memorando profético sobre honduras
Memorando profético sobre Honduras un año antes del golpe contra el presidente Zelaya.
[María Luisa Rivera] Un año antes de que el presidente hondureño elegido en las urnas, Manuel ‘Mel’ Zelaya, fuese derrocado por un golpe de Estado, Charles Ford, embajador de Estados Unidos en Tegucigalpa, envió un memorando a Washington en el que decía: "El último año y medio de administración de Zelaya será, a mi juicio, extraordinariamente difícil para nuestra relación bilateral".
Con palabras que ahora parecen proféticas, el 14 de mayo de 2008, Ford escribió: "Las instituciones hondureñas y los gobiernos amigos deben estar preparados para actuar privadamente y en público para ayudar a que Honduras siga adelante".
El 28 de junio de 2009, un grupo de soldados hondureños invadieron el palacio presidencial, desarmaron a los guardias y subieron a Zelaya a un avión con destino a Costa Rica. Roberto Micheletti, número dos en la línea de sucesión presidencial, asumió el poder.
Aunque Ford no haya recomendado explícitamente la desestabilización del gobierno hondureño, señaló que"Zelaya no tiene verdaderos amigos fuera de su familia, ya que ridiculiza públicamente a sus colaboradores" y que "estratégicamente, está solo".
Manuel Zelaya nació en el seno de una familia hondureña rica y al principio era un político de centro-derecha y miembro del Partido Liberal de Honduras, pero se acercó gradualmente a la izquierda durante su carrera política.
En un artículo que publicó la revista New Statesman después del derrocamiento del presidente, Xiomara Zelaya, su hija, afirmó que su padre "otorgó educación gratuita a los niños, garantizó las colaciones escolares para más de 1.6 millones de niños de familias pobres, redujo la pobreza en casi el diez por ciento durante sus dos años en el gobierno y brindó ayuda directa del gobierno a más de doscientas mil familias que vivían en pobreza extrema, proporcionando electricidad gratuita a los miembros de la sociedad que más necesidades tenían".
El embajador de Estados Unidos interpretó el legado de Zelaya de otro modo. "El principal objetivo de Zelaya en el poder es enriquecerse a sí mismo y a su familia, aunque deja un legado público como mártir que intentó hacer el bien pero fue atacado en todo momento por poderosos y anónimos intereses", escribió Ford. "Varios anuncios públicos durante su gestión sugieren que se sentiría bien como el mártir que intentó, pero fracasó honrosamente en su intento de buscar justicia social para los pobres".
Analistas latinoamericanos de derecha fueron más lejos. "La más grave amenaza a la libertad proviene de dos populistas elegidos que buscan someter las instituciones a la ley de sus impulsos megalómanos", escribió Álvaro Vargas Llosa, hijo del renombrado escritor peruano Mario Vargas Llosa, en un editorial publicado en el Washington Post, refiriéndose al referendo promovido por Zelaya para reformar la Constitución.
Vargas Llosa también atacó a Zelaya por adherir a Petrocaribe, que el comentarista describió como "un mecanismo creado por Hugo Chávez para otorgar subsidios de petróleo a países latinoamericanos y caribeños a cambio de su subordinación política" y por entrar en la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (Alba), una alianza comercial que Vargas Llosa hijo describió como "una conspiración política que quiere expandir las dictaduras populistas al resto de América Latina".
El memorando del embajador de junio de 2008 deja en claro que Ford se sentía frustrado porque Zelaya no apoyaba suficientemente a Estados Unidos. "No intentó difundir las fotos de su encuentro con el presidente Bush en una reunión en junio de 2006 en Washington", escribió el embajador estadounidense. "Más notable para mí ha sido su evitación de encuentros públicos con funcionarios estadounidenses de visita. Zelaya es siempre un anfitrión simpático, pero nunca abandona las reuniones para salir en la foto con nuestros visitantes, como hacen ansiosamente otros visitantes de Nicaragua, Cuba y Venezuela. Casi todas nuestras reuniones se realizan en mi residencia en lugar del espacio más público del Palacio Presidencial".
El telegrama de Ford a Washington concluye con que Zelaya "no es amigo" de Estados Unidos. "Sus opiniones están moldeadas no por ideología o ambiciones personales, sino por un nacionalismo anticuado, responsabilizando a Estados Unidos del estado actual de pobreza y dependencia de Honduras", escribió Ford, que observó: "También existe un Zelaya siniestro, cercado por algunos asesores que tienen lazos con Venezuela y Cuba y el crimen organizado".
La incapacidad de Zelaya a la hora de mostrarse obsequioso con Estados Unidos puede ser una de las razones por las que el gobierno de Estados Unidos fue tibio en su respuesta inmediata a su derrocamiento en junio de 2009. Aunque el presidente Obama condenó finalmente el golpe, no dio a conocer de inmediato su apoyo al presidente Zelaya.
25 de febrero de 2011
10 de diciembre de 2010
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