de khmer rouge a evangélico
17 de abril de 2009
"Me gustaría pedir perdón a las víctimas", dijo el lunes a los jueces Kaing Guek Eav, alias ‘Duch’, en las Cámaras Extraordinarias de las Cortes de Camboya bajo los auspicios de Naciones Unidas (ECCC).
En el segundo día de su juicio el 13 de marzo dijo: "Quiero enfatizar que yo soy el responsable de los crímenes cometidos en la S-21 [la cárcel], especialmente de las torturas y ejecuciones".
Este es el arrepentido cristiano que Cheam Socheong, director de la Escuela Secundaria Phkoam donde Duch (que se pronuncia Doik) enseñó matemáticas hasta los años noventa, recuerda bien. "Duch hablaba a menudo de Dios y del camino recto", dijo Cheam en una entrevista hace poco en la oficina de su escuela en el remoto noroeste de Camboya. "Me preguntó por qué no iba a la iglesia. Trató de convertirme".
Primero con el comunismo, y luego con el cristianismo, Duch adoptaba siempre con igual fervor sus creencias, dicen amigos y familiares.
El examen psicológico del tribunal observaba "rasgos obsesivos" en su personalidad, "tanto en el pasado como en el presente", aunque no relacionó esos rasgos con su fe.
La intensidad que convirtió a Duch en el pasado en un temido alcaide de prisión se ha convertido ahora en un cristiano evangélico, ansioso de cooperar con el tribunal y pidiendo perdón. De los cinco cuadros khmer rouge ahora detenidos en la ECCC, es el único que ha cooperado con los jueces instructores.
La adopción del cristianismo por parte de Duch hace "menos probable, en comparación con los otros acusados, que justifique los abusos del régimen como pasos dolorosos pero necesarios hacia el socialismo", dice John Ciorciari, de la Universidad de Stanford y asesor jurídico de la organización sin fines de lucro Centro de Documentación de Camboya.
Dedicado Líder Comunista
Duch se unió a los khmer rouge en 1964 cuando estudiaba en la universidad. Al año siguiente, empezó a enseñar matemáticas en la Escuela Secundaria Skuon, en la provincia de Kompong Cham, a unos ochenta kilómetros al norte de Phnom Penh. Allá consultaba a menudo el Libro Rojo de Mao y, aunque tenía dinero como para comprarse un coche, prefería ir a trabajar en su desvencijada bicicleta. También alentaba a los estudiantes a adoptar el modo de vida campesino, recuerda Kek Channary, una antigua estudiante.
"Todos sabían que era comunista", dijo hace poco por teléfono desde San Jose, California, donde vive con su marido y dos hijos.
Ese mismo año, Duch se despidió de su familia y amigos y se unió al movimiento maoísta clandestino. Durante la década siguiente, dirigió varias de las oficinas de seguridad del régimen, especialmente la S-21 en Phnom Penh, conocida ahora como el Museo del Genocidio Tuol Sleng, donde se calcula que más de doce mil personas confesaron actividades contrarrevolucionarias bajo tortura y fueron luego ejecutadas.
De Comunista a Cristiano
Cuando el ejército vietnamita saqueó Phnom Penh en 1979, Duch huyó con los khmer rouge hacia la frontera occidental de Camboya. Siguió siendo un cuadro hasta 1992, cuando se mudó con su esposa y cuatro hijos al pueblo de Phkoam en la provincia de Banteay Meanchey y volvió a enseñar matemáticas. Utilizó el alias de Hang Pin para ocultar su identidad.
Poco después de que Duch se mudara a Phkoam, su vecino Suon Sito lo invitó a la iglesia cristiana local. Duch adoptó la religión y abandonó sus creencias comunistas, dijo Suon en una entrevista hace poco.
Duch empezó a propagar su fe y a invitar a otros a asistir a los servicios, dice Suon, y finalmente se convirtió en un pastor laico.
La hija mayor de Duch, Ky Sievkim, dijo que su padre la bautizó poco después de su conversión. "Mi padre me hacía rezar todas las noches. Los domingos sacaba la Biblia y la leía a toda la familia", dijo durante una entrevista en su casa en la provincia de Battambang. Mientras hablaba sostenía en su regazo a su hijo de un año, Chhin Chonghour, que Duch todavía no conoce.
Duch inició más tarde una parroquia cerca de la Escuela Secundaria de Svay Chek, donde enseñó de 1996 a 1997. Durante el día hacía proselitismo. "Hablaba de Jesús y trataba de convencer a los otros maestros", dijo Hun Smien, el antiguo director de la escuela en una entrevista en la ahora abandonada escuela donde Duch daba clases de francés -uno de los cinco idiomas que domina.
Su Identidad Khmer Rouge
En 1998, cuando los maestros de la localidad reconocieron a ‘Hang Pin’ en una foto en el Museo del Genocidio Tuol Sleng, Duch solicitó con urgencia su traslado a la provincia de Battambang, donde se convirtió en el director de educación del pueblo de Samlot, dice Hun.
Allá continuó predicando el Evangelio. "Me pidió que me convirtiera al cristianismo", dice Sok Lian, un vendedor en un mercado local en Samlot que alquilaba una propiedad de Duch. "Me contó que quería empezar una iglesia. Pero fue detenido antes de que pudiera hacerlo".
En 1999, una noticia en el diario reveló la identidad de Duch y las autoridades lo detuvieron al poco tiempo. Las noticias causaron estupor entre sus antiguos alumnos y colegas. "Cuando lo vi en la televisión, me dije: ‘¡Oh, Hang Pin es Duch!’", recuerda el ex director de la secundaria, Hun.
"Me impresionó", dice Kek, alumna de Duch en los años sesenta. Aunque recuerda a Duch como más amable que los otros maestros, la horroriza lo que hizo. "Sus acciones genocidas no se pueden borrar", dice Kek. "No se lo puede perdonar".
Sus familiares ven a Duch de otro modo, diciendo que ha cambiado y que merece ser perdonado. "Quiero decir al tribunal que mi padre es un hombre bueno, a través de Jesús", dijo Ky. La hermana de Duch, Hang Kim Hong, que hoy vive en la vieja casa de Duch en Samlot, dijo que rezaba con sus hijos todos los días por su libertad.
Pidiendo Perdón
Duch dijo que cooperará con el tribunal durante los tres a cuatro meses que tomará el juicio e intentará responder todas las preguntas de los jueces.
Alex Hinton, del Centro de Estudio sobre el Genocidio y Derechos Humanos de la Universidad de Rutgers, dice que el juicio de Duch inicia una conversación largamente esperada entre los criminales del Khmer Rouge y sus víctimas. Es también la primera oportunidad de que Duch pida perdón según le ordena su nueva ideología.
"Su confesión es un acto muy cristiano", dijo Hinton durante una pausa el lunes. "Ahora la cuestión es si está tratando de que le rebajen la sentencia o si está genuinamente arrepentido y quiere confesar sus pecados".
6 de abril de 2009
©christian science monitor
cc traducción mQh
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