropiación de miles de hectáreas de tierras agrícolas y las ha otorgado a cooperativas de campesinos.
La semana pasada el gobierno anunció que expropiaría las fábricas de cemento en manos privadas, y el miércoles anunció la ‘renacionalización’ de Sidor, una de las fundiciones de acero más grandes de América Latina. Una privatización de 1998 puso a Sidor bajo el control de una joint venture argentino-italiana.
El presidente de INTI, Juan Carlos Loyo, dijo a periodistas que las expropiaciones fueron ordenadas después de que inspecciones de las propiedades demostraran que el ochenta por ciento de ellas estaban ociosas.
Sin embargo, la asociación local de azucareros declaró en una rueda de prensa que las plantaciones estaban funcionando y que lucharían contra la ‘militarización’ de sus cultivos.
Las expropiaciones son parte del ‘socialismo del siglo 21’ de Chávez, que está tratando de transformar la economía con la riqueza petrolera de Venezuela. Pero también muestran los retos a los que hace frente con su revolución bolivariana, y no está claro si reemplazar las empresas privadas con cooperativas campesinas subsidiadas por el estado y otras medidas lograrán hacer remontar su popularidad.
Los críticos dicen que las expropiaciones están motivadas políticamente y que Chávez estaría tratando de recuperar el apoyo de la opinión pública y de responsabilizar al sector privado en los sectores de la alimentación y la vivienda por la inflación y la inactividad en el sector de la construcción.
Con elecciones de estados y locales programadas para noviembre, Chávez, dicen algunos observadores, está intentando demostrar fuerza.
El presidente ha visto descender su índice de aprobación a un 37 por ciento en marzo, de un cincuenta por ciento en junio pasado y del 66 por ciento en diciembre de 2005, de acuerdo a Alfredo Keller & Associates, de Caracas, Venezuela.
Chávez sufrió su primer revés en las elecciones de diciembre cuando perdió el referéndum que habría ampliado sus atribuciones y permitido postularse de manera indefinida a la presidencia.
La inflación del año pasado superó el veinte por ciento, la mayor de América Latina. Alimentos básicos como leche, pollos, frijoles y aceite de cocina son a menudo difíciles de obtener.
En enero y febrero, Chávez se anotó algunos puntos en relaciones públicas al lograr la liberación de seis rehenes del grupo rebelde colombiano FARC, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Pero dilapidó gran parte de esa buena voluntad al dirigir una campaña para legitimar a los rebeldes, una idea rechazada por muchos venezolanos e incluso aliados de Chávez en el extranjero.
Ahora está siendo criticado por documentos presuntamente encontrados en los ordenadores portátiles de un comandante de las FARC [muerto en un bombardeo aéreo colombiano en Ecuador]. Las autoridades colombianas dijeron que la información incluye documentos según los cuales las FARC habrían recibido trescientos millones de dólares de Chávez y que los rebeldes estaban buscando uranio para usarlo posiblemente como arma.
"Creo que las expropiaciones son medidas defensivas, en anticipación de malas noticias, para apuntalar su base de partidarios entre los pobres", dijo David Scott Palmer, director del programa de estudios latinoamericanos de la Universidad de Boston.
Margarita López Maya, historiadora de la Universidad Central de Caracas, la capital, dijo que las nacionalizaciones eran una "característica" del gobierno de Chávez y de presidentes venezolanos previos.
"Pero es un error pensar que un gobierno que es ineficiente pueda lograr que las compañías privadas funcionen con más eficiencia. De hecho, ocurre lo contrario", dijo Maya, observando que cientos de compañías estatales quebraron en los años ochenta [antes de Chávez].
El año pasado Chávez obligó a compañías petroleras extranjeras, incluyendo a Exxon Mobil Corp., y ConocoPhillips, a entregar sus campos petroleros en el este de Venezuela. Chávez también nacionalizó la compañía de telecomunicaciones más grande del país, así como la principal planta generadora de electricidad de Caracas.
Las expropiaciones fueron criticadas por muchos venezolanos, dijo Gustavo García, economista de una escuela de posgrado en económicas de Caracas conocida por sus iniciales en español, IESA.
Cree que el objetivo real de las expropiaciones es "responsabilizar al sector privado de los problemas que no puede resolver".
"Con estas medidas, Chávez acusa a las compañías azucareras de que no haya azúcar en los mercados y a las fábricas de cemento por la escasez de construcción", dijo García.
El caso de Sidor es políticamente delicado porque el accionista mayoritario de la compañía tiene sede en Argentina, cuya presidente, Cristina Fernández de Kirchner, es una estrecha aliada de Chávez.
Pero el jueves no estaba claro que hará, si acaso, el gobierno argentino para proteger a la empresa.
En casos previos Chávez ha reembolsado previamente a compañías extranjeras, así como a terratenientes colombianos el valor de las propiedades expropiadas, aunque los dueños se han quejado de tasaciones bajas.
Cemex, una compañía mexicana que gestiona la mayor fábrica de cemento de Venezuela y controla casi la mitad del mercado interno, declaró que estaba en negociaciones con funcionarios de Chávez para determinar la compensación.
Legisladores mexicanos aprobaron el miércoles una moción instando al presidente Felipe Calderón a defender los intereses de Cemex.

[Publicamos este artículo pese a su evidente carácter tendencioso como un ejemplo de un periodismo prejuiciado y carente de profesionalismo. El autor, Chris Kraul, habitualmente un hábil y equilibrado investigador, asume como ciertas las acusaciones del gobierno colombiano, que han sido rechazadas por inverosímiles por muchos observadores extranjeros -en especial la maliciosa y estrambótica acusación de que Venezuela estaría recolectando materiales para la producción de armas de destrucción masiva, el mismo y falso argumento utilizado por el gobierno norteamericano para invadir Iraq.

[También se observa la falta de profesionalismo del autor en que entrevista y cita preferentemente a críticos y detractores del gobierno venezolano, limitándose a mencionar a un solo partidario del régimen, ofreciendo una imagen sesgada y probablemente falsa de la realidad venezolana, y en otros detalles relevantes, como referirse a funcionarios de estado pertinentemente como "funcionarios de Chávez", en lugar de referirse a ellos propiamente, como simplemente funcionarios o personeros del estado venezolano, y en utilizar la palabra "gobierno" para referirse a "estado", trucos lingüísticos con los que se pretende distorsionar la información y embaucar a los lectores].

chris.kraul@latimes.com

Mery Mogollon en Caracas, Patrick J. McDonnell en Buenos Aires y Marla Dickerson en Mexico City y Cecilia Sánchez contribuyeron a este reportaje.

14 de abril de 2008
11 de abril de 2008
©los angeles times
cc traducción mQh
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