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represión en honduras


Reprimen a manifestantes. Partidarios del depuesto presidente Manuel Zelaya chocan con soldados en Tegucigalpa en los alrededores del palacio presidencial, donde se reunieron varios miles de manifestantes que juraron ocupar la zona hasta el retorno de Zelaya.
[Alex Renderos y Tracy Wilkinson] Ciudad de México/Tegucigalpa, Honduras. El lunes, fuerzas de seguridad hondureñas dispararon gases lacrimógenos contra los indignados manifestantes que exigen el retorno del depuesto presidente Manuel Zelaya, mientras que los presidentes del Hemisferio Occidental exigían poner fin al primer golpe militar en América Central en dieciséis años.
Tropas en tenida de combate persiguieron a manifestantes que se defendían con piedras por las calles del centro de Tegucigalpa, la capital, mientras un helicóptero militar zumbaba arriba. Al menos treinta personas resultaron heridas, dijo un funcionario de la Cruz Roja. Se informó que un manifestante murió después de ser atropellado por un camión en un incidente anterior.
Honduras se encuentra cada vez más aislada un día después de que el ejército arrestara a Zelaya y lo deportara a Costa Rica. El presidente Obama dijo que permitir el golpe sentaría un "terrible precedente" que evocaría "un siniestro pasado", y varios países latinoamericanos con gobiernos de izquierda retiraron de Tegucigalpa a sus embajadores.
Los gobernantes de facto de Honduras también impusieron la censura total de los medios de comunicación, impidiendo la circulación de diarios internacionales y bloqueando el acceso a sitios noticiosos de internet y a las redes internacionales de noticias de la televisión por cable.
Zelaya, un izquierdista cuyas intenciones de reformar la Constitución provocaron una fuerte oposición a su gobierno, apareció en una cumbre regional de jefes de estado en Managua, Nicaragua, y fue invitado a dirigirse hoy a la Asamblea General de Naciones Unidas.
"Quiero volver a mi país", dijo Zelaya. "Soy el presidente de Honduras".
Zelaya dijo que aceptaría un ofrecimiento del secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, de volver a Honduras y que le gustaría viajar el jueves.
Pese a una condena internacional casi unánime del golpe, el hombre con el que el Congreso hondureño reemplazó a Zelaya se mostró desafiante.
Roberto Micheletti dijo que la Corte Suprema respaldaba la remoción de Zelaya, al que acusó de violar la Constitución. Micheletti dijo que Zelaya había usado sus estrechos vínculos con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, para inclinar Honduras hacia la izquierda.

