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restituyendo escrituras de propiedad


El papel de Estados Unidos en el programa para personas desplazadas refleja un cambio en el Plan Colombia. Desde la introducción del plan en 2000, y hasta 2007, el 80% de los siete mil millones de dólares canalizados hacia Colombia fue asignado a las fuerzas armadas.
[Chris Kraul] Mampuján, Colombia. La nueva cara de la ayuda norteamericana a Colombia no es un helicóptero Black Hawk o un instructor de Boinas Verdes, sino un sonriente campesino de 77 años que aprieta en su mano la escritura de una granja de dos hectáreas.
Este mes, Alfonso Mejía recibió la escritura de la tierra que en 2000 fue obligado a abandonar por grupos paramilitares de extrema derecha, justo antes de que masacraran a once de sus vecinos.
Mejía y otros cientos de vecinos expulsados de sus parcelas en el norteño estado de Bolívar fueron peones en la lucha entre grupos armados de varias tendencias políticas que se disputaban las rutas del narcotráfico, la influencia local y la tierra.
Mejía pasó gran parte de la década mudándose de pueblo en pueblo, sin atreverse nunca a reclamar su propiedad, que fue transferida ilegalmente a los líderes de un grupo paramilitar por un notario corrupto. Su limbo fue compartido por 3.2 millones de colombianos desplazados por el largo conflicto civil del país.
Ahora finalmente ha vuelto a casa en el marco del programa de reasentamiento del presidente Juan Manuel Santos, que asumió la presidencia en agosto. La familia Mejía es una de las 160 mil que el gobierno se propone reasentar en los próximos dos años en cerca de dos millones de hectáreas que ha recuperado de ocupaciones ilegales de tierra. El programa de reasentamiento será financiado en parte por el paquete de ayuda antiterrorista y antidrogas de Estados Unidos conocido como el Plan Colombia.
"Apenas pude escapar con vida y mi casa ha estado abandonada todo este tiempo", dijo Mejía, uno de los 95 residentes que recibieron escrituras en una ceremonia en Mampuján. Pero finalmente puedo plantar mi propia mandioca y batatas".
Funcionarios estadounidenses dicen que su ayuda está destinada no solamente a reasentar a personas como Mejía, sino ayudarles a convertirla en capital inicial. Mejía podrá conseguir créditos a bajo precio para arreglar su casa y sembrar, y la comunidad recibirá dinero para obras de infraestructura, clínicas y escuelas. En los siguientes quince años, Mejía no podrá vender su propiedad.
Santos ha convertido el reasentamiento de la población desplazada de Colombia, que es la segunda en el mundo después de Sudán, en un imperativo debido a los males sociales asociados con el desplazamiento, incluyendo alta criminalidad, embarazo adolescente y el desempleo.
Tim Rieser, asesor de política exterior del senador Patrick J. Leahy (demócrata de Vermont), que ha criticado a Colombia por sus prestaciones en derechos humanos, dijo que su jefe acoge el programa de Santos.
El senador Leahy ha creído durante un largo tiempo que la solución de las causas sociales y económicas que están detrás de la polarización y el conflicto que han persistido en Colombia, "es la clave para crear una sociedad pacífica y justa", dijo Rieser.
El rol de Estados Unidos en el programa de reasignación de tierras refleja un cambio importante en el Plan Colombia desde los días del gobierno de George W. Bush. Desde la introducción del plan en 2000, y hasta el 2007, el 80% de los siete mil millones de dólares canalizados hacia este país fue destinado a las fuerzas armadas colombianas. Para 2012, la proporción de ayuda militar y ayuda económica debería ser igual.
Sin embargo, el programa de titulación de la tierra no es una panacea. Una importante preocupación es que los que retornen a sus tierras serán amenazados por bandas criminales que han surgido para ocupar el lugar de las organizaciones paramilitares y están implicadas en el tráfico de drogas y en la apropiación ilegal de tierras.
Por esa razón, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional está invirtiendo dinero y personal en una docena de los llamados Centros de Coordinación Regional para facilitar una mejor protección policial y proteger el estado de derecho.
El cambio se produce en momentos en que se reduce la ayuda norteamericana debido a presiones presupuestarias. Además, el plan siempre supuso que finalmente Colombia se ocuparía de la carga financiera a medida que mejora la situación de seguridad.
De los más de 700 millones de dólares en 2003, el Plan Colombia puede reducirse a 475 millones de dólares en el actual año fiscal. Los colombianos están financiando poco a poco esas funciones, como la erradicación de los cultivos ilegales de coca. La ayuda para la erradicación de las drogas podría reducirse en 150 millones de dólares este año, de 325 millones de dólares en 2008.
3 de mayo de 2011
17 de febrero de 2011
©los angeles times
cc traducción mQh

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