las nuevas plantaciones de marihuana
tim.reiterman@latimes.com 22 de octubre de 2008
Collenberg encontró su casa, quemada y cubierta de hollín, llena de focos y plantas de marihuana de un metro y medio de altura. Las semillas estaban germinando en el baño. El agua para la instalación había penetrado la alfombra y el subsuelo. Habían instalado máquinas de aire acondicionado en el tejado nuevo. Se había caído un ventilador, que fue lo que provocó el incendio.
"Es la primera vez que he estado en una casa dedicada al cultivo", dijo Collenberg. "Había oído hablar sobre ellas, pero nunca pensé que yo tenía una. Estoy completamente impresionada".
Funcionarios policiales calculan que hasta mil de las 7.500 casas en esta comunidad del condado de Humboldt están siendo utilizadas para cultivar marihuana, rebajando drásticamente la oferta inmobiliaria, extendiendo los problemas de seguridad de las construcciones y sembrando discordia en el vecindario.
Los que cultivan marihuana en interiores han proliferado en los últimos años a medida que las comunidades de California implementan la Proposición 215, una medida aprobada a nivel de estado hace una docena de años que permite el cultivo de marihuana para fines médicos. La reacción a los efectos y abusos del cultivo de marihuana autorizada legalmente se ha dejado sentir en algunas de las partes más liberales del estado.
Por ejemplo, en el vecino condado de Mendocino, una propuesta en la elección del martes propone derogar una ordenanza local aprobada hace ocho años que despenalizó el cultivo de hasta veinticinco plantas de marihuana.
La experiencia de Arcata, un bastión de la cultura del cannabis, revela la consecuencias no intencionadas de la Ley sobre el Uso Compasivo de 1996, destinada a proporcionar alivio a pacientes de SIDA, víctimas de cáncer y otros.
"Si el ciudadano promedio... pudiera ver lo que veo yo, ahora probablemente votarían contra", dice el jefe de policía, Randy Mendosa, sobre la Proposición 215. "Estamos viendo operaciones de cultivo a gran escala, en las que gente codiciosa está utilizando gran parte de las viviendas disponibles y están usando casas enteras para plantar marihuana. La tasa actual es de tres mil dólares el medio kilo [al por mayor], y la están vendiendo y ganando un buen montón de dinero".
Funcionarios del estado dicen que esos problemas existen en todo el estado, incluyendo a California del Sur, pero que son particularmente dominantes en condados del noroeste que tienen limitaciones relativamente liberales sobre la posesión y cultivo de marihuana médica.
"La gente que lo ve como un negocio lo ve como una laguna jurídica y están llegando a estas zonas desde todo California y Estados Unidos", dijo Kent Shaw, subdirector en el estado de la Oficina de Implementación de la Legislación sobre Narcóticos [Bureau of Narcotics Enforcement]. "Junto con la marihuana llegan los elementos criminales que vienen a robarla", aveces con robos en casas.
Los defensores de la marihuana médica dicen que los problemas han sido aislados, y cuestionan la validez de los intentos de relacionar la delincuencia con la medicina. "La policía exagera un montón de los problemas que existen en torno al cultivo y a los dispensarios", dice Kris Hermes, de Americans For Safe Access.
Se necesita una receta del doctor para que un paciente pueda usar, cultivar o comprar cannabis. Los activistas estiman que en todo el estado hay más de doscientos mil pacientes.
En los frondosos vecindarios de Arcata, vecinos y funcionarios dicen que los signos de que en una casa se está cultivando marihuana son evidentes: ausencia de residentes permanentes, ventanas cerradas completamente, patios sin cuidado, llegadas y salidas durante la noche. También está el olor a zorrillo de la marihuana y el zumbido de los ventiladores y los medidores de electricidad que generan cuentas mensuales de miles de dólares.
Tantas casas han sido convertidas en campos de marihuana que la cantidad de casas en alquiler para estudiantes se ha reducido y el aura de marihuana de la comunidad está empezando a alejar a algunos estudiantes, dijo el presidente de la Universidad Humboldt, Rollin Richmond. "Mi impresión es que la gente está haciendo mal uso de la Proposición 215, pensando que les permite usar marihuana... como droga recreativa", dijo.
El alcalde de Arcata, Mark Wheetley, dijo que el cultivo de marihuana se ha convertido en un tema de calidad de la vida en el pueblo de diecisiete mil habitantes. "Gente de todas las orientaciones dicen que ya basta", dijo. "Se parece a la mentalidad de los renegados del Salvaje Oeste... Creo que la gente prefiere un nivel más alto de control y supervisión".
