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la verdad sobre la cría intensiva


Las granjas de cría intensiva. Las fábricas de animales. La bio-industria. Editorial de The New York Times.
El cliente de un supermercado que compra hamburguesas, huevos o leche tiene todos los motivos, y todo el derecho, a preguntarse cómo se producen estos productos. La respuesta, en la agricultura industrial, es "a puertas cerradas", y así es como la industria quiere que siga siendo. En al menos tres estados -Iowa, Florida y Minnesota- está ganado terreno el proyecto de ley que convertiría en ilegales las investigaciones sobre las granjas de cría intensiva, especialmente filmar y tomar fotografías. La ley tiene un solo objetivo: ocultar las condiciones en que funcionan las granjas de cría intensiva, a un público que está empezando a pensar seriamente sobre los derechos animales y la manera en que se produce el alimento.
Esos proyectos comparten algunos elementos. Su definición de agricultura es excesivamente amplia; incluyen, por ejemplo, a las fábricas de perros. Tratan a los investigadores encubiertos y denunciantes como si fuesen ‘agro-terroristas’, decididos a dañar al ganado o destruir las instalaciones. También les gustaría penalizar la difusión de información sobre la producción agrícola. Y son apoyados por los pesos pesados de la agricultura industrial: Monsanto, el Farm Bureau, las agrupaciones que representan a los productores de cerdos, de productos lácteos, y ganaderos, así como de pollos, soya y maíz.
La exposición del funcionamiento de la industria ganadera ha sido tema de investigaciones encubiertas desde los días de Upton Sinclair. Casi todos las mejoras importantes en el bienestar de los animales de granja, así como de extraordinarias mejoras en la seguridad alimentaria, se han producido porque alguien descubrió y denunció las condiciones en que viven y mueren. La cría intensiva confina a los animales en espacios muy hacinados, antinaturales y a menudo en condiciones poco higiénicas. Tenemos que saber más sobre lo que pasa detrás de esas puertas cerradas, no menos.
28 de abril de 2011
16 de abril de 2011
©new york times
cc traducción mQh

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