represor se mató ante las cámaras
22 de noviembre de 2008
Ferreyra se subió al tanque de agua de su casa para evitar ser detenido por los efectivos. Y allí se disparó un balazo, ante la mirada de los gendarmes. Toda la secuencia fue filmada por un canal de cable. Pese a que fue llevado de inmediato a un hospital cercano, los médicos comprobaron que al ingresar ya había muerto.
Ferreyra era buscado intensamente por la Justicia, que investigaba presuntas violaciones a los derechos humanos en el marco de la megacausa por el funcionamiento del centro clandestino de detención ex Arsenal Miguel de Azcuénaga.
Desafiante, el ex comisario había proclamado su inocencia en una entrevista con el diario tucumano La Gaceta. "No tengo nada que ver. Que investiguen, que vayan a los lugares, que busquen. Si miento, que me fusilen", dijo. Y agregó: "Me declaran prófugo, y aquí estoy. Si viene Gendarmería, que me acribille; ya no me interesa".
Ferreyra había sido condenado en 1993 a prisión perpetua por un triple homicidio, ocurrido dos años antes, cuando se encontraba al frente de la Brigada de Investigaciones de la policía tucumana.
Sin embargo, horas después de la sentencia protagonizó una cinematográfica fuga de los Tribunales, con una granada de guerra en la mano. La Justicia lo encontró tres meses después, escondido en un paraje de Santiago del Estero. Tiempo después, la Justicia le otorgó la libertad condicional.
©clarín
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