cuidado con al qaeda
Marc A. Thiessen trabajó para el Pentágono y la Casa Blanca de 2001 a 2009, y fue recientemente el principal escritor de los discursos del presidente George W. Bush. 20 de abril de 2009
Un meticuloso estudio de los videos de Osama bin Laden, de cartas y declaraciones subidas a internet dejan en claro que el objetivo de al Qaeda es más que aterrorizar a los estadounidenses o expulsarnos de Oriente Medio. Bin Laden cree que al Qaeda puede provocar el derrumbe económico de Estados Unidos, y para alcanzar ese objetivo ha adoptado la estrategia de atacar los centros financieros y la infraestructura económica de Estados Unidos.
Bin Laden menciona los atentados del 11 de septiembre de 2001 como prueba de que esta estrategia puede resultar. En un video de noviembre de 2004 transmitido por Al Yazira, se fanfarroneó de que al Qaeda gastó medio millón de dólares en el atentado, mientras que Estados Unidos perdió, "de acuerdo a las estimaciones más bajas, quinientos mil millones de dólares, lo que quiere decir que por cada dólar al Qeada hizo perder un millón de dólares a Estados Unidos, además de la pérdida de una enorme cantidad de empleos".
"Estados Unidos es una superpotencia con un gran poderío militar y poder económico", concluyó. "Pero está construida sobre bases endebles. Así que es posible atacar esos fundamentos y concentrarnos en sus puntos más débiles. Incluso si golpeamos sólo el diez por ciento de estos, el edificio entero se tambaleará y derrumbará".
Las ambiciones de los terroristas fueron modeladas por sus experiencias en la lucha contra la Unión Soviética en Afganistán. Antes de los atentados del 11 de septiembre, Bin Laden dijo: "La gente nos preguntaba: ‘¿Cómo vais a derrotar al imperio soviético?’ Y en esa época, el imperio soviético era una poderosa potencia que intimidaba a todo el mundo... Hoy ya no existe el imperio soviético. Así que Dios, que nos permitió derrotar al imperio soviético, es capaz de apoyarnos nuevamente y permitirnos derrotar a Estados Unidos".
Después del 11 de septiembre, Bin Laden publicó una carta advirtiendo al pueblo norteamericano de que nuestro destino "será el de los soviéticos, que huyeron de Afganistán a sufrir su derrota militar, el derrumbe político, el ocaso ideológico y la bancarrota económica".
Estas declaraciones nos dicen algo importante sobre el enemigo: Aunque Bin Laden tiene muchos hombres expertos en la fabricación de bombas, y muchos propagandistas, carece de economistas competentes. Sí, los atentados del 11 de septiembre de 2001, costaron a Estados Unidos miles de millones de dólares, pero nuestra flexible economía de libre mercado reemplazó en un par de años todos los puestos de empleo perdidos. Similarmente, nos recuperaremos de cualquier ataque que pueda montar al Qaeda contra nosotros.
Pero los terroristas no tienen que tener la razón para sentirse envalentonados. Claramente los informes diarios sobre nuestro malestar económico alimentan la creencia de Bin Laden de que Estados Unidos está al borde del colapso económico, y que con un empujón puede empujarnos al abismo. La crisis financiera sólo puede servir para convencer a al Qaeda de que ha llegado la hora de volver a atacar a Estados Unidos.
Hay varios factores que juegan en favor nuestro. El enemigo está debilitado tras nuestra ofensiva de siete años. Nuestras fuerzas armadas destruyeron los refugios de al Qaeda en Afganistán en 2001. Con la purga, erradicamos a al Qaeda de todos los santuarios que había fundado en Iraq. Y el año pasado, Estados Unidos ha aumentado su presión sobre al Qaeda en su bastión paquistaní. Al menos cinco de los más importantes estrategas de al Qaeda han sido eliminados en ese país en 2008, culminando el 1 de enero con la muerte de Usama al-Kini, jefe de operaciones de al Qaeda en Pakistán, y su lugarteniente, el jeque Ahmed Salim Swedan. Estos han sido los golpes más severos contra los estrategas de al Qaeda desde que empezó la guerra contra el terrorismo.
Otro factor que opera a favor nuestro es la severidad de los atentados del 11 de septiembre. Al atacar las Torres Gemelas y el Pentágono, al Qaeda se fijó un objetivo demasiado alto. Si lanza un ataque que no esté a la altura de esos parámetros, será interpretado como un signo de debilidad. Quizás es por esto que no hemos sufrido atentados de menor escala contra centros comerciales y otros objetivos ‘blandos’ en los últimos siete años. En contraste, esto también quiere decir que, sea lo que sea que estén planeando los terroristas ahora, es probable que sea de la misma envergadura o mayor que los atentados del 11 de septiembre de 2001.
La incapacidad de al Qaeda para atacar a Estados Unidos después de siete años aumenta la presión sobre los terroristas para que actúen. La ausencia de otro atentado catastrófico contra Estados Unidos, junto con la masiva derrota que han sufrido los terroristas en Iraq, dice al mundo musulmán que al Qaeda está perdiendo la guerra contra Estados Unidos. Los terroristas tienen que montar algo espectacular para probar que todavía son una fuerza y una amenaza. La creciente ansiedad de al Qaeda para atacar a Estados Unidos y la creencia de que somos cada vez más vulnerables, son una combinación peligrosa.
Todo esto quiere decir que ahora no es el momento para que el presidente Obama desmantele las instituciones iniciadas por el presidente Bush para proteger a Estados Unidos. Obama tiene que reconocer que, en este momento, en algún lugar del mundo, los terroristas están observando las dificultades económicas de nuestro país, y planificando un atentado que creen nos pondrá de rodillas. Frente a este peligro, Estados Unidos no debe bajar la guardia.
15 de febrero de 2009
©los angeles times
cc traducción mQh
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