garcía en ruta a dictadura neoliberal
Escrito por Carlos A. Quiroga. Editado por Juana Casas. 8 de junio de 2009
Unos 200 indígenas congregados en Bagua Chica, departamento de Amazonas, fueron los primeros en partir hacia sus comunidades y serían seguidos el martes por casi un millar de otros nativos refugiados en un centro católico de Bagua Grande, dijeron sus dirigentes.
El repliegue comenzó al tiempo que organizaciones encabezadas por la mayor central sindical del país, CGTP, convocaban para el jueves 11 una ‘Jornada Nacional de Lucha’, acentuando la mayor crisis política enfrentada por García, quien completará en julio el tercer año de su segundo mandato quinquenal.
La convocatoria sindical y una dura respuesta de la ministra del Interior, Mercedes Cabanillas, parecían alejar posibilidades de diálogo para superar la crisis desatada por las protestas de los indígenas contra una ley de inversiones que consideran una amenaza para los recursos naturales de la extensa Amazonía.
"El presidente García es el responsable de la matanza", dijo en conferencia de prensa el líder de la CGTP, Mario Huamán, al llamar a la protesta, que incluirá una marcha en Lima y será acompañada por los indígenas con un "paro amazónico".
El sindicalista amenazó con un posterior paro nacional si el gobierno mantiene sus medidas en favor de inversionistas extranjeros en hidrocarburos y minerales y continúa la persecución al líder indígena Alberto Pizango, cabeza de las movilizaciones en tres departamentos amazónicos.
Cabanillas, mostrando una firmeza que parecía destinada a desvirtuar rumores de una crisis ministerial, dijo a reporteros que la "jornada de lucha" del jueves sería parte de un plan antidemocrático y denunció que "en septiembre va a ser la segunda intentona para derrocar al presidente Alan García".
Dirigentes indígenas, que aseguraron que su protesta seguía en pie pese al repliegue, negaron que Pizango hubiera huido al extranjero.
La presunta huida de Pizango fue aprovechada el fin de semana por García para denunciar que las protestas eran una "conspiración anti peruana" alentada por gobiernos extranjeros "competidores", que no identificó.
Medios locales advirtieron que la tensión continuaba en la también amazónica de Yurimaguas, donde otros millares de indígenas mantenían bloqueada una carretera.
La defensora del pueblo, Beatriz Merino, exhortó "a la paz, a que no se repitan hechos de violencia lamentable", revelando que el gobierno se proponía dispersar a los aproximadamente 5.000 indígenas concentrados en la vía entre Yurimaguas y Tarapoto.
"No ha Huido
El paradero de Pizango, contra quien la justicia emitió una orden de captura, continuaba siendo un misterio aunque sus allegados aseguraron que estaba refugiado en Lima.
"Nuestro líder está aquí, dialogando con los líderes de la Amazonía (...), él no está huido, simplemente está garantizando su vida", dijo en conferencia de prensa Deisy Zapata, vicepresidenta de la organización nacional de los indígenas conocida por su sigla AIDESEP.
La ministra Cabanillas, quien no ahorró calificativos para los "criminales homicidas" líderes indígenas, emplazó a Pizango a presentarse ante la Justicia para responder por los delitos que, según dijo, derivaban de su convocatoria a las protestas.
"El que la hace la paga (...), ese crimen no va a quedar impune, por muy nativo que sea", afirmó.
El gobierno dijo el fin de semana que tenía informes de que Pizango habría huido a la vecina Bolivia, donde sería respaldado por el gobierno del presidente indígena Evo Morales.
La Paz negó injerencia en el conflicto peruano y dijo que investigaría si el líder de la AIDESEP, quien no estaba ubicable desde el mediodía del viernes, ingresó a su territorio.
Repliegue
Indígenas de varias etnias hallaron refugio en Bagua Grande tras protagonizar el viernes y sábado choques con la fuerza pública en una carretera y en una estación de bombeo del oleoducto principal del país.
Líderes indígenas dijeron que esa violencia dejó al menos 30 manifestantes muertos, pero el gobierno informó que hasta el lunes había confirmado el deceso de sólo nueve indígenas, además de 24 policías "cruelmente asesinados".
La violencia en las ciudades de Bagua Grande y Bagua Chica estalló cuando la policía y el ejército intentaron dispersar a los indígenas que bloqueaban una carretera regional, al día siguiente de que el Congreso desistiera de revisar un polémico paquete de leyes pro inversiones.
Los indígenas consideran que esas leyes -defendidas por el gobierno de García como imprescindibles para atraer inversiones hacia los hidrocarburos y otros recursos de la selva- violan sus derechos sobre el territorio amazónico.
"Regresamos a nuestras comunidades para conversar sobre lo que ha pasado, pero no estamos derrotados porque seguiremos con nuestra lucha", dijo en Bagua Nérida Díaz, una de las dirigentes de los indígenas, mayormente de las etnias aguarunas y huambisa.
"Vamos a seguir peleando porque no en vano nuestros muertos están en la Curva del Diablo", agregó Díaz, refiriéndose al lugar de la carretera amazónica donde se produjeron los choques más graves entre indígenas y los uniformados.
©reuters
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