atacan a madres de plaza de mayo
13 de mayo de 2008
Los trabajadores de la feria de las Madres, que se encuentra en la Plaza del Congreso, frente a la sede ultrajada en Hipólito Yrigoyen 1584, dieron aviso a Bonafini cuando advirtieron que las puertas del edificio habían sido forzadas. "Encontramos todo roto, todo tirado. Rompieron todas las puertas de las oficinas y los cajones, pero solamente falta un sobre con una pequeña suma de dinero y algunas cosas de un bolso", detalló en diálogo con Página/12 la titular de Madres. Se refería a un bolso que ella guarda en su oficina y de donde le sustrajeron 30 pesos, una agenda "con pocas direcciones e información" y el pañuelo "con el que voy los jueves a la Plaza, lo que forma claramente parte del ‘mensaje’ que nos quisieron dejar". También se llevaron un sobre con cinco mil pesos, pero dejaron cheques al portador por siete mil pesos destinados al pago del personal de la radio, así como tampoco faltaron televisores, DVD y consolas que se encontraban en el sector de prensa y audiovisuales.
Después de que Bonafini se comunicara con el ministro del Justicia y Derechos Humanos, Aníbal Fernández, acudió la Policía Científica y realizó las tareas de rigor. Encontraron huellas de los zapatos de al menos tres personas y descubrieron que las cerraduras de las puertas exteriores habían sido forzadas "de adentro hacia afuera, es decir, que las habrían roto cuando necesitaron salir y no para entrar", indicó una fuente. Este dato abona la teoría de que los autores de los destrozos "habrían ingresado la tarde anterior (del sábado) y esperaron hasta el fin de la jornada para comenzar con los desmanes".
En declaraciones a la radio de las Madres, Hebe de Bonafini relacionó la agresión sufrida el fin de semana con un editorial difundido hace unos días en el que reclamó a la Armada que brinde datos para agilizar la investigación por la masacre de Trelew. "Estamos haciendo denuncias fuertes y ésta es la respuesta. Esto es pesado porque es la evidencia de que están activos", dijo en referencia a sectores vinculados con la última dictadura militar. No es la primera vez que Bonafini sufre este tipo de agresiones. En 2002, su hija Alejandra fue golpeada, amenazada y hasta quemada con cigarrillos. A principios de este mes fue nuevamente su hija el objetivo elegido para amedrentarla, cuando le dijeron a través del portero: "Estamos hartos, vamos a matar a tu mamá", y al día siguiente se encontró con dos personas sospechosas frente a su puerta.
La presidenta de Madres estuvo en la sede en cuanto le avisaron del sabotaje y se retiró junto a otras Madres que la acompañaban cuando comenzaron las tareas de refacción de las cerraduras, una vez que se retiró la policía. "Yo digo que nos ofrecen de todo: nos ofrecen seguridad y nos ofrecen custodia –dijo Bonafini–. Pero la mejor manera de cuidarnos es que los ministros, los secretarios y la policía investiguen y descubran quiénes han sido capaces de hacer esto. Si no, no sirve."
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