terminaron negociaciones en honduras
Después de tres meses de destierro, un mes de acuartelamiento en la embajada brasileña en Tegucigalpa y dos semanas de dialogar con los golpistas, Zelaya volvió al principio del tablero. Entre su círculo de confianza reconocen, de mala gana, que no les quedan cartas por jugar dentro del país. "El pueblo sigue en las calles apoyando la resistencia pacífica y el presidente Zelaya ha hecho todo lo posible para demostrar su voluntad de solucionar la crisis en Honduras. Ahora le corresponde a la comunidad internacional decidir qué va a pasar; si un dictador va a poder imponerse por las armas, por la fuerza, en contra del concierto de todo el mundo", explicó a este diario Rasel Tomé, uno de los asesores de Zelaya.
Cuando Tomé habla de la comunidad internacional, en realidad se refiere a la Casa Blanca. "En Estados Unidos se encuentran las reservas internacionales de Honduras. El gobierno democrático de Barack Obama podría ordenar que se reconozca únicamente la firma del presidente Zelaya para tener acceso al dinero. Si eso sucediera, este régimen de facto se derrumbaría inmediatamente", sugirió el abogado zelayista.
La propuesta no es nueva. Zelaya hace una semana que viene denunciando el estancamiento del diálogo y, por lo tanto, reclamando a viva voz más sanciones por parte del Departamento de Estado norteamericano. Pero mientras el mandatario hondureño reclama sanciones comerciales que afectarán directamente los intereses de los golpistas –congelar cuentas bancarias, suspender las importaciones hondureñas, expulsar al país del Tratado de Libre Comercio entre Washington y Centroamérica–, la cartera dirigida por Hillary Clinton apenas respondió con más suspensiones de visas a ministros y empresarios hondureños, ligados con el golpe.
Ayer el gobierno norteamericano volvió a ignorar el reclamo de los zelayistas y pidió no dejar morir el diálogo. "No lo damos por terminado. La OEA no lo ha dado por terminado y esperamos que actúen rápidamente", señaló el vocero del Departamento de Estado, Ian Kelly. "Creo que hay una necesidad real de que las dos partes alcancen un acuerdo y lo implementen expeditamente", agregó en una conferencia de prensa.
Clinton ya se había comprometido públicamente a no reconocer al gobierno que fuera electo bajo un régimen dictatorial, pero ayer su vocero no quiso repetir esa declaración y se limitó a reclamar la vuelta a la mesa de diálogo. En Honduras, en cambio, los zelayistas ya se hicieron a la idea de que los golpistas cumplirán con su objetivo y tendrán unas elecciones a su imagen y semejanza.
Según adelantó Tomé, el asesor de Zelaya, los dos candidatos presidenciales que reclaman la restitución democrática, Carlos Ham y Carlos Reyes, se retirarán de la contienda. Hoy una parte del Partido Liberal, al que pertenecen Zelaya y Micheletti, también anunciará su salida del proceso electoral. Si el mundo no tuerce el brazo de la dictadura hondureña en el próximo mes, los golpistas tienen el camino electoral libre para consolidar su modelo de país.
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