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de dedo acusador a dedo pestilente


columna de lísperguer
Ex presidente Lagos respalda a Carabineros.

Si las declaraciones del ex presidente Lagos sobre las escuchas telefónicas de Carabineros no son derechamente irracionales, entonces no se puede concluir otra cosa que son mal intencionadas.
Lo primero porque, tras decisión del Ministerio Público, hay una investigación en curso, a cargo del fiscal regional de Valparaíso, Pablo Gómez, nombrado por el fiscal nacional Sabas Chahuán, y aunque podamos tener dudas sobre la fiabilidad de los resultados, lo que dicta la sensatez es esperarlos y juzgarlos por sus méritos. Concluir de antemano que el servicio de inteligencia de Carabineros no está implicado es simplemente irracional.
Pero yo sospecho mala intención, porque cuando afirma que las denuncias carecen de fundamentos lo que hace de hecho es difamar al suboficial que las hizo, sugiriendo que mintió y poniéndolo en grave peligro de sufrir las represalias de la institución. ¿Qué otra intención podría tener, excepto desacreditar al denunciante y, de paso, a los diputados que, según el suboficial, fueron o son espiados? Es también evidente que quiere intimidarlo y/o convencer a los parlamentarios que hay razones de Estado mayores para engordar la vista.
Su vehemencia en la defensa de Carabineros es sospechosa. No es posible creer que no tenga algún interés torcido cuando defiende a una institución en la que todavía abundan elementos criminales de la época de la dictadura, incluyendo al propio general Gordon, y que se ha destacado hasta hoy mismo por los asesinatos de manifestantes, torturas, malos tratos, amenazas, robos, destrucción de enseres, allanamientos ilegales, abuso sexual, infiltración de organizaciones sociales y montajes. El propio general Gordon, no ha mucho, acusó a los ciudadanos que protestan contra HidroAysén de ser un obstáculo para el desarrollo del país, que, tan simplón, cree que depende de la familia Matte. No se da cuenta de que el obstáculo para el país es él mismo.
El ex presidente merece el repudio más decidido de la ciudadanía, que deberá convertirse en un rechazo absoluto de él y sus cómplices, los concertacionistas pinochetistas. Su famoso dedo ahora no le sirve más que para metérselo en la nariz. Su famoso dedo ahora no le sirve más que para metérselo en la nariz. Si no se tapara uno de los dos hoyos, no soportaría la fetidez que despiden sus amigos.
lísperguer

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