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Congreso colombiano aprueba referéndum para reelección de Uribe. Estados Unidos no muestra ningún entusiasmo por la perspectiva de un tercer mandato del presidente Álvaro Uribe. Detractores denuncian lo que ven como la destrucción del sistema de equilibrio de poderes del país.
[Chris Kraul] Bogotá, Colombia. El presidente colombiano Álvaro Uribe ha despejado el último obstáculo legislativo para postular a un tercer término, una perspectiva que sus aliados estadounidenses miran con sentimientos ambivalentes.
Por 85 contra cinco, la cámara baja del Congreso autorizó el martes noche la convocatoria de un referéndum a principios del próximo año para allanarle el camino a Uribe para que aparezca en las papeletas de votación de mayo. El Senado ya había aprobado la moción el mes pasado.
Si se postula, será la segunda vez que Uribe elude la prohibición constitucional sobre la reelección presidencial -una medida que muchos países latinoamericanos implementan legalmente para impedir la ascensión de caudillos, o líderes políticos que se eternizan en el poder.
Elegido por primera vez en 2002, Uribe fue elegido por una aplastante mayoría en 2006 después de que el Congreso autorizara un referéndum similar para modificar la Constitución de 1991, que limitaba el mandato presidencial a un solo término.
En entrevistas recientes, funcionarios estadounidenses reconocieron que no favorecen la idea de que un aliado siga el mismo camino que los presidentes de izquierda de América Latina, entre ellos al presidente de Venezuela, Hugo Chávez; el de Ecuador, Rafael Correa; y el de Nicaragua, Daniel Ortega, que han logrado reelegirse o que lo están tratando, pese a las restricciones constitucionales.
Funcionarios estadounidenses creen que esos esfuerzos de aferrarse al poder debilitan las instituciones políticas.
Sin embargo, funcionarios del Departamento de Estado y del Congreso, hablando oficiosamente porque no estaban autorizados a hablar en público, dijeron que otra candidatura de Uribe probablemente no afectará la ayuda a Colombia para los programas contra el narcotráfico ni antiterroristas de Estados Unidos. Desde 2000, esos programas han costado a Estados Unidos más de seis mil millones de dólares.
Uribe será un sólido candidato en las próximas elecciones presidenciales. Ciudadanos de un amplio espectro de posiciones políticas y económicas le atribuyen la restauración de la seguridad en zonas urbanas y autopistas, la desmovilización de los grupos paramilitares de extrema derecha y de haber privado de la iniciativa en el campo de batalla a las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC.
Durante la mayor parte de sus dos términos, Uribe ha gozado de una aprobación de entre el sesenta y el ochenta por ciento, de acuerdo a varias encuestas de Gallop. Su popularidad alcanzó su clímax en el verano de 2008, después de que comandos colombianos rescataran a quince rehenes en manos de los rebeldes de las FARC, entre ellos a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt y tres contratistas de defensa norteamericanos.
"Uribe ha cambiado el espíritu y la realidad de nuestro país", dijo el congresista Nicolás Uribe Rueda, que votó por el referéndum. No es pariente del presidente Uribe. "Con cuatro años más, tendrá la posibilidad de derrotar definitivamente a las guerrillas y los paramilitares".
Alfredo Rangel, del laboratorio ideológico de Bogotá Fundación Seguridad y Democracia, dijo que Uribe transformó el país que en 2002 estaba en las últimas y cuya ciudad capital corría el riesgo de ser sitiada por las FARC.
"Su liderazgo ha sido fuerte y efectivo, la aplicación de sus políticas ha sido muy positiva, y creo que es importante que mantengamos eso", dijo Rangel. "Las constituciones no son documentos muertos, intocables".
Pero Ana María Bejarano, profesora de ciencias políticas de la Universidad de Toronto, dijo que la aprobación del referéndum fue un "día triste para mi país" porque abre la puerta a futuros caudillos y la destrucción del sistema de
equilibrio de poderes legales de Colombia.
"La Constitución de 1991 no sólo prohibió la reelección sino que, asumiendo el mandato de un término del presidente, diseño cuidadosamente un sistema equilibrado de poderes", dijo Bejarano. "Ahora todos esos mecanismos para controlar su poder serán inútiles y dejarán de funcionar".
La congresista de oposición, Gloria Inés Ramírez, dijo que la votación en el Congreso, orquestada por partidarios de Uribe, había sido un "espectáculo deprimente", con sus promesas de fastuosos gastos fiscales en los distritos electorales de miembros a favor del referéndum.
"Este es un golpe al estado de derecho en nuestro país", dijo Ramírez.
La apuesta de Uribe también corre riesgos. Primero debe ganar la aprobación -del referéndum- de la Corte Constitucional. Luego la moción debe generar una convocatoria adecuada: Uribe debe reunir una mayoría con no menos de 7.5 millones de votos -lo que equivale a un cuarto del electorado.
Y finalmente Uribe debe decidir postularse -una decisión sobre la que ha agonizado en público durante meses, manteniendo al sistema político colombiano en un estado de animación suspendida en momentos en que se prepara para la votación del próximo año.

12 de septiembre de 2009
3 de septiembre de 2009
©los angeles times 
cc traducción mQh
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