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hizo el mapa de la represión


Indagaran a Alfredo Sotera, que fue jefe del Destacamento de Inteligencia 121. La declaración en el marco de la ex causa Feced, solicitada por los fiscales, comienza a enmendar un espacio de impunidad. Sotera es el autor de un informe sobre los militantes que eran "objetivos" del terror y la suerte que corrieron.
[José Maggi] Argentina. El jefe de Destacamento de Inteligencia 121 durante el primer período de la dictadura militar fue citado a declarar por la justicia federal en el marco de la ex Causa Feced. Se trata de Alfredo Sotera, oficial superior del Ejército Argentino y Jefe del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario desde el 6 de diciembre de 1975 hasta el 15 de diciembre de 1976. Sotera es el autor de uno de los informes secretos del Ejército donde se señalaban los objetivos y la suerte corrida por los mismos. El documento fue entregado por otro miembro del espionaje militar, Adolfo Salzman, en la Causa Guerrieri. Se comienza a enmendar así un espacio de impunidad al avanzar sobre los responsables de la inteligencia en la implementación del plan sistemático de represión ilegal en esta región zona.
En rigor la declaración llega después de un largo tiempo: lo había pedido la anterior fiscal de la causa Adriana Saccone, y fue completado ahora por los actuales fiscales Gonzalo Stara y Mario Gambacorta. El juez federal Marcelo Bailaque hizo lugar así al pedido de declaración indagatoria y la fijó para el 3 de marzo en San Isidro donde tiene domicilio el ex militar.
El pedido había sido efectuado a fines del año 2009 y esta semana, los fiscales de la causa y a cargo de la Unidad de Asistencia de DDHH concretaron una porción de las imputaciones que ascienden a más de un centenar de víctimas que se investigan en la Causa Feced. Entre los fundamentos utilizados, por el fiscal Stara se resaltó el "carácter fundamental de la Inteligencia en el marco del Plan Sistemático de desaparición de personas".
En esa hipótesis aportó pruebas: el punto 5.024 del R.C. 9 1 del Ejército, "Operaciones contra elementos subversivos", establece que las actividades de inteligencia adquirirán una importancia capital, pues son las que posibilitarán la individualización de los elementos subversivos y su eliminación, y que del mayor o menor esfuerzo de la actividad de inteligencia dependerá en gran medida el éxito de la contrasubversión.
La relevancia que se asigna a la tarea de inteligencia aparece también reflejada en las disposiciones de la Armada (v. Placintara/75, Apéndice 3 del Anexo C, "Propósito", y Apéndice I del Anexo P en cuanto regla que la detención debe prolongarse el tiempo necesario para la obtención de inteligencia, punto 2.4.1.) y de la Aeronáutica, cuya "Orden de Operaciones Provincia" afirma en su punto 16 que el centro de gravedad para el logro de los objetivos estará orientado hacia el área de inteligencia. Agrega que: sin una adecuada inteligencia, será imposible encarar con éxito cualquier acción efectiva contra la subversión".
Con estas bases, el Ministerio Público Fiscal considera que "estando acreditada la responsabilidad primordial y directriz del Ejército Argentino en los hechos que se investigan en la presente causa, no puede desvincularse al responsable de un área fundamental en el marco del plan sistemático de represión clandestina e ilegal, como es la de inteligencia".
Cabe recordar que se encuentra acompañado a la causa el denominado "informe Sotera" donde figuran víctimas de la presente causa Díaz Bessone, como Alejandro Víctor Stancanelli, Pedro Galeano, Carlos Alberto Corbella, Marta Bertolino y Oscar Manzur, entre otros.
Justamente, Bertolino celebró la decisión de Bailaque. "Esto desbarata la estrategia defensiva del imputado Díaz Bessone, ex comandante del Segundo Cuerpo de Ejército: la policía de la provincia estaba indudablemente bajo su control y la inteligencia oficiaba de nexo. Si bien la detención de Sotera es una decisión tardía, es hora de avanzar en esta dirección. Junto con mi marido, Oscar Manzur todavía desaparecido integramos el tristemente conocido "informe Sotera", trabajo último que rinde este personaje al entregar su cargo en el 121", dijo la querellante de la causa Díaz Bessone. "El imputado José Rubén Lofiego, sin ir más lejos, en una de sus numerosas ampliaciones de indagatoria, relata cómo Amelong y Fariña (ambos "Personal de Inteligencia del Ejército", subordinados por lo tanto de Sotera) se disputan mi captura y las decisiones sobre mi destino como prisionera en el ámbito del mismísimo Servicio de Informaciones. Por lo demás, no era extraña la presencia de militares en los interrogatorios, u oficiando de pretendidos jueces en el centro de detención clandestino que funcionaba en la Jefatura de Policía, bajo la órbita del tenebroso Comandante Agustín Feced", agregó Bertolino.
Para la querellante, "el Destacamento de Inteligencia 121 sin dudas estableció una estrategia de barrido de toda la ciudad en busca de militantes populares, contando con la eficacia operativa de las patotas de Feced. El propio Feced no era policía, sino comandante de gendarmería. Los sobrevivientes tenemos la certeza de que en un Centro de Detención Clandestina de la envergadura del Servicio de Informaciones, principal centro de exterminio y de distribución de detenidos de nuestra provincia, obligadamente se trabajaba en línea directa con la inteligencia militar. Y en esto venimos insistiendo, en contra de cualquier hipótesis que busque establecer lo contrario".
Por su parte Elida Luna y Héctor Medina, de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, también acompañaron la decisión judicial manifestando que "desde el propio juicio a las juntas, y las investigaciones realizadas por las organizaciones defensoras de los derechos humanos, era conocido el rol fundamental de la inteligencia en el armado de la represión ilegal. Es una muy buena decisión del juez Bailaque, un logro de los fiscales de la causa Feced".
21 de febrero de 2011
20 de febrero de 2011
©rosario 12
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