chile tiene constitución pinochetista
20 de junio de 2008
Chile se rige por "una Constitución pinochetista que crea instituciones pinochetistas y permite que sea la minoría pinochetista la que continúa dictando las leyes de la República", declaró en una entrevista con Efe.
Guzmán, quien abandonó la judicatura en 2005 tras treinta años de carrera judicial, procesó a Pinochet en casos emblemáticos de violaciones de los derechos humanos como la ‘Operación Cóndor’, la ‘Calle Conferencia’ y la ‘Caravana de la Muerte’.
Pero, a mediados del año 2002 el alto tribunal, cuya composición actual es muy diferente a la de hace seis años, sobreseyó el procesamiento del dictador, fallecido en diciembre de 2006.
"La Corte Suprema perdió su oportunidad histórica de rehabilitarse. Fue una colaboradora de la dictadura al dejar sin efecto el auto de procesamiento que dicté contra Pinochet y acoger un recurso de casación, cuando él era su principal autor", aseguró Guzmán.
"Ha habido una Justicia, pero ha sido incompleta después de la denominada vuelta a la democracia", enfatizó el ex magistrado, quien insiste en que "la Justicia sigue siendo represiva con respecto a todas las personas que luchan contra los poderes fácticos".
Guzmán, que dirige el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Central de Chile, añade que también "los abusos cometidos por Carabineros (policía militarizada) siguen siendo conocidos por la Justicia militar", que sobresee esas causas.
En los años noventa, el juez Guzmán emprendió 99 procesos contra la dictadura de Pinochet (1973- 1990) y parte de ese trabajo se muestra en la película ‘The judge and the general’ (‘El juez y el general’), que se presentó en mayo en San Francisco (Estados Unidos) y aún no se ha exhibido en Chile.
El documental, que recoge historias narradas en su libro "En el borde del mundo", es "un compendio de los abusos del gobierno militar y de la evolución de un juez que sabía muy poco de lo que había pasado" en los años posteriores al golpe de Estado, que en un principio él mismo apoyó.
"Yo cometí un error, como tanta gente, al haber estado por el golpe después de tres años de la Unidad Popular (del socialista Salvador Allende), donde se produjo un caos político, social y económico", reconoce Guzmán, quien se declara "arrepentido".
Sentado en un sillón junto a una estufa que mitiga el frío invierno de Santiago, Guzmán no cree sin embargo que él haya cambiado mucho a lo largo de sus 69 años, ya que siempre se ha considerado "un hombre de bien", conservador en cuestiones como el aborto, pero progresista en materia de igualdad social.
Rodeado de libros en su casa de la capital chilena, cuenta que está escribiendo una novela sobre el sufrimiento de quienes no saben qué ocurrió con sus familiares detenidos desaparecidos, y confiesa que el suizo Herman Hesse, el noruego Knut Hamsun y el español Pío Baroja son algunos de los autores que más le han influido.
En los últimos meses, Guzmán ha asumido también la defensa de ciudadanos mapuches, la comunidad indígena más importante del país, integrada por unas 600.000 personas, a los que el Estado acusa de quemar predios en el marco del conflicto que los enfrenta con empresas forestales por tierras que consideran propias.
El ex juez, que quiere crear una fundación para poder defender a los mapuches, denuncia que el gobierno los "criminaliza" y practica "un doble estándar al decir que se está acercando a los pueblos originarios mientras favorece a las empresas que extraen sus recursos naturales".
Muestra también su satisfacción por la absolución del dirigente mapuche Héctor Llaitul, que permaneció diecisiete meses en prisión preventiva hasta que el 13 de junio fue declarado inocente respecto a su supuesta participación en un incendio.
©la nación
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