Mark Sailors, 37, paciente con marihuana médica y cuidador que llegó desde Baltimore, dijo que la comunidad estaba reaccionando de manera exagerada. "Dicen que apoyan la Proposición 215, pero no quieren que tengas acceso a la medicina", dijo. "Parece que los viejos... le tienen miedo a los jóvenes".
El dispensario de marihuana más grande de los cuatro que tiene el pueblo es la Cooperativa Humboldt conocida como THC, la abreviatura del componente químico psico-activo de la marihuana. Los funcionarios dicen que la organización sin fines de lucro instalada en una antigua concesionaria de coches tiene seis mil pacientes inscritos, dos mil de los cuales pueden comprar marihuana, y que ha pagado cerca de medio millón de dólares en impuestos en los últimos cinco años.
El dispensario cultiva marihuana en un almacén en el lugar y compra marihuana adicional de unos cien pacientes -la mayoría de ellos de fuera de Arcata- que no necesitan todo lo que pueden cultivar bajo la Proposición 215.
El fundador de THC, Dennis Turner, dijo que muchas operaciones de cultivo en el pueblo son "completamente de delincuentes" y que le gustaría tener más normas para los dispensarios, especialmente para proteger la calidad de la marihuana. "En esta Proposición 215 hay más hoyos que en un trozo de queso suizo", dijo.
El ayuntamiento emitió hace poco una moratoria para nuevos dispensarios en el centro sobre la base de que allá no se permite la agricultura. También se están elaborando nuevas instrucciones para la agricultura.
Los funcionarios dicen que las operaciones de cultivo de marihuana en casas clandestinas deben gozar de la prioridad más alta para un mejor control. Dicen que no saben cuántas personas están violando los requisitos legales del condado, limitándolos a nueve metros cuadrados de canopia y hasta 99 plantas -disposiciones que podrían estar anuladas por una resolución de la corte de apelaciones del estado hace poco.
El director de desarrollo comunitario, Larry Oetker, dijo que el ayuntamiento ni siquiera conoce la ubicación de las casas de cultivo porque los productores tienden a no recibir permisos para trabajos eléctricos y de plomería.
Oetker dijo que teme que los persigan autoridades federales que no reconocen la ley sobre marihuana médica del estado. "La preocupación es... que el gobierno federal use los archivos del ayuntamiento para perseguir a esa gente".
Algunos productores han hecho hoyos en el suelo, para llegar directamente a la tierra abajo, dicen funcionarios. Y muchos usan cables y ladrones que sobrecargan el circuito.
El jefe de Bomberos del distrito de Arcata, John McFarland, dice que los incendios estructurales locales están relacionados con el cultivo de marihuana, y que después de que empieza un incendio a menudo se extiende rápidamente por los hoyos hechos para instalar canales, tubos y cables.
Wade DeLashmutt, un carpintero que votó por la Proposición 215 dijo que se ha estado quejando durante varios meses por el olor a marihuana que cuelga sobre su patio después de que un hombre de Montana llegara a vivir en la casa de al lado.
Pero el vecino dijo que se trataba de marihuana médica. "Me dijo: ‘Los votantes de California dijeron que podía hacer esto’", dijo DeLashmutt.
En marzo, un destacamento antinarcóticos del condado arrestó al vecino y otro hombre después de requisar, en esa casa y en otra en el pueblo, cientos de plantas de marihuana, doce mil dólares y doce kilos de marihuana procesada.
El fiscal de distrito del condado de Humboldt, Paul Gallegos, dijo que su oficina no lleva estadísticas sobre procesos por cultivo de marihuana en Arcata. Pero Gallegos dijo que perseguiría a cualquier productor que represente un peligro para la seguridad, que haga ruidos molestos o daños al ambiente.
"Si destinaras una casa para cultivar dientes de león, petunias y rosas, estaría igual de preocupado", dijo.
A LaVina Collenberg le habría gustado saber que sus amistosos inquilinos de Wisconsin pensaban usar la casa para cultivar marihuana. Su compañía de seguro le pagó 55 mil dólares para reparar los daños causados por el fuego y las modificaciones.
El antiguo inquilino no respondió nuestras llamadas pidiendo su reacción. El doctor Ken Miller, que firmó la receta para marihuana médica del inquilino, dijo que no recordaba al paciente.
Una campaña de petición llamada ‘Cortar de Raíz’ está pidiendo al ayuntamiento que prohíba la marihuana y los dispensarios en áreas residenciales y en espacios públicos.
Debió haberse prohibido hace mucho tiempo, dijo Wilma Johnston, de 82 años.
"Nos estamos convirtiendo en un pueblo de rentistas de marihuana, en lugar de alquilar para la gente", dijo.
eric.bailey@latimes.com
31 de mayo de 2008
©los angeles times
cc traducción mQh
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