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arrestan a detective, por asesinato


La detective del Departamento de Policía de Los Angeles, Stephani Lazarus, había sido elogiada por su trabajo recuperando obras de arte robadas e identificando falsificaciones.
[Andrew Blankstein and Joel Rubin] Poco después de que, el viernes en la mañana, se sentara a su escritorio en el tercer piso del cuartel general del Departamento de Policía de Los Angeles (LAPD), a la detective Stephanie Lazarus le dijeron que había en los calabazos en el sótano un detenido que tenía información sobre uno de los casos de que estaba encargada. La veterana agente -llevaba veinticinco años en el departamento- bajó rápidamente.
Cuando Lazarus entregó su revólver para pasar por el control de seguridad, estaba cayendo en una trampa. No había ningún detenido, sino sólo preguntas sobre un terrible secreto que la policía cree que mantuvo durante más de dos décadas.
Ahora desarmada, Lazarus, 49, fue confrontada por detectives de homicidio y detenida por sospechas de haber asesinado, en 1986, a una mujer que se había casado con el ex de Lazarus. La dramática revelación en este caso de décadas de antigüedad, provocó consternación en la unida comunidad del departamento de policía. Es una de las pocas veces en la historia del departamento en que uno de sus agentes ha sido acusado de asesinato.
"Es doloroso", dijo el jefe del LAPD, William J. Bratton. "Pero el asesinato es también muy doloroso".
Calificándolo como un aparente "crimen pasional", el subdirector Charlie Beck dijo que Lazarus presuntamente golpeó y disparó contra Sherri Rae Rasmussen, 29, directora de una clínica de cuidados especializados, cuando ya llevaba dos años en el departamento.
Tres meses después de su matrimonio, el marido de Rasmussen volvió a su condominio Van Nuys la tarde del 24 de febrero de 1986, y halló el cuerpo severamente golpeado de su esposa en el suelo de la salita. Presentaba varios impactos de bala en el cuerpo, dijo Beck.
Días después del asesinato, dos hombres asaltaron a punta de pistola a una mujer en la zona. Detectives de homicidios sospecharon que el par también había asesinado a Rasmussen cuando los encontró robando en su casa, de acuerdo a informes de prensa de la época. Según diarios de la época, los padres de Rasmussen ofrecieron una recompensa de diez mil dólares por la captura de los autores.
La búsqueda de los hombres no arrojó ningún resultado. Como miles de otros homicidios de ese período, el caso permaneció abierto, aunque aparcado en las estanterías, mientras los detectives trataban de mantener el ritmo con el dramático aumento de los crímenes violentos en Los Angeles.
Pero con los homicidios en la ciudad cayendo a bajos históricos, los detectives del LAPD han tenido en los últimos meses la inusual libertad de revisar los casos archivados. Los detectives revisaron el asesinato de Rasmussen en febrero, analizando las muestras de sangre y saliva tomadas en la escena del crimen que pensaban que pertenecían al criminal. Los análisis de ADN mostraron que el atacante había sido una mujer, desmintiendo la teoría de que Rasmussn había sido asesinada por un hombre.
Los detectives estudiaron el expediente original buscando alguna mención de cualquier mujer que hubiese podido ser pasada por alto durante la investigación. Beck dijo que encontraron una referencia a Lazarus, que se sabía que en la época había tenido una relación sentimental con el marido de la víctima, John Ruetten. Supuestamente Ruetten rompió la relación y poco después conoció a Rasmussen, dijeron fuente familiarizadas con la investigación que no están autorizadas para hablar con la prensa.
Las sospechas recayeron sobre la detective del LAPD y en el departamento el caso se convirtió en un tema sensible y explosivo. Para minimizar la posibilidad de que se difundiera que la investigación había sido reabierta, sólo se informó a un pequeño círculo de detectives y oficiales de alto rango. La semana pasada, un agente encubierto siguió a Lazarus cuando esta hacía las compras, esperando la oportunidad de que arrojara algún utensilio de plástico u otro objeto que contuviera su saliva, dijeron fuentes policiales.
El ADN de su saliva fue comparado con el ADN recogido en el sitio del suceso. El código genético de las muestras era el mismo, declaró la policía.
De acuerdo a Beck, Lazarus no fue procesada como sospechosa en la época del asesinato de Rasmussen. Los dos detectives de homicidios asignados originalmente al caso están jubilados y todavía no han sido contactados por la policía. Beck se negó a decir por qué los detectives no examinaron más detenidamente a Lazarus como la posible autora.
Interrogado durante una rueda de prensa en la tarde si Lazarus había sido ignorada deliberadamente o por error porque era policía, Beck dijo: "No conozco la respuesta de esa pregunta". Localizado en su casa en Arizona, el padre de Rasmussen, Nels E. Rasmussen Jr., dijo que eso sí le parecía a él. "No nos sorprende que haya sido detenida", dijo.
Uno de los detectives que trabajaron originalmente en el caso, Lyle Mayer, dijo que nunca entrevistó a Lazarus en el curso de la investigación y siguió creyendo en la teoría del robo hasta su jubilación en 1991.
Funcionarios policiales se negaron a hacer comentarios sobre si creían que hubiera otros implicados en el asesinato. Lazarus ha sido detenida sin fianza y no pudo ser entrevistada.
Los agentes se enteraron con asombro de su detención cuando la noticia corrió por el departamento.
"Nunca imaginé, ni en mis especulaciones más salvajes, que pudiera hacer una cosa así", dijo un agente que solía conversar con Lazarus. "Bebíamos cerveza. Estaba siempre dispuesta a darte un achuchón o contarte un chiste". El agente habló a condición de conservar el anonimato. El actual colega de Lazarus, el detective Don Hrycyk, se negó a hacer comentarios.
Lazarus se incorporó al departamento en 1983, un año después de egresar de la UCLA con una licenciatura en sociología, muestran archivos del LAPD y de la universidad. Después de varios años como agente patrullera, fue ascendida a detective y, en 2006, recibió, con Hrycyk, una importante misión para localizar obras de arte robadas y falsificaciones. Hay referencias a Lazarus en publicaciones del departamento, en las que se la encomia por su trabajo.
No rehuía la publicidad. En un reciente artículo en LA Weekly, Lazarus bromeó diciendo que todo lo que sabía sobre arte era que "cuelga de la pared" y que "después de trabajar aquí y ver todas esas falsificaciones, me dije que yo también podía hacer eso". Lazarus, que de acuerdo a la policía tiene una hija y se casó hace poco con otro detective del LAPD, dijo al diario que había empezado a seguir un curso de pintura al óleo y se interesó por primera vez en el arte cuando visitó Europa de adolescente. El año pasado concedió entrevistas después de ayudar a capturar a dos hombres condenados por una serie de robos de obras de arte en el área de Wilshire en Beverly Hills.
Hasta su muerte, Rasmussen fue directora de la clínica de cuidados intensivos en el Centro Médico Adventista de Glendale. Su asesinato aturdió a sus colegas, que la describieron como crucial en el equipo, de acuerdo a informes de prensa. El día de su asesinato, se había quedado en casa porque se había dañado la espalda en un clase de aerobics. En un artículo sobre la recompensa ofrecida por la familia, su padre dijo que Rasmussen había ingresado a la universidad a los dieciséis años y había enseñado en la UCLA durante un período.
"Se puede decir que podemos terminar el duelo", dijo Ruetten, marido de la víctima, desde su casa en San Diego. "Fue terrible tener que pasar por todo esto de nuevo".

9 de junio de 2009
6 de junio de 2009
©los angeles times 
cc traducción mQh
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