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pista falsa


Puede ser que alguien mezclara inocentemente dos aspectos de la investigación, o que alguien esté buscando borrar el rastro de los autores.
[Daniel Coronell] Las primeras informaciones que se han conocido sobre las pesquisas por el atentado con carro bomba en Bogotá hacen pensar que las investigaciones van por mal camino. Una simple verificación de los datos muestra que las autoridades están siguiendo una pista falsa o que los medios han sido usados para desinformar.
El jueves del atentado varias informaciones de prensa -citando fuentes de la Fiscalía- aseguraron que el carro usado para poner la bomba llevaba la matrícula falsa BOO 483, pero que su placa auténtica era la CSN 820. También decían que el automotor había sido robado el 31 de julio en el centro comercial Plaza de las Américas a José Arturo Celis Ariza, un "funcionario" del Ejército.
El gerente y el departamento de seguridad del citado centro comercial aseguran que de sus instalaciones no ha sido robado ningún vehículo.
Además, el nombre de José Arturo Celis Ariza no aparece relacionado en ninguna denuncia por robo de carros presentada en Bogotá durante los meses de junio, julio y lo que va corrido de agosto. Tampoco es mencionado en los archivos del carro con matrícula CSN 820.
Una fuente del Ejército Nacional me informó que ningún empleado civil, oficial o suboficial de la institución se llama José Arturo Celis Ariza.
En cambio, un nombre muy similar figura en los documentos de propiedad del vehículo que lleva la placa BOO 843, supuestamente "gemeleada" para ejecutar el atentado. De acuerdo con los papeles del carro, su dueño es Arturo José Celis Ariza.
Arturo José Celis Ariza reportó en el momento de hacer el traspaso del Swift placa BOO 843 una dirección que no existe y un teléfono en donde no lo conocen. Ningún vecino del sector pudo ubicar la calle 51A n.° 78K-22. El teléfono que figura en el Certificado de Tradición del carro no corresponde a esa dirección. En ese número contestan miembros de una familia de Soacha que no conocen ni a Arturo José, ni a José Arturo, ni a ninguna persona de apellido Celis.
La cédula registrada, en cambio, sí pertenece a Arturo José Celis Ariza. Está inscrita para votar en el puesto Catalina del sur de Bogotá, con lo cual se descarta -nuevamente- que se trate de un militar activo por cuanto ellos no pueden ejercer el derecho al voto. La información de sus documentos es revisada por la Registraduría con el propósito de anular cualquier inscripción o zonificación electoral de uniformados activos.
El señor Celis Ariza no tiene antecedentes penales, disciplinarios o fiscales. Compró ese carro el día 5 de noviembre de 2008 a Carlos Andrés Hurtado Ruiz. Una persona con los mismos nombres y apellidos fue encarcelada en Estados Unidos por un caso de narcotráfico y puesta en libertad el 20 de octubre de 2004, según la información pública del Buró Federal de Prisiones.
Todo esto lo pudo establecer una averiguación aficionada en menos de 24 horas.
Otra fuente militar asegura que a un sargento primero de la institución le robaron un Swift que tenía prestado. Ocurrió el 31 de julio, pero no en el centro comercial Plaza de las Américas sino en un establecimiento público en un alegre sector de los alrededores.
Según esa fuente, esa noche el sargento llegó al Hospital Militar buscando atención médica porque fue golpeado por las personas que le quitaron el carro. La fuente no pudo precisar si presentó denuncia por el hurto y la golpiza.
Evidentemente la versión que se ha difundido no corresponde fielmente a lo ocurrido. Puede ser que alguien despistado mezclara inocentemente dos aspectos de la investigación, o que alguien esté buscando borrar el rastro de los autores.
Como sea, es necesario que la investigación prosiga sin casarse con una hipótesis única. Determinar quiénes están detrás de este atentado es crucial para Colombia.
16 de agosto de 2010
14 de agosto de 2010
©semana
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