cae obispo de la santa muerte
Iglesia rival de Santa Muerte afirma que el ´obispo´ capturado no representa al culto de la muerte mexicano.
[Daniel Hernández] México. Fue un duro golpe para David Romo, ex ‘obispo’ de la más famosa iglesia de la Santa Muerte en Ciudad de México.
Romo, el segundo desde la derecha en la primera hilera de la foto policial arriba, está acusado, junto con otros, de participar en una organización dedicada al secuestro y al lavado de dinero. Su nombre es familiar entre periodistas de Ciudad de México. Romo fundó y dirigió un prominente santuario dedicado a la santa de la muerte, Santa Muerte. La esquelética figura de "la niñita blanca", como se la llama afectuosamente, es venerada por los narcotraficantes mexicanos, pero también por gente humilde en los márgenes de la sociedad.
La iglesia de Romo ha tenido varios cambios de nombre en los últimos años; actualmente es conocida como el Santuario Nacional del Ángel de la Santa Muerte. Usualmente cubierto por un hábito, ha pasado años al frente del creciente culto, concediendo entrevistas a periodistas extranjeros (incluyendo a este bloguero) como el autoproclamado obispo.
Varias veces a la semana dirigía servicios católicos sincréticos para la Santa Muerte en Colonia Morelos, un rudo vecindario al este del centro de Ciudad de México. El obispo tenía planes para reparar y ampliar el edificio de la iglesia, y compartió sus impresionantes planos de planta con periodistas.
Pero más que todo eso, Romo sigue siendo conocido como un combativo y
polémico personaje. Líderes o fabriqueros de otros conocidos altares de la Santa Muerte en la ciudad insistieron, en privado, que Romo era un fraude porque nadie podía "dirigir" el culto generado por sus creyentes.
En 2005, cuando el gobierno intentó quitarle el reconocimiento de su iglesia como religión, Romo dirigió a sus seguidores en las protestas montadas frente a edificios gubernamentales. En un momento en 2009 llamó a los seguidores de la Santa Muerte a librar una "guerra santa" para defender el culto contra las condenas de la jerarquía de la iglesia católica en México.
"Nada nos detendrá", dijo Romo a un entrevistador.
Zócalo de la Santa Muerte
El líder de la iglesia a menudo intercambiaba despiadados debates con el líder rival de un santuario de la Santa Muerte al norte de Ciudad de México, en el barrio de Tultitlán. Ese líder espiritual, Jonathan Legaria, conocido también como ´el Pantera´, apareció muerto en julio de 2008. Fue asesinado por un arma de grueso calibre en un tiroteo en la carretera.
El santuario de la Santa Muerte de Legaria era la sede de lo que afirmaba que era la mayor representación conocida de la ´Santa Muerte´, una estatua de más de setenta pies. Los devotos dijeron entonces que los celos y las diferencias religiosas con otros eran la causa de su asesinato, pero no llegaron a insultarse. Las autoridades locales se lavaron las manos, mencionando su propia "incompetencia" y entregando el caso a las autoridades federales en una formalidad que aseguraba que el asesinato de Legaria no sería resuelto nunca.
La semana pasada, con Romo tras las rejas, el líder, que fue llevado a la iglesia de la Santa Muerte de Legaria en Tultitlán, habló.
Enriqueta Vargas –la madre de Jonathan Legaria- dijo en una entrevista con la prensa: "David Romo no es la Santa Muerte, y no es toda la iglesia, y si cometió un error, tiene que pagarlo".
"Sería como decir que todos los católicos son pedófilos, y ese no es así", agregó Vargas. El fiscal general de Ciudad de México presentó una amplia serie de evidencias que implican a Romo en la organización de secuestradores dirigida por un pandillero conocido como ´el Aztlán´. Cuando se le preguntó si Romo y su equipo estaban siendo atacados por estar asociados al culto de la Santa Muerte, el fiscal general Miguel Ángel Mancera dijo que él, inicialmente, no tenía ni idea de que "el señor tuviera algo que ver con alguna iglesia" –un desaire que seguramente ha escocido al obispo caído.
16 de enero de 2011
11 de enero de 2011
©los angeles times
cc traducción mQh
0 comentarios