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schäfer, ocaso de un nazi


De suboficial nazi a presidiario en la CAS.
Santiago, Chile. Paul Schäfer falleció mientras cumplía varias condenas por tráfico de armas, asociación ilícita, abuso sexual, violación de niños y delitos contra los derechos humanos, desde el año 2005 en la Cárcel de Alta Seguridad (CAS) de Santiago.
Nacido el 4 de diciembre de 1921 en la localidad de Sieburg, cercana a Bonn, Schäfer perteneció a las Juventudes Hitlerianas y sirvió como enfermero en la II Guerra Mundial, alcanzando el grado de suboficial.
Tras la guerra creó un Hogar Evangélico para niños, pero en 1959 huyó de Alemania debido a denuncias de abusos sexuales y en 1961 llegó a Chile, donde el Gobierno lo autorizó a fundar la Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad cerca de la ciudad de Parral, a unos 380 kilómetros de Santiago.
El lugar, de 16.000 hectáreas y llamado Villa Baviera por sus moradores, se transformó en un enclave hermético, dotado de escuela, hospital, cementerio y aeródromo propios, rodeado de alambradas y guardias armados, todo al margen de las leyes chilenas.
Sólo testimonios de algunos colonos que lograban huir desvelaban de tanto en tanto fragmentos de la misteriosa vida de los colonos que, según se supo posteriormente, soportaban un régimen de semiesclavitud impuesto por Schäfer y sus secuaces.
Durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), el lugar fue utilizado como campo de concentración y torturas por la policía secreta, cuyo jefe, Manuel Contreras, era amigo del jerarca.
Tras la recuperación de la democracia comenzó la investigación del enclave por disposición del Gobierno de Patricio Aylwin (1990-1994), quien lo definió como "un Estado dentro del Estado".
Luego de ser imputado por abusos sexuales contra 26 niños, Schäfer se esfumó en marzo de 1997, hasta que periodistas del Canal 13 de Televisión lo encontraron en 2005 en una localidad cercana a Buenos Aires, donde fue detenido y luego expulsado a Chile.
Después se supo que no había escapado de inmediato a Argentina, sino que permaneció oculto varios años en Chile, protegido por las redes que había tejido durante décadas en algunos círculos influyentes.
La captura hizo perder el miedo a muchas de sus víctimas y se sumaron en su contra acusaciones por homicidio, torturas, infracción a la ley de armas, esto último tras el descubrimiento en el interior de la Colonia de poderosos arsenales, que incluían misiles tierra-aire.

26 de abril de 2010
©la nación 
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