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vivanco sobre el golpe en honduras


"Hay que mantener o aumentar la presión" contra gobierno de facto. El funcionario internacional estima que la solución a la crisis es "restablecer el orden constitucional, permitir que el Presidente legítimo gobierne y siga con el calendario electoral, que podría ser o no prorrogado, pero eso es materia de la negociación política".
[Claudia Saavedra] El director regional del organismo humanitario, José Miguel Vivanco, aseguró que el regreso de Manuel Zelaya a su país es "una excelente noticia".
Mantener la presión sobre el gobierno hondureño de facto, incluso reforzarla, es una de las maneras que el chileno José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch estima llevará a una pronta solución de la grave crisis política que hace tres meses vive la tercera nación más pobre de la región. "Mientras se mantengan firmes las presiones y Estados Unidos sostenga las sanciones -y ojalá hasta las incrementen-, las posibilidades de solución al conflicto son mayores", manifestó a La Nación este abogado de la Universidad de Chile.
Para Vivanco, la presión al gobierno de facto de Roberto Micheletti debe ser triangular: Congreso, partidos políticos y sector privado, y, en especial, los candidatos presidenciales. Ellos, a su juicio, son los más interesados en que el proceso se lleve a cabo "de un modo incuestionable. En el minuto en que se den cuentan de que no tiene sentido prestarse a un proceso electoral que no será reconocido a nivel internacional, ejercerán las presiones necesarias con Micheletti para obligarlo a sentar cabeza y hacerle ver que la única alternativa posible es el Plan Arias".

Justamente el mediador Óscar Arias sostuvo ayer que no se debía aislar al gobierno de facto ya que era mejor estar en comunicación con él. ¿Qué opina?
Evidentemente que hay que estar en condiciones de confrontar a Micheletti y ello no significa que haya que levantar las sanciones de aislamiento. Hay que buscar, primero, cómo revertir el proceso antidemocrático e impedir que se consolide el régimen de facto. Para ello están las presiones, ojalá, concertadas y unánimes, cosa que se está aplicando, especialmente por parte de EEUU. Y en segundo término, acciones diplomáticas de reproche. El confrontar al régimen de facto no significa reconocerlo. Significa buscar oportunidades para dejarle muy claro cuáles son las reglas del juego.

Tanto la Unión Europea como el embajador de EEUU ante al OEA sostuvieron que el ingreso del derrocado Manuel Zelaya complicó una solución a la crisis.
Zelaya no le tiene que pedir permiso a la comunidad internacional para regresar a su país, del cual es presidente legítimo y del cual fue arrastrado en pijama por los militares en un golpe de Estado. Creo que es una excelente noticia que Zelaya esté en el país. Efectivamente eso posibilita una solución al conflicto. El embajador ante la OEA se equivoca porque el énfasis y la presión debe ejercerse contra el gobierno de Micheletti, que está impidiendo una solución a esta crisis y es el que está violando derechos humanos y suspendiendo libertades públicas.

El general Romeo Vásquez recomendó ayer a sus superiores el diálogo. ¿Ese es un buen signo?
Me parece valioso que las FFAA estén recapacitando, lo que hicieron no tiene justificación. Fue un atropello y una arbitrariedad incalificable, como fue la detención y expulsión del presidente. Pero desde hace algún tiempo las FFAA hondureñas, apenas surgió el Plan Arias, manifestaron que no serían un obstáculo para la implementación de dicha solución. Me atrevería a agregar sin tener evidencias, pero conociendo los vínculos históricos de las FFAA hondureñas con las estadounidenses, que probablemente -no lo afirmo, me da la impresión- las posiciones de las FFAA hondureñas sean el resultado de la presión de EEUU.

1 de octubre de 2009
©la nación
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1 comentario

claudio lisperguer -

El retorno de Zelaya ha acelerado el proceso para revertir el quiebre institucional y es innegable que su estrategia está dando frutos: consiguió el aislamiento del régimen y la sostenida resistencia ha neutralizado los intentos del régimen de mostrar la imagen de un país en orden.
Pero el plan Arias ha perdido toda relevancia y volver a él ahora representaría un retroceso. De hecho, fue rechazado por Micheletti. Pero además es profundamente injusto y si la intención de la intervención internacional es desalentar a otros militares y políticos del continente, el plan Arias producirá un efecto contrario. Al incluir la formación de un gobierno de unidad nacional con los mismos políticos que dieron el golpe, de hecho se recompensa la subversión, cuyo objetivo inmediato era justamente terminar con el gobierno legítimo. No se debe aceptar nada de los usurpadores. Pero quizás un referéndum revocatorio y la prórroga de las elecciones podrían ofrecer la solución que se busca.