comenzó juicio de charles taylor
14 de julio de 2009
Al iniciar la defensa de Taylor, el abogado británico Courtenay Griffiths dijo que Taylor subiría al estrado el martes para declarar ante el Tribunal Especial para Sierra Leona por lo que se cree que serán varias semanas de testimonios.
Instó a los jueces a brindar a Taylor un juicio justo, y a no abrumarse con el desfile de miserias presentado por la fiscalía desde que empezara el juicio hace trece meses.
"Nadie que haya visto aquí en este tribunal la procesión de seres humanos reviviendo los traumas más grotescos, puede permanecer inmune", dijo Griffiths a la comisión de tres jueces. "Nosotros también somos humanos, incluso cuando decimos que este acusado no es culpable".
Taylor, 61, el primer jefe de estado africano que será juzgado por un tribunal internacional, está acusado de once cargos por homicidio, tortura, violación, esclavitud sexual, el uso de niños soldados y por implantar un régimen de terror.
Su juicio ha sido saludado como un histórico ejemplo de cómo negar impunidad a los autócratas que han evadido siempre su responsabilidad en crímenes colectivos y violaciones de los derechos humanos que ocurrieron durante sus regímenes.
La relevancia del caso es realzada por el rechazo del presidente de Sudán, Omar al-Bashir, a responder a las citaciones de la Corte Penal Internacional, en La Haya, para responder ante cargos por crímenes contra la humanidad en Darfur. La mayoría de los presidentes africanos han respaldado a al-Bashir en su acto de rebeldía y se niegan a arrestarlo.
Taylor estudió económicas en Estados Unidos y tuvo su adiestramiento militar en Libia antes de ascender al poder como un señor de la guerra rebelde en Liberia y ser elegido presidente en 1997.
En el tribunal de Naciones Unidas, los fiscales dicen que ayudó a los rebeldes de Sierra Leona a controlar el país vecino y apoderarse de sus abundantes riquezas minerales. Algunos de los 91 testigos llamados, dijeron que había enviado armas a los rebeldes, ocultándolas en sacos de arroz, en contravención del embargo de armas y a cambio de los llamados ‘diamantes de sangre’ extraídos con el trabajo de esclavos.
Un testigo de la acusación subió al estrado con muñones -sus manos habían sido cercenadas. Una mujer declaró que había sido obligada a acarrear un saco lleno de cabezas cercenadas, incluyendo las de sus propios hijos. Uno de los ex ayudantes de Tayor contó a los jueces que estaba con Taylor cuando el presidente comió hígado humano.
Esas escenas están lejos del elegante ex presidente que miraba impasible este lunes en el tribunal, luciendo un traje marrón cruzado, corbata marrón y gafas oscuras.
Griffiths describió a Taylor como un conciliador que estaba demasiado ocupado defendiendo la democracia en Liberia como para dirigir las atrocidades cometidas por los rebeldes durante la guerra civil de Sierra Leona entre 1991 y 2002.
Desde su detención en 2003, Taylor "no ha dicho ni una sola palabra en su defensa...", dijo Griffiths. "Ahora está usando la oportunidad de defenderse, no porque lo tenga que hacer según la ley, sino porque cree que es importante aclarar la historia".
En un emocional alegato inaugural, Griffiths se refirió a las raíces liberianas como el hogar de los esclavos libertos de Estados Unidos y lo contrastó con la imagen de Taylor cuando era llevado "encadenado" a Holanda, en junio de 2006.
El juez presidente Stephen Rapp criticó los comentarios de Griffiths porque introducen un elemento racial en el caso. Señaló que todas las víctimas de los crímenes en Sierra Leona eran africanos.
"El intento de este presunto perpetrador de utilizar el argumento de la raza es, en nuestra opinión, muy inapropiado", dijo.
Taylor es juzgado en una sala de tribunal alquilada en la Corte Penal Internacional en La Haya por temores de que juzgarlo en Sierra Leona pudiera reiniciar la violencia.
En un discurso que parecía dirigido más a Sierra Leona y Liberia que a los jueces, Griffiths dijo que el caso debería girar sobre los "agotadores esfuerzos de Taylor de llevar paz a Sierra Leona", no sobre las atrocidades.
En Liberia, el defensor de derechos humanos Boakai Jalieba dijo que el caso es seguido atentamente por los liberianos.
"Aquí en Liberia tenemos un gran interés en el juicio porque las guerras en Liberia y Sierra Leona presentan muchas similitudes; tenían algunas identidades comunes; los liberianos eran reclutados para ir a Sierra Leona, y los de Sierra Leona pelearon aquí", dijo.
Se estima que quinientas mil personas fueron víctimas de asesinatos, mutilaciones sistemáticas y otras atrocidades de la guerra civil de Sierra Leona. Algunos de los crímenes más atroces fueron ejecutados por pandillas de niños soldados que eran mantenidos con drogas para hacerlos insensibles al horror de sus acciones.
Pero Griffiths dijo que Taylor no era responsable del uso de niños en la guerra.
"Los niños soldados no fueron una invención de Charles Taylor", dijo.
Aparte de Taylor, el equipo de la defensa tiene una lista de más de doscientos testigos, aunque no se espera que declaren todos. Entre ellos se encuentran algunos ex jefes de estado africanos y altos funcionarios de Naciones Unidas que declararan a su favor, de acuerdo a una lista donde no se les identifica.
©fwdailynews
cc traducción mQh
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