eua suspende ayudas a honduras
12 de septiembre de 2009
El Departamento de Estado, que ya había suspendido la ayuda, declaró que podría suspender hasta doscientos millones de dólares más a menos que el derrocado presidente Manuel Zelaya y su gobierno elegido democráticamente fuera restituido.
Funcionarios del Departamento de Estado dijeron que también podrían rechazar el resultado de las elecciones presidenciales que el gobierno de facto ha convocado para noviembre.
El gobierno de Obama se ha conducido cautelosamente en cuanto a suspender la ayuda a Honduras, un pequeño y pobre país que depende fuertemente del comercio y la ayuda de Estados Unidos. Pero Washington hace frente a una creciente presión para que haga algo más para desalojar al gobierno de facto de Roberto Michelleti, el presidente del Congreso nombrado para reemplazar a Zelaya horas después de que el ejército derrocara al presidente.
Zelaya, en un discurso el miércoles en la Universidad George Washington, dijo que el presidente Omaba estaba "arriesgando su prestigio en América Latina" si no ejercía más presión sobre el gobierno de facto.
Philip J. Crowley, portavoz jefe del Departamento de Estado, dijo que Clinton, al suspender la ayuda, estaba "reconociendo la necesidad de tomar medidas severas a la luz de la continua resistencia" al acuerdo de paz propuesto por el presidente costarricense Óscar Arias, que ha tratado de mediar en la crisis. El acuerdo habría restituido a Zelaya en la presidencia antes de las elecciones de noviembre, al mismo tiempo instándolo a abandonar los planes de reformar la Constitución para poder ser reelegido [según lo acusa el gobierno de facto].
Algunos países latinoamericanos están ansiosos de que se ejerza más presión sobre el gobierno interino. Al mismo tiempo, el gobierno de Obama hace frente a una creciente oposición de algunos congresistas y cabilderos republicanos que afirman que Zelaya, aliado de los presidentes de izquierda de América Latina, estaba tratando de socavar la Constitución hondureña para extender su mandato.
"El pueblo hondureño quiere libertad, seguridad y prosperidad para su país", dijo el congresista Connie Mack (republicano de Florida). "Merecen nuestro apoyo, y no sanciones disciplinarias y severas reducciones de la ayuda".
Crowley dijo que el Departamento de Estado "reconoce la naturaleza compleja de las situaciones que condujeron al golpe de estado del 28 de junio".
"Aquí no se trata de lo que debe hacer Estados Unidos", dijo Crowley. "Se trata de que deben hacer [los líderes de facto] si quieren salir del hoyo en el que se metieron".
4 de septiembre de 2009
©los angeles times
cc traducción mQh
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