murió earl a. barthé
20 de febrero de 2010
Maestro del estuco.
[Douglas Martin] Estucador de quinta generación, el hombre conocido como Mr. B. encarnaba a los artesanos de antaño, desde albañiles decorativos hasta forjadores, que continúan entregando un sabor tradicional a la paella arquitectónica de Nueva Orleans.
Mr. Barthé, que murió el 11 de enero a los 87, hacía cornisas, frisas y medallones de cielo raso, cuyo carácter y habilidad fueron reconocidos por la Smithsonian y el National Endowment for the Arts. Y cuando el huracán Katrina inundó su casa, tienda y la ciudad que amaba, Mr. Barthé desplegó sus habilidades para ayudar a recomponer interiores, se tratase de un restaurante en la calle Bourbon, o un conventillo de Ninth Ward.
Según informó su hijo Hurchail, Mr. Barthé murió en su casa en Nueva Orleans. En su funeral, Lionel Ferbos, que tiene 98 o 99 y es hojalatero, un excelente trompetista y un buen amigo de Mr. Barthé, dirigió a un ensemble tradicional de Nueva Orleans que tocó versiones jazzísticas de spirituals como ‘Just Over in the Gloryland’.
El tatarabuelo de Mr. Barthé empezó el negocio familiar de estuco en 1850, después de llegar desde Niza, Francia, a través de Haití, y su hijo e hija lo continuaron.
Durante décadas la familia ha hecho y renovado el yeso y estuco de una ciudad conocida por su aspecto distintivamente ecléctico, desde sus contraventanas de ciprés hasta sus hierros forjados.
En nuevas construcciones como el Superdome y la restauración de los tesoros arquitectónicos del Barrio Francés, en casas de conventillo en barrios obreros y en las decoradas tumbas de los cementerios de la ciudad, Mr. Barthé se encargaba del estuco.
En el camino se convirtió en algo así como un héroe para los conservacionistas.
"Podía trabajar en un siglo veinte que fue modelado sobre las prácticas del siglo dieciocho", dijo en una entrevista John Michael Vlach, antropólogo y profesor de estudios americanos en la Universidad George Washington, en Washington.
En 2001 la obra de Mr. Barthé fue incluida en una exposición en el Museo de Arte de Nueva Orleans que viajó a la Smithsonian y otros lugares. Recibió una National Heritage Fellowship del National Endowment for the Arts en 2005. Tuvo que alquilar un traje para recibir el premio de veinte mil dólares.
Nick Spitzer, profesor de antropología de Tulane y anfitrión del programa ‘American Routes’ en la radio pública, llamó a Mr. Barthé "el Jelly Roll Morton de los estucadores", refiriéndose al célebre pianista de jazz de Nueva Orleans.
De hecho, el jazz es un tema recurrente en la obra de Mr. Barthé. Spitzer dijo en una entrevista que muchos de los primeros músicos de jazz del mismo origen africano-creole que Mr. Barthé trabajaban en oficios relacionados con la construcción. Johnny St. Cyr, que interpretaba jazz con guitarra y banjo y tocaba con Morton y Louis Armstrong en los años veinte, también era estucador.
Y Mr. Barthé utilizaba términos musicales para hablar sobre su oficio, diciendo que veía clarinetes en sus moldes y cuerdas de bajo en el fondo de sus arcos. "Todo debe estar a tono", dijo en un patois de Louisiana salpicado con frases en francés y carcajadas.
En general, le interesaba tanto la preservación como la continuación de la tradición.
Hablaba de lo emocionante que era trabajar en la Catedral de St. Louis o en la mansión de una plantación y encontrar las iniciales de un ancestro en un listón de madera debajo de un estuco que estaba restaurando con las mismas técnicas que el antepasado.
"Es un trabajo precioso", dijo en una entrevista de historia oral en 2000 para el Building Arts Project de la Universidad de Nueva Orleans. "Es como un diamante, como una joya, y nosotros debemos conservarlo".
Earl Antoine Barthé nació en Nueva Orleans el 4 de junio de 1922 y nunca hubo dudas sobre los planes que tenían sus padres para él. "El noventa y nueve por ciento de los hombres de mi familia son estucadores", dijo en la entrevista para la historia oral.
Estaba imbuido de leyendas que se remontaban a su tatarabuelo Leon, que dejó Francia a principios del siglo diecinueve y se quedó en Haití, donde se casó.
"Mi papá me contó que el Viejo Leon podía mirarte y hacerte en yeso mientras te miraba", dijo Mr. Barthé. "Sin bosquejos. Sin dibujos, nada. Ese es el tipo de mecánico que era".
El joven Mr. Barthé trabajó como aprendiz durante cuatro años en Nueva Orleans y luego viajó por el país, a Nueva York y California, entre otros lugares, para trabajar como estucador cuando las cosas no estaban muy bien en casa.
"Tenías más posibilidades de conseguir un trabajo si decías que eras de Nueva Orleans", dijo en la entrevista para la historia oral. Durante casi dos décadas, Mr. Barthé se desempeñó como agente comercial del sindicato de estucadores. Se unió al sindicato y aceptó a la primera mujer en el gremio.
Además de su hijo, le sobreviven su esposa, la antigua Louise Soublet; tres hijas -Trudy Barthé Charles, Sheila Cousins y Terry Barthé; siete nietos; y cuatro biznietos.
Después de que el huracán Katrina destruyera la ciudad en agosto de 2005, Mr. Barthé huyó a Texas con solo una muda de ropa. Pero volvió, reanudó su trabajo y mantuvo viva la tradición familiar. Aunque perdió sus herramientas en la tormenta, encontró la que había preferido en la parte de atrás de su camión, una espátula que había sido de su abuelo.
2 de febrero de 2010
©new york times
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