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murió albert hofmann


Murió Albert Hofmann, padre del LSD, en Suiza. A los ciento dos años.
[Frank Jordans] Ginebra, Suiza. Murió Albert Hofmann, padre de la droga LSD cuyo descubrimiento médico inspiró -y se dice que corrompió- a la generación hippie de los años sesenta. Tenía 102 años.
Hofmann murió el martes en su casa en Burgm en Leimental, informó Doris Stuker, funcionaria municipal en el pueblo cerca de Basilea donde se había mudado Hofman tras jubilarse en 1971.
Durante décadas después de que el LSD fuera prohibido en los años sesenta, Hofman seguía defendiendo su hallazgo.
"Produje una substancia medicinal... No es mi culpa que la gente abusara de ella", dijo una vez.
El químico suizo descubrió el ácido lisérgico en 1938 cuando estudiaba el uso medicinal de un hongo encontrado en el trigo y otros granos para la compañía farmacéutica Sandoz, en Basilea.
Se convirtió en el primer conejillo de Indias de la droga cuando una pequeña cantidad de la substancia se adhirió a su dedo durante un experimento de laboratorio el 16 de abril de 1943.
"Tuve que marcharme a casa porque me invadió de pronto un sentimiento de desazón y mareo", escribió luego en un memorándum a sus jefes en la compañía.
"Lo veía todo distorsionado como en un espejo curvo", dijo, describiendo el trayecto a casa en bicicleta. "Tenía la impresión de estar clavado en el mismo lugar. Pero mi ayudante me dijo que en realidad íbamos muy rápido".
Al llegar a casa, Hofman empezó a experimentar lo que llamó "maravillosas visiones".
Tres días después Hofman experimentó con una dosis más grande. El resultado fue el primer viaje malo de la historia documentado científicamente.
"La substancia con la que quería experimentar se apoderó de mí. Tuve un agobiante temor de que me estaba volviendo loco. Me transporté a otro mundo, a otra época", escribió Hofmann.
Hofmann y sus colegas esperaban que el LSD fuera una contribución importante a la investigación psiquiátrica. La droga exageraba los problemas y conflictos íntimos y se esperaba por eso que pudiera ser usada para reconocer y tratar enfermedades mentales como la esquizofrenia.
Durante un tiempo, Sandoz vendió el LSD 25 bajo el nombre de Delysid, alentando a médicos a que lo experimentaran ellos mismos. Fue una de las drogas más fuertes en medicina: con sólo un gramo se podía drogar a diez mil o veinte mil personas durante doce horas.
El LSD alcanzó fama internacional a fines de los años cincuenta y sesenta gracias al profesor de Harvard Timothy Leary, que acogió la droga con el lema ‘Turn on, tune in, drop out’ [Enchúfate, sintonízate, déjalo todo].
Pero aparte de los viajes psicodélicos, también empezaron a aparecer historias de horror de personas que empezaron a matar arbitrariamente o a saltar por las ventanas bajo efectos de la droga. Usuarios frecuentes sufrieron daños psicológicos permanentes.
En 1966 el gobierno norteamericano prohibió el LSD. Otros países adoptaron la misma prohibición.
Hofmann mantuvo que seguía siendo injusto, diciendo que la droga no era adictiva. Pidió repetidas veces que se despenalizara su uso para permitir que el LSD fuera usado en investigaciones médicas.
A fines de diciembre, las autoridades suizas autorizaron el uso del LSD para psicoterapias en casos excepcionales.
"Para mí, este es un gran deseo que se hizo verdad. Siempre quise ver que el LSD ocupara su lugar en la medicina", dijo entonces al canal suizo Swiss TV.
Hofmann usó la droga -según se dice ocasionalmente y por interés científico- durante varias décadas.
"El LSD te ayuda a abrir tus ojos", dijo una vez. "Pero hay otros modos: la meditación, la danza, la música, el ayuno".
Incluso así, el padre del LSD aceptó que la droga podía ser peligrosa si caía en manos equivocadas. La idea se reflejó en el título de su libro de 1979, ‘LSD, my problem child’.
En el libro escribió que "la historia del LSD hasta la fecha demuestra ampliamente las catastróficas consecuencias que pueden surgir cuando se juzga mal sus efectos y la substancia se utiliza como una droga recreativa".
Hofmann se retiró de Sandoz en 1971 y se dedicó a viajar, a escribir y a dictar charlas.
"Este es realmente mi mejor época de mi vejez", dijo Hofmann en una ceremonia en su honor en Basilea con ocasión de sus cien años. "Podrías decir que es una experiencia que abre la mente sin LSD".

Balz Bruppacher en Berna, Eliane Engeler en Ginebra y Clare Nullis contribuyeron a este informe.

11 de mayo de 2008
30 de abril de 2008
©fwdailynews
cc traducción mQh
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