bush debe solucionar caos
4 de mayo de 2008
La única misión que hay que cumplir es una retirada ordenada de Iraq, y Bush no parece estar siquiera cerca de reconocerlo. Tampoco lo está el senador John McCain. Todo lo que hace el Congreso es retorcerse las manos.
Así que son los senadores Barack Obama y Hillary Rodham Clinton los que deben revivir el debate nacional sobre Iraq, y aumentar la presión sobre la Casa Blanca. Aunque está claro que Bush no tiene ninguna intención de ofrecer una estrategia de salida, hay cosas que podría hacer para que sus sucesores tengan una mejor posibilidad de contener el caos después de la partida de las tropas estadounidenses.
Un debate racional debe reconocer en primer lugar que Iraq todavía es un lugar muy peligroso. El aumento de tropas estadounidenses el año pasado produjo inicialmente un marcado descenso de los ataques de los insurgentes. Pero los ataques en abril mataron a más de cincuenta soldados estadounidenses, el mayor número de bajas en un solo mes desde septiembre pasado.
Los estadounidenses también necesitan un informe completo sobre los programas de adiestramiento militar financiados y dirigidos por Estados Unidos en Iraq, y una mejor explicación de por qué las tropas iraquíes siguen siendo tan débiles. La decisión del primer ministro Nuri Kamal al-Maliki de reprimir al fin a algunas milicias chiíes fue una buena cosa, pero dejó ver lo poco preparado que está el ejército iraquí para, incluso ahora, luchar solo.
Nos alegra saber que Maliki optó con hablar con Teherán sobre su papel en el armamento y financiamiento de las milicias. Era urgente que los líderes iraníes oyeran directa y firmemente de sus hermanos chiíes en Bagdad que esa intervención desestabilizadora debe terminar. Estados Unidos también implicar a Irán, Siria y todos los otros países vecinos de Iraq. Deben entender que más caos en Iraq no les conviene.
Es preocupante que Estados Unidos e Iraq todavía no tengan una estrategia para abordar el hecho de que más de cuatro millones de iraquíes han sido desplazados de sus hogares; que dos millones setecientas mil personas son refugiados internos , y que hay otro millón y medio o más que viven como refugiados en Siria y Jordania. No es solamente una cuestión de sufrimiento humano. Amenaza con extender el caos de Iraq mucho más allá de sus fronteras.
Tanto Iraq como Estados Unidos debe asumir responsabilidades. Bagdad, inundada por los beneficios del petróleo, debe ofrecer más ayuda a su propio pueblo. Washington debe proporcionar más ayuda y permitir muchos refugiados más que los doce mil que se ha comprometido a aceptar este año. Tememos que ni siquiera cumpla con ese magro objetivo.
La lista de errores y misiones incumplidas no termina ahí. Millones de iraquíes todavía no tienen agua potable ni cuidados médicos, miles están desempleados, el gobierno todavía no implementa reformas importantes, como la ley de distribución de los beneficios del petróleo.
Bush ya no declara que ha cumplido la misión. Al contrario. He dejado en claro que mantendrá las tropas en Iraq hasta el fin de su mandato, y deje el caos a sus sucesor. Los tres senadores que quieren su cargo deben insistir en que solucione ahora esos problemas.
©new york times
cc traducción mQh
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