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bush sobre pena de muerte


Como gobernador de Texas, George W. Bush afirmaba tener pocas dudas sobre la pena de muerte. Ahora, como presidente, parece tener algunas.
En su discurso sobre el Estado de la Unión, el presidente reconoció la creciente preocupación pública contra un sistema jurídico defectuoso que envía a gente inocente a la muerte. Propuso un proyecto de 50 millones de dólares y tres años, para mejorar la formación de abogados defensores, fiscales y jueces en casos de pena capital. El decreto del presidente de la última semana con respecto a los nacionales mexicanos en el pabellón de la muerte en California, Texas y otros estados es otro paso en la dirección correcta.
El decreto de Bush fue provocado por una reciente resolución de la Corte Mundial de que Estados Unidos había violado de Convención de Ginebra al no notificar a funcionarios mexicanos cuando sus ciudadanos fueron detenidos y acusados de delitos graves. El tratado de Viena también protege a los estadounidenses cuando viven o viajan al extranjero, pero la policía y fiscales norteamericanos han ignorado ampliamente el pacto cuando se trató de nacionales extranjeros detenidos en este país.
En el decreto, el presidente afirmó que, como presidente, podía instruir a los tribunales de los estados a respetar el tratado realizando nuevos juicios. El decreto se aplicará a 28 mexicanos en el pabellón de la muerte en California, 15 en Texas y otros en Arizona, Arkansas, Florida, Nevada, Ohio y Oregon. Los tribunales en esos estados deben ahora reconsiderar si las condenas y sentencias de todos los mexicanos para determinar si la comunicación de su derecho a ser ayudados por su gobierno, fue causa de un trato injusto en sus juicios o sentencias.
La declaración, que se puede extender también a decenas de otros nacionales extranjeros condenados en este país, está lejos de la revisión nacional sistemática de la pena de muerte que nos gustaría ver. Pero para el hombre que, como gobernador, parodió una vez las súplicas de clemencia de un desesperado recluso de Texas, es un buen comienzo.

10 de marzo de 2005
19 de marzo de 2005
©los angeles times
©traducción mQh

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