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cardenal denosta unión homosexual


Errázuriz: Matrimonio gay es una "aberración". El arzobispo de Santiago se mostró contrario a la legalización de las bodas entre personas del mismo sexo en Argentina. "Con la poca natalidad que existe, va a haber una disminución del a población", denunció.
Santiago, Chile. Duros epítetos expresó hoy el arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, en contra de la legalización de los matrimonios homosexuales en Argentina, los que calificó como una "aberración".
En una misa realizada en el Campus San Joaquín de la Universidad Católica, se refirió a la situación y dijo "puede ser que dos personas, dos varones o dos mujeres, quieran vivir juntos y compartir la vida, pero llamar a eso matrimonio es una aberración en la cual van cayendo algunos países".
El cardenal agregó que "lamento que haya caído Argentina en eso".
El religioso sostuvo que "encuentro que tenemos que seguir por el camino verdadero. De otra manera, pensando también en nuestra propia patria, con la poca natalidad que existe, va a haber una disminución del a población, va a haber un envejecimiento de la población, no van a poder pagar las pensiones de las personas mayores, simplemente por seguir un camino errado, que no es el camino de la alegría del hogar formado por un padre, una madre y muchos hijos".
Ayer en Argentina se realizaron los primeros matrimonios de parejas gays masculinos, mientras que en la medianoche se llevó a cabo en Mendoza la boda entre los chilenos Giorgio Nocentino y Jaime Zapata. Esta mañana, a su vez, se produjo la primera unión legal entre lesbianas.

31 de julio de 2010
©la nación
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1 comentario

claudio lisperguer -

¿Qué se trae la cúpula católica entre manos? Al proponer extender el indulto a criminales condenados por los horrendos crímenes que cubre el concepto de delitos de lesa humanidad, los obispos han hecho todavía más profunda la brecha que nos separa entre chilenos. Ahora, al optar por la exclusión de los homosexuales, se pone del lado de los elementos más repugnantes de la derecha católica, y abre un nuevo frente de exclusión y odio. ¿Ha medido el cardenal el impacto de sus palabras? ¿O ha dicho lo que dijo con el mismo ánimo de exacerbar las divisiones entre chilenos?
Me temo que con estas actuaciones y demostraciones, la iglesia está mostrando que le interesa más su posición de poder y sus dogmas aberrantes que el catolicismo que vivimos los demás, que queremos una fe tolerante y abierta a la sensibilidad contemporánea.