los perros también van a misa
7 de febrero de 2010
Predican a los cánidos en Westchester. Una congregación presbiteriana acepta perros, a los que el pastor considera parte de la familia de la iglesia.
[Jeff Gottlieb] Cuando el servicio presbiteriano estaba a punto de comenzar, uno de los fieles empezó a hacer problemas, haciendo un espectáculo de sí mismo una vez más un domingo. Pero eso es lo que otros miembros de la iglesia de Westchester esperan que haga Mr. Booby.
En la Iglesia Presbiteriana del Pacto [Covenant Presbyterian Church] en Westchester, los perros como Mr. Booby son feligreses bienvenidos en los servicios nocturnos del domingo, donde los aullidos y repentinos ataques de rascadera pueden interrumpir las oraciones, y la hucha de la colecta lleva tentempiés para caniches y cobradores por igual. Y el Reverendo Tom Eggebeen dijo que entiende perfectamente bien que algunos de los asistentes deban salir una que otra vez.
La idea que inició el servicio, explicó Eggebeen, era hacer más confortable la asistencia a la iglesia, que tiene 120 miembros, sin contar una docena de perros que normalmente asisten al servicio. Gatos y otros animales no son admitidos, quizás debido a la creencia de que de todas las criaturas de Dios, los perros son los que probablemente necesitan más cuidados.
"Lo esencial del asunto es ofrecer un servicio de culto para toda la familia, incluyendo a los amigos cuadrúpedos... Sus mascotas son muy, muy importantes para ellos y prácticamente son consideradas como integrantes de la familia", dijo. "Yo no podría subir al púlpito el domingo y decir: ‘Dejad a vuestros hijos en casa’".
Más que un truco ingenioso o un esfuerzo para aumentar la asistencia, los servicios con perros son parte de un creciente movimiento en las iglesias a favor del reconocimiento del vínculo emocional entre los humanos y sus mascotas.
Las bendiciones de animales, funerales y orientación psicológica para superar la pérdida de una mascota son cada vez más comunes en muchas denominaciones.
La Iglesia del Pacto no es la única que permite a perros en la iglesia. La Iglesia Presbiteriana Underwood Hills, en Omaha, ha estado realizando sus Paws for Prayers desde diciembre de 2008, pero va a terminar con el programa debido a la decreciente asistencia, tanto humana como animal.
La pastora de Underwood Hills, Becky Balestri, dijo que ha recibido más bromas que objeciones, y la gente pregunta si el himno de la reunión es ‘How Much Is That Doggie in the Window’.
Laura Hobgood-Oster, profesora de religión y estudios medioambientales de la Universidad Southwestern en Texas, contó que la bendición anual de animales en las iglesias se venía realizando desde hace varias décadas.
Dijo que los perros empezaron a asistir a un pequeño número de iglesias hace tres o cuatro años, pero que ha encontrado un artículo en un diario del siglo 19 de una pequeña iglesia de Texas que escribía sobre la asistencia de perros bien adiestrados a la iglesia.
Eggebeen dijo que no había recibido reacciones de las autoridades presbiterianas.
"Si estuviera sacrificando pollos, quizás la jerarquía diría algo, pero en lo esencial las congregaciones presbiterianas se han mostrado bastante indiferentes", dijo.
Aunque ha recibido tarjetas y cartas de todo el país felicitándolo por el servicio con perros, también ha recibido "algunas cosas realmente odiosas".
Un escritor en una página web religiosa atacó a Eggebeen, diciendo que gente como él "difunden un falso Evangelio".
"El primer paso para ser miembro de una iglesia o la razón para asistir a un servicio religioso debería ser la convicción, no la comodidad", escribió. "Si te sientes repentinamente llamado a oír la palabra de Dios porque Fido puede ir contigo, entonces deberías reconsiderar el propósito de tu salida".
Una tarde de un domingo reciente, diez personas y ocho perros se unieron a Mr. Booby, en el servicio canino de la Iglesia del Pacto en Westchester.
Los perros estaban con correa, y cada uno recibió una almohadilla de lana de oveja artificial para que pudieran echarse, mientras sus dueños se sentaron en sillas plegables.
Un par de velas parpadeaban sobre la mesa. Cuando los dueños echaban dinero en la hucha, recibían a cambio un bizcocho para perros.
Los animales estuvieron tranquilos durante los treinta minutos del servicio, excepto por un ocasional ladrido de Mr. Booby.
Sin embargo, los perros son, después de todo, perros, pese a las protestas de algunas personas.
Cuando uno empieza a ladrar, a veces los otros se unen, como un pastor dirigiendo un coro desafinado. "Cantamos ‘Sublime gracia’ y eso parece calmarlos", dijo Eggebeen.
En un servicio, un perro se volvió tan pendenciero que su dueño lo tuvo que sacar fuera. "Pero he visto lo mismo con niños revoltosos", dijo el pastor.
La Reverenda Donna Lee Merz y Gracie, su perro salchicha en miniatura, son asistentes habituales en el servicio con perros en la Iglesia del Pacto, incluso aunque Merz es la pastora de la Primera Iglesia Presbiteriana de Gardena.
"Son momentos apacibles estar con Gracie juntas en presencia de Dios", dijo.
El dueño de Mr. Booby, Leonard Yee, dijo que su mestizo de bulldog espera con ansiedad el servicio. "Le encanta", dijo Yee. "Lo reconoce cuando estamos en el estacionamiento. Sabe dónde está el salón. Quiere ver a sus amigos perros".
Como en el servicio sólo para humanos antes en el día, hay peticiones de oraciones, pero en este caso los perros son incluidos.
"Por las operaciones de rescate que fracasan, por George y por toda la gente que ayuda a los animales abandonados", dice una petición.
Otra pide a la gente orar por "Sharon, por su perro extraviado, Buddy".
Yee dijo que pensaba pedir una oración por Mr. Booby, que fue operado hace poco de una rodilla.
2 de febrero de 2010
©los angeles times
©traducción mQh
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