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barbarie en johanesburgo


Violencia xenófoba se extiende por las barriadas de Johanesburgo.
[Barry Bearak] Johanesburgo, Sudáfrica. La violencia contra los inmigrantes se extendió como un fuego descontrolado vecindario tras vecindario aquí en las principales ciudades de Sudáfrica este fin de semana, y la policía declaró que el caos dejó al menos doce personas muertas -golpeadas, matadas a tiros, apuñaladas o quemadas vivas por las turbas.
Miles de aterrados extranjeros -muchos de ellos de Zimbabue que habían escapado del derrumbe económico de su país- han abandonado sus destartaladas viviendas y sus casuchas de paredes de hojalata para refugiarse en iglesias y comisarías de policía.
Este último estallido de xenofobia empezó hace una semana en la histórica comuna de Alexandra y se ha extendido desde entonces hacia otras zonas en Johanesburgo y alrededores, incluyendo Cleveland, Diepsloot, Hilbrow, Tembisa, Primrose, Ivory Park y Thokoza.
En medio de la violencia, la policía tuvo que dispersarse, enviando pelotones de agentes en vehículos blindados. "Estamos usando todos los recursos disponibles y pediremos refuerzos cuando sea necesario", dijo a periodistas Govindswamy Mariemuthoo, portavoz de la policía.
El presidente Thabo Mbeki dijo el domingo que formaría una comisión de expertos para investigar las causas de la violencia. Jacob Zuma, presidente del gobernante Congreso Nacional Africano y el hombre que se presume sucederá a Mbeki este próximo año, dijo que los ataques contra extranjeros eran una vergüenza para el país.
"Deberíamos ser los últimos en tener este tipo de actitudes negativas hacia los hermanos y hermanas que vienen del extranjero", dijo Zuma.
Muchos de los actuales dirigentes de Sudáfrica hallaron refugio en países vecinos durante los años del apartheid y se mostraron profundamente avergonzados por la violencia.
Los editoriales de periódicos han dicho que los estallidos de violencia demuestran que se usa a los inmigrantes como chivos expiatorios de los problemas de Sudáfrica. La tasa de desempleo oficial es de 23 por ciento. Los precios de los alimentos han aumentado fuertemente. La tasa de criminalidad es una de las más altas del mundo.
Y sin embargo, Sudáfrica, con la economía más próspera de la región, es un imán que atrae a un flujo continuo de inmigrantes de Malawi, Mozambique y otros países. Se estima de unos tres millones de zimbabuenses han encontrado refugio en este país vecino; muchos de ellos habían escapado en los últimos meses de la economía de Zimbabue, que ha colapsado y donde se ha intensificado la violencia política.
Turbas de sudafricanos gritaban: "¿Quién eres tú? ¿De dónde vienes?", cuando recorrían las estrechas calles que comparten con los inmigrantes. Obligaban a la gente a salir de sus casas, robando sus pertenencias y cerrando sus casas con candados.
Tiendas y negocios -muchos de ellos de propiedad de zimbabuenses, somalíes y paquistaníes- han sido saqueados. Muchas de las víctimas son residentes legales con todos los documentos de inmigración requeridos. Algunos están siendo asaltados y robados por sus vecinos, personas que han conocido durante años. Aunque la rabia contra los inmigrantes es genuina, también hacen un astuto uso de la oportunidad.
La policía dijo que había arrestado a más de doscientas personas durante el fin de semana.

23 de mayo de 2008
19 de mayo de 2008
©new york times
cc traducción mQh
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