historia oculta de las autodefensas
Aldo Civico es antropólogo y actualmente dirige el Centro para la Resolución de Conflictos Internacionales de la Universidad de Columbia (Nueva York), donde también es investigador. 19 de diciembre de 2009
Historia oculta de las Auc de Castaño contada por ’Doblecero’, su mano derecha, revela nuevo libro. A través de Rodrigo García, el paramilitar que replicó el modelo de las autodefensas en Medellín, el antropólogo Aldo Civico da a conocer detalles de la guerra interna del grupo.
Colombia. Ver reflejada en las calles de Medellín, de alguna manera, la guerra que se vivía en los 90 en Palermo (Sicilia), llevó al antropólogo Aldo Civico a internarse en los vericuetos del conflicto colombiano y la lógica de las autodefensas de Carlos Castaño.
A través de Rodrigo García, el capitán del Ejército que adoptó el alias de ’Doblecero’ y que por años fue la mano derecha del desaparecido jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia, Civico relata en el libro Las guerras de ’Doblecero’, de Intermedio Editores, intimidades del grupo armado y de sus protagonistas.
Pero también deja un testimonio histórico para que "los jóvenes colombianos sepan de dónde viene el presente de su país".
¿Por qué escogió a ’Doblecero’ para hacer su libro?
Me parece que fue alguien que vivió todas las dinámicas de la guerra al frente del Bloque Metro.
Me impactó que era alguien totalmente metido en la guerra, radical frente a sus ideales (...) creo que por eso era llamado un paramilitar ’pura sangre’.
¿No era mejor hablar con las víctimas?
Mi idea principal era recoger los testimonios de los desplazados, porque quería ver como reinventaban su vida después del trauma. Así terminé en el oriente antioqueño, después me interesó hablar con los paramilitares, a través de un periodista me pude contactar con ’Doblecero’ y terminé enfocando mi investigación en los victimarios.
¿Cómo pactan el libro?
Todo nace cuando me escribe un correo en el que me cuenta lo que estaba pasando entre los hermanos Castaño por un problema de mujeres, que después matan. Hablamos de hacer algo sobre las memorias de él y empezó a contarme cosas para que me diera cuenta cómo era la guerra desde adentro, pero cuando lo matan, reviso los correos y me doy cuenta de que todos los protagonistas
de la historia ya estaban muertos y pensé que él estaría de acuerdo en publicarlo.
¿Cómo recibió la muerte de ’Doblecero?
No puedo negar que me impactó saber que lo habían asesinado (mayo del 2004 en Santa Marta), a pesar de que no compartía sus ideales. ’Doblecero’ me permitió entender lo que es criarse en medio de la guerra y descubrir mucho de la naturaleza humana.
Cuando muere, y me doy cuenta de que me impacta, pienso que también hay alternativas frente a la guerra (...) Si fuéramos más allá y tuviéramos diálogos significativos podríamos hallar soluciones.
¿Le sirvió estar lejos del conflicto colombiano para comprenderlo?
Ser extranjero me ha ayudado mucho, sobre todo porque los actores armados se sentían libres de contarme cosas, porque sabían que yo no tenía vínculos y era imparcial.
¿Se puede conocer algo de los Castaño a través del libro?
Hay mucho de Carlos y Fidel Castaño. Pero también de la dinámica interna de ’don Berna’, el nacimiento del Bloque Nutibara y la unión que Castaño quiso hacer con el Bloque Metro. Son detalles que develan la realidad de estos hombres.
¿Cree que ha valido la pena la la desmovilización?
Le dio la oportunidad a muchos jóvenes de tener otra vida, de descubrir que hay otras formas diferentes a la violencia, aunque haya sido insuficiente porque se pensó que era la solución al problema y los recursos son muy limitados para poder controlar las nuevas bandas. Ese es el resultado no resuelto de la desmovilización.
©el tiempo
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