dudas sobre comisión de la verdad
7 de mayo de 2010
Honduras inaugura comisión de la verdad, con el respaldo de Estados Unidos y el repudio de América Latina.
[Freddy Cuevas y Martha Mendoza] Tegucigalpa, Honduras. Una comisión de la verdad con fuerte respaldo internacional empezó a investigar el martes el golpe de estado hondureño, que ayudaría al país a recuperar el reconocimiento perdido cuando un grupo de soldados expulsó del país al presidente Manuel Zelaya el año pasado.
Los partidarios de Zelaya consideran una farsa a la comisión que consolida el primer golpe de estado exitoso en América Central en casi veinte años, y se comprometieron a no colaborar con sus investigadores. Pero Estados Unidos la apoya, lo mismo que el secretario general de la Organización de Estados Americanos, que asistió a la inauguración.
"Buscaremos la verdad de modo disciplinado, sin claudicar", dijo el coordinador de la comisión, Eduardo Stein, ex vicepresidente de Guatemala, en la ceremonia que empezó la iniciativa.
El 28 de junio un grupo de soldados arrestó a Zelaya a punta de pistola después de que presuntamente ignorara órdenes judiciales que lo instaban a no modificar la Constitución. Estados Unidos y la mayoría de los otros países rompieron lazos diplomáticos con el empobrecido país centroamericano.
Pero el repudio universal empezó a declinar después de las elecciones presidenciales de noviembre, que habían sido convocadas antes del golpe. Porfirio Lobo, un ganadero conservador, asumió el cargo en enero, reemplazando al gobierno interino.
Esta comisión "ejemplifica nuestra determinación a curar nuestras heridas, aprender de nuestros errores y construir juntos el futuro de este país", dijo Lobo.
Se ha ganado el respaldo de sus vecinos centroamericanos, incluso el del presidente izquierdista de Nicaragua, Daniel Ortega, que tenía en Zelaya a un fuerte aliado. El Banco Mundial y otras organizaciones multilaterales han reanudado los créditos.
En una llamada telefónica la semana pasada, el presidente Obama felicitó a Lobo por continuar con la comisión de la verdad, y el embajador norteamericano Hugo Llorens dijo que "debería ser una herramienta para la reconciliación nacional, no para acusar a nadie".
Después de una suspensión de la OEA de casi un año, Insulza dijo el martes que Honduras debería ser readmitida "en cualquier momento, cuando los países miembros lo decidan".
Sin embargo, el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, dijo el lunes que él y otros presidentes todavía estaban tratando de convencer a países que rechazan su readmisión, entre ellos Brasil, que insisten en que Honduras debe hacer más para promover la reconciliación nacional.
Además de Stein, la comisión incluye a una ex ministra peruana de Justicia, un diplomático canadiense y dos prominentes académicos hondureños. Uno de los académicos es la rectora de la Universidad Nacional Autónoma, Julieta Castellanos, fue golpeada por la policía durante una protesta contra el golpe en el campus el año pasado y fue una declarada opositora contra los abusos cometidos por el gobierno interino.
Stein dijo que la comisión espera entregar su informe final para enero de 2011. Dijo que algunas informaciones confidenciales serán selladas durante diez años hasta que "sanen las heridas de los hondureños".
Los escépticos se preguntan cómo avanzará la investigación sin la colaboración de Zelaya o la mayoría de sus partidarios. Las tensiones se han profundizado en Honduras y varios periodistas y activistas han sido asesinados a tiros en las calles, tanto partidarios como opositores de Zelaya.
Una coalición de organizaciones campesinas y sindicales que se opusieron al golpe, el Frente Nacional de Resistencia Popular, declaró que la comisión sólo "sirve como excusa para que los responsables del golpe eludan la justicia". Dijo que creará su propia comisión "para aclarar los crímenes cometidos contra el pueblo antes y después del golpe".
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, una rama de la OEA, dice que se han reportado al menos cincuenta casos de detenciones ilegales, ocho casos de tortura, dos secuestros y dos violaciones de partidarias de Zelaya desde que Lobo asumiera el cargo.
"Aunque esta iniciativa puede ser un paso pequeño hacia la superación de las profundas divisiones presentes en la sociedad hondureña, las continuadas violaciones a los derechos humanos han demostrado ser una grave dificultad", escribió en un informe Matthew Lackey, investigador del Council on Hemispheric Affairs, de Washington. "Eso hace surgir preguntas sobre el dudoso potencial del país para alcanzar la paz y la reconciliación".
Un frustrado Zelaya, exiliado en República Dominicana, criticó a sus propios partidarios la semana pasada, acusándolos de abandonar la lucha por su retorno a Honduras a cambio de exigir una asamblea constituyente.
"Esto afecta terriblemente mis posibilidades de volver a mi país y de recuperar mis derechos como hondureño", dijo Zelaya en una carta enviada a los medios.
Fue justamente la campaña por una nueva Constitución la que provocó el derrocamiento de Zelaya. Según la versión de las fuerzas armadas, Zelaya fue derrocado por ignorar una orden de la Corte Suprema de suspender un referendo que preguntaba a los hondureños si querían una asamblea constituyente.
Zelaya dijo que quería cambiar el sistema político dominado por unas pocas familias ricas que ignoran las necesidades de la gente pobre. Los críticos, incluyendo a gran parte del propio partido de Zelaya, interpretaron el referendo como un intento de eliminar los límites al mandato presidencial para prolongar su posición como presidente.
4 de mayo de 2010
©los angeles times
cc traducción mQh
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claudio lisperguer -