cárcel era cueva de ladrones
columna de lísperguer
En cárcel bonaerense gendarmes mandaban a los reclusos a robar, so pena de torturas y muerte.
En una cárcel de Buenos Aires (la Unidad 48 del Servicio Penitenciario Bonaerense, SPB) el alcaide y los gendarmes subalternos habían montado un increíble modelo social: con amenazas y recompensas, seleccionaban a reclusos a los que enviaban a robar en horas de madrugada (de las 11 de la noche a 6 de la mañana). Los gendarmes entregaban a los reclusos el listado de los modelos de auto con que debían volver. Los coches eran ingresados a un patio de la cárcel donde otros reclusos, sometidos al mismo régimen, debían desarmarlos para venderlos por parte. Pero la trama se derrumbó. No hace mucho, uno de los reclusos fue asesinado por los gendarmes por negarse a cometer un asesinato. A otro, que no quiso seguir participando, los gendarmes le castigaron violando a su mujer.
Los gendarmes han impuesto un régimen de terror en la cárcel, torturando a los reos que se negaban a colaborar y montando incluso simulacros de ejecuciones. Los gendarmes traficaban en drogas, y organizaban fiestas en el penal a la que llevaban prostitutas del sector. Las autoridades intentan tapar el escándalo. Han admitido la denuncia de venta de drogas, pero desestimado la acusación más grave, que es la de formar una asociación ilícita para robar con la participación forzada de los reos amenazados.
La cárcel era una verdadera cueva de Alí Babá.
cc lísperguer
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