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las injusticias de mapiripán


VerdadAbierta.com estuvo en el pueblo del Meta, sinónimo de muerte y tragedia. En este especial recuerda la masacre que sucedió hace 12 años, por qué se dio, cómo se extendió, y sobre lo poco que se ha hecho por los sobrevivientes.
Colombia. El 14 de julio de 1997 Mapiripán era un pueblo de mil habitantes a orillas del río Guaviare que vivió la muerte. Cerca de 120 hombres encapuchados y vestidos con uniformes de camuflaje del ejército irrumpieron en el casco urbano, se apoderaron del lugar, secuestraron por cinco días a sus habitantes y mataron uno a uno a 60 personas que hacían parte de su arbitrario listado de "sapos de la guerrilla". La mayoría de los asesinados fueron arrojados al Río Guaviare y permanecen desaparecidos.
"Nos dimos cuenta que no era la Fuerza Pública por los grafitis que decían Auc de Urabá", le contó una mujer que vivió en el pueblo a VerdadAbierta.com. Los paramilitares no se fueron nunca del todo de este caserío triste en el extremo sur del Meta. Sufrió otra toma paramilitar 2002 y ha habido otras varias matanzas en la zona del Alto y Bajo Ariari. 
Mapiripán fue y sigue siendo un punto estratégico a donde confluye la base de coca de extensos cultivos de producción cocalera y de donde sale la droga para los mercados en Brasil.
VerdadAbierta.com estuvo en Mapiripán y vio la gran presencia militar. Sin embargo, la gente aún se siente desprotegida, pues hay demasiados paramilitares en la zona y nadie parece estarlos persiguiendo. De los 2.500 habitantes que huyeron cuando la masacre, muy pocos han regresado, y viven en diferentes barriadas urbanas del país. La Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado colombiano por acción y omisión en la masacre, pero nadie ha sido aún reparado. Algunos oficiales del Ejército, entre ellos el general  Jaime Humberto Uscátegui, fueron condenados por su complicidad en el asesinato masivo.

10 de febrero de 2010
©verdad abierta
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