calló durante 35 años
31 de mayo de 2009
Entre ellos, muy callado en un rincón y aferrado a su fusil SIG, iba José Adolfo Paredes Márquez, un joven de 18 años que se retiró dos años después del Ejército y que luego se ocupó en cuanto pituto pudo darle la vida.
Durante 35 años, en cada lugar donde estuvo, nadie supo que él fue uno de los que le quitaron la vida a Víctor Jara. Ni los que lo vieron de buzo sacando mariscos, ni los que rescató del agua cuando fue salvavidas, ni quienes le compraron barquillos cuando las hizo de vendedor de helados, ni menos a quienes les sirvió comida cuando trabajó de garzón en el Parque O’Higgins.
José Paredes hoy está detenido, confeso y procesado como autor material del crimen del compositor de ‘Te recuerdo Amanda’, ocurrido cuatro días después del asalto a La Moneda.
El Garzón Amistoso
De aquellos días, sus ex compañeros recuerdan que "era un poco lento de mente, pero muy disciplinado y obediente, quizás por eso los oficiales lo querían". Y así fue como cumplió la orden tras el golpe militar, una fecha que, según quienes lo conocieron durante las últimas tres décadas, siempre rehuyó recordar.
Antes de su detención, ‘Pepe’ vivía en San Carlos, en la comuna de Las Cruces, donde era conocido por su afición al vino tinto y su pasión por Colo Colo, pero sobre todo el trago. Sus amigos coinciden en que las últimas tres décadas las pasó en cantinas de barrio: era conocido desde San Antonio hasta El Quisco por su disposición a los oficios temporales.
Pasaba tranquilos días como nochero, mesero ocasional en Cartagena y obrero. "Su mejor época fue cuando trabajó en una pesquera de San Antonio", cuenta un parroquiano del restaurante Kaleuche, uno de los comercios en que Paredes limpiaba baños y era garzón desde los 90. Claudio Aravena, propietario del local, dice que es "un hombre gentil y amistoso" y que nunca comentó nada.
Pesadillas y Bigamia
Paredes tuvo dos esposas, por lo tanto, el ex conscripto es bígamo. En los ficheros del Registro Civil hay dos actas de matrimonio a su nombre: el 15 de octubre de 1975, con Eliana del Pilar Núñez, en Llolleo, y el 17 de agosto de 1982, con Rosa Gutiérrez, en Santiago. Nunca hubo anulación.
"Es un picado de la araña", afirma Rosario González, la ‘Charito’, su actual pareja, una campesina que conoció en Melipilla y con la que compartía una pieza en Las Cruces. "Cuando vivíamos en Melipilla se iba a dormir con mi hermana Blanca, de ahí nació Miguel, su hijo", asegura.
Con su segunda pareja, Rosa Gutiérrez, tuvo dos hijos, uno de 25 y otra de 23, "Pepe es abuelo y no lo sabe", cuenta ésta.
Es su primera esposa, Eliana Núñez -con quien se casó mientras cumplía el servicio militar al mando de Manuel Contreras-, quien da más pistas sobre lo que agobiaba a Paredes en los 35 años que calló el crimen del cantautor. "Yo cumplo años el 11 de septiembre, pero desde el inicio del pololeo me dijo que nunca me saludaría en esa fecha, porque ’no es un día para recordar’, decía".
‘Charito’, su última pareja, asegura que antes que lo vinieran a buscar "despertaba en la noche llorando y sudando". Los episodios se incrementaron cuando, a partir de febrero, comenzó a ser interrogado por el crimen de Víctor Jara.
Y así se mantuvo Paredes. Guardó su secreto en silencio, aunque nunca se arrepintió de su paso por el Ejército. "Hasta hoy, Paredes estaba orgulloso de ser milico", señala Eduardo Loyola, uno de los compañeros de sección en 1973, que también ha sido interrogado.
©la tercera
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