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murió frank mccourt


Autor de ‘Las cenizas de Ángela’. El libro de memorias sobre su lúgubre infancia en una barriada irlandesa fue escrito después de jubilarse como maestro en Nueva York.
[Dennis McLellan] Murió el domingo, de cáncer, Frank McCourt, el maestro jubilado de Nueva York que inició su carrera literaria tarde en su vida, reuniendo recuerdos de su lúgubre y miserable infancia en Irlanda para escribir el tomo que ganó el Premio Pulitzer, ‘Las cenizas de Ángela’ [Angela’s Ashes].
McCourt, que fue tratado recientemente por melanoma y luego enfermó gravemente de meningitis, murió en una residencia de ancianos en Nueva York, informó su hermano Malachy.
"Soy un retoño tardío", dijo McCourt, entonces de 66, al New York Times poco después de la publicación de ‘Las cenizas de Ángela’ en 1996.
McCourt, hijo de inmigrantes irlandeses nacido en Brooklyn, que volvió a Irlanda con su familia durante la Depresión cuando él tenía cuatro años, pasó tres décadas enseñando inglés y literatura creativa en el sistema de educación pública de Nueva York.
En la reputada Escuela Secundaria Stuyvesant, en Manhattan, donde enseñó durante muchos años, siempre aconsejaba a sus estudiantes de literatura creativa que escribieran sobre sus propias vidas y familias.
Pero McCourt no escribió el galardonado relato personal sobre su lúgubre infancia en una miserable barriada de Limerick, Irlanda -que describió como "historia trágica", que concluyó cuando emigró a Estados Unidos a los diecinueve- sino varios años después de jubilarse como maestro en 1987.
Descrito en Newsweek como "la historia de la Cenicienta de la industria editorial de la década", ‘Las cenizas de Ángela’ escaló al número uno de la lista de éxitos de venta, y fue traducida a más de veinte idiomas -vendiendo más de cuatro millones de ejemplares en todo el mundo.
También ganó el Premio Pulitzer de biografía y el Premio del Círculo Nacional de Críticos Literarios para literatura documental, y fue llevada al cine en 1999.
En el proceso, ‘Las cenizas de Ángela’ propulsó a su autor de la oscuridad a la fama y la fortuna.
El afamado y canoso autor recorrió el circuito de los programas de televisión, fue descrito en un perfil de ‘60 Minutes’ y era constantemente solicitado como conferencista porque, como señaló Newsweek en 1999, "es inteligente, articulado y tiene el perfecto acento irlandés: lírico, pero comprensible".
"A los 66 se supone que te mueres o te pegas hemorroides", dijo McCourt al Hartford Courant en 2003. "Escribí el libro y me sorprendió que se convirtiera en un éxito de ventas y ganara el Premio Pulitzer. Todavía no logro procesarlo".
Cuando volvió a Estados Unidos en 1949 dijo a Newsweek "todo lo que tenía era esta historia. Escribirla me tomó dos años, y toda mi vida".

El mayor de siete hermanos, McCourt nació el 19 de agosto de 1930. Sus padres eran jóvenes inmigrantes irlandeses. Su padre jornalero y bebedor no encontró trabajo durante la Depresión, y la pareja volvió a Irlanda, donde las condiciones eran mucho peores.
La familia vivía en Limerick -en "una de las barriadas más picantes a este lado de Bombay", escribió McCourt- donde su pequeña y húmeda casa quedaba junto de un fétido excusado lleno de ratas que compartían las otras familias del bloque.
La hermana menor de McCourt murió por causas desconocidas cuando todavía vivían en Nueva York, y al año de llegar a Irlanda, los hermanos gemelos de McCourt murieron de neumonía, con seis meses de diferencia. A los diez, McCourt mismo fue hospitalizado por tifus.
Toda vez que su padre lograba encontrar brevemente un empleo, se gastaba la paga bebiendo en bares. Durante la Segunda Guerra Mundial encontró trabajo en un fábrica de municiones en Inglaterra, pero rara vez envió su salario a casa.
La sacrificada madre de McCourt -la Ángela del título del libro- pedía ayuda a la Sociedad de San Vicente de Paul y a veces se vio obligada a mendigar.
McCourt, que empezó a robar pan y leche para la familia, abandonó la escuela a los catorce y consiguió una seguidilla de trabajos meniales, entre otros repartiendo telegramas.
"Ciertamente no podría haber escrito ‘Las cenizas de Ángela’ cuando vivía mi madre, porque se habría avergonzado", dijo McCourt al Hartford Courant. "Hasta cierto punto, su generación y mi generación nunca nos enorgullecimos de haber crecido en la pobreza y la adversidad. Siempre quisimos dar a la gente la impresión de que éramos de clase media, o de clase media baja".
Después de llegar a Estados Unidos en 1949, McCourt encontró trabajo como criado en el Hotel Biltmore de Nueva York.
Reclutado por el ejército durante la Guerra de Corea, pasó dos años en Alemania. Aunque no terminó la secundaria, según contó más tarde, era "bastante culto" y logró hacerse camino hacia la Universidad de Nueva York.
Tras graduarse en 1957, consiguió una posición para enseñar inglés en una secundaria vocacional y técnica en Staten Island. Diez años después recibió la licenciatura del Brooklyn College.
Como maestro, McCourt entretenía a sus alumnos con sus horrendas y a menudo hilarantes historias sobre su infancia en Irlanda. A fines de los años sesenta, trató de escribir un libro sobre sus primeros años, pero consideró que su intento fue "atroz" y lo dejó de lado.
"Estaba pasando por mi período James Joyce, estudiado y afectado", dijo al New York Times en 1997. "Todavía estaba luchando para encontrar mi voz.
"No quería más que escribir este libro. Tenía que escribirlo, o moriría aullando".
No fue sino en 1994, después de observar a Chiara, su nieta, desarrollando su vocabulario, que McCourt descubrió un modo de contar la historia: a través de sus ojos de niño.
Contar cuentos era algo natural para McCourt, que desarrolló sus habilidades con pintas de cerveza Guinness en lugares como la taberna Lion’s Head en Greenwich Village, que era un lugar de reunión de periodistas y escritores como Pete Hamill y Norman Mailer.
"De niños, todos contábamos historias", dijo McCourt sobre su familia en una entrevista con el Toronto Sun en 2000. "Era todo lo que teníamos. No había televisión ni radio. Nos sentábamos junto al fuego e inventábamos historias. Mi papá era un gran narrador. Bastaba mencionar a algún vecino para que nos contara alguna historia.
"Pero también tenía que ser un gran narrador para sobrevivir la docencia. Pasé treinta años en el aula. Cuando te paras todos los días frente a 170 adolescentes, tienes que mantener su atención. Su lapso de atención es de cerca de siete minutos, que corresponde con la pausa entre comerciales. Así que tienes que mantenerte alerta".
A mediados de los años ochenta, McCourt y su hermano actor Malachy escribieron y empezaron a actuar en ‘A Couple of Blaguards’, una comedia musical de dos personajes sobre sus primeros años.
McCourt también escribió ‘Tis: A Memoir’, una memoria de 2005 sobre sus años de maestro. Casado y divorciado dos veces, se casó con su tercera esposa, la publicista Ellen Frey, en 1994.
Aparte de su esposa y su hermano Malachy, le sobrevive también una hija, Maggie, de un matrimonio anterior.

9 de agosto de 2009
20 de julio de 2009
©los angeles times
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