"El noventa por ciento de la población hondureña está contenta con lo que ha ocurrido", dijo Micheletti a una radio hondureña.
De hecho, Honduras está dividida. Zelaya cuenta con un fuerte apoyo entre los pobres hondureños, pero se enajenó la voluntad del Congreso, la Corte Suprema y gran parte de la Honduras institucional.
En las calles de Tegucigalpa, las protestas aumentaron. Varios miles de hondureños, incluyendo a jóvenes, maestros y trabajadores, convergieron cerca del palacio presidencial el lunes temprano, jurando ocupar la zona hasta el retorno de Zelaya.
Expresando su apoyo por el presidente conocido por su apodo, Mel, los manifestantes quemaron llantas y levantaron barricadas improvisadas utilizando ladrillos, piedras y letreros de metal. Algunos se armaron con palos y cachiporras y provocaron a los soldados. El humo cubría la zona y el tráfico avanzaba apenas en las calles bloqueadas.
"Esto es sólo el comienzo", dijo el manifestante Félix Murillo López, 37, maestro de secundaria. "Seguro que va a correr sangre".
En la tarde las tropas empezaron a reprimir [a los manifestantes], disparando al aire con rifles M-16 y gases lacrimógenos contra los manifestantes, algunos de los cuales arrojaron piedras y rompieron ventanales. La mayor parte de los incidentes violentos tomaron lugar en una zona a unas cuadras del palacio presidencial, llena de pequeños restaurantes como McDonald’s y Burger King.
"Los soldados nos golpean como si fuéramos perros", declaró Yamie Viera, 30.
Anata Margarita Medina, maestra, sollozó cuando recordaba cómo la golpearon los soldados con la culata de los rifles.
"Me arrastraron y me arrojaron por una escalera y me insultaron y me acusaron de arrojar piedras", dijo. "Les dije que no lo había hecho, pero siguieron golpeándome en la espalda con sus rifles".
Los heridos incluían a personas afectadas por los gases lacrimógenos y algunos con sus cabezas ensangrentadas, dijo Luis Reyes, del Comité Internacional de la Cruz Roja mientras vendaba a un joven. Dijo que solamente en su estación trataron a treinta personas.
Bertha Oliva, activista de derechos humanos en Honduras, dijo que su organización tenía informes sobre sesenta personas que fueron tratadas en un hospital.
"La gente que está causando esta violencia está cavando su propia tumba", dijo Oliva.
En un momento, los soldados arremetieron en el vestíbulo del Marriott Hotel, a unos cien metros del palacio presidencial, para expulsar a un grupo de manifestantes que se habían refugiado en su interior.
Antes en el día, los empleados de una compañía de teléfonos protestaron por el nombramiento del nuevo presidente, observados por unos cincuenta soldados. Un hombre resultó gravemente herido después de ser atropellado por un camión de soldados, muriendo posteriormente, dijeron sus colegas. El incidente no pudo ser verificado independientemente. Los empleados dijeron que querían impedir que los soldados requisaran los equipos de telecomunicaciones.
Antes de los incidentes violentos en los alrededores del palacio presidencial, los manifestantes dijeron que no estaban de acuerdo con todas las políticas de Zelaya, pero que utilizar al ejército para removerlo era incorrecto.
"El presidente dijo a los oligarcas que eran una banda de corruptos, que no eran demócratas y que oprimían a la gente, y que no compartían su riqueza", dijo Dalila Aparicio Colindres, 53, una maestra que protestaba a favor de Zelaya con su hijo de veinte. "No les gustaba y lo convirtieron en su enemigo".
"Estoy aquí en la calle para apoyar la democracia", dijo otro manifestante, Medardo Cardona Landa, un artista que enseña en la Academia de Bellas Artes.
Micheletti y las otras personas que están gobernando Honduras alegan que la remoción de Zelaya -y la investidura de Micheletti- era legal porque el Congreso y los tribunales la habían firmado.
Después de semanas de tensión, el punto muerto entre Zelaya y sus numerosos opositores se convirtió en un enfrentamiento sobre una consulta que había programado para el domingo, preguntando a los hondureños si querían revisar la Constitución. La Corte Suprema, la fiscalía y las fuerzas armadas se opusieron a la consulta, considerada ilegal porque no había sido endorsada por el tribunal electoral. Muchos temían que Zelaya estuviera utilizando la votación para prolongar su mandato, como han hecho otros presidentes latinoamericanos. La Constitución hondureña limita los términos presidenciales a cuatro años.
Ramón Custodio, comisionado nacional de derechos humanos, dijo que la intervención militar no podía llamarse golpe.
"Estamos restaurando el orden constitucional", dijo a periodistas en Tegucigalpa. "Era imposible continuar con esa persona tan autoritaria".
En Washington, el gobierno de Obama repitió su condena del golpe, pese a la ambivalencia sobre Zelaya.
"Nuestra prioridad inmediata es restaurar completamente el orden democrático y constitucional en ese país", dijo la secretario de Estado Hillary Rodham Clinton. La secretario llamó al diálogo.
Obama dijo que el derrocamiento de Zelaya no era "legal" y que sigue siendo el presidente reconocido de Honduras.
Países con gobiernos de derecha e izquierda denunciaron los sucesos en Honduras, desde la Venezuela de Chávez, que prometió ayudar a Honduras a "resistir", hasta el conservador México de Felipe Calderón.
La Organización de Estados Americanos ha programado para hoy una reunión de ministros de relaciones exteriores para debatir la suspensión de Honduras según las reglas que descalifican a regímenes no democráticos.

30 de junio de 2009
©los angeles times 
cc traducción mQh
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