cuba introduce reformas económicas
Los cubanos oyen una defensa de su dolorosa e incierta marcha hacia un capitalismo limitado en una manifestación en conmemoración del 58 aniversario del asalto al cuartel Moncada con que se inició la revolución comunista en Cuba. El presidente Raúl Castro asiste, pero deja los discursos a otros.
[Tracy Wilkinson] Ciego de Ávila, Cuba. El martes las autoridades cubanas usaron una de sus fechas más importantes en el calendario revolucionario de Cuba para unir al país frente a su nueva guerra: las dolorosas pero cruciales reformas económicas.
El presidente Raúl Castro apareció en una ceremonia temprano en la mañana aquí en la exuberante Cuba central, pero no habló. Vestido con una guayabera blanca y un sombrero de paja, disfrutó de las consignas en su nombre y saludó a los invitados, pero dejó a otros los discursos.
El festejo marca el 58 aniversario del fallido asalto militar de las barracas del ejército en Moncada con que se inició la revolución que finalmente llevaría a su hermano mayor, Fidel Castro, al poder el 1 de enero de 1959.
La celebración de este año se produce en momentos en que Cuba marcha por el sendero incierto, pero firme, de las reformas económicas. Bajo la dirección de Raúl Castro, el gobierno comunista está probando con una forma limitada de capitalismo que ha conseguido que a la fecha trescientos mil cubanos hayan adquirido permisos para abrir o trabajar en nuevos negocios, desde la venta de baratijas en una esquina a la gestión de restaurantes y salones de belleza.
Pronto también se les permitirá, por primera vez durante el régimen, vender y comprar propiedades.
Pero el cambio viene con vaivenes. Miles de cubanos han perdido sus empleos mientras el estado intenta reducir su personal, funcionar con más eficiencia y trasladar a los trabajadores al incipiente sector privado. Y muchos nuevos hombres y mujeres de negocios se quejan de los impuestos y de la escasez de las provisiones que necesitan para trabajar. "Debemos romper para siempre con la mentalidad de la inercia."
Machado hizo una vigorosa defensa de las reformas como "soluciones permanentes a viejos problemas" y dijo que debían proceder y profundizar el rescate de la difícil economía de Cuba y promover la producción agrícola. Sin embargo, no dio detalles ni nuevos aspectos de la estrategia del gobierno.
Miles de cubanos y algunos invitados extranjeros llenaron el campo empapado por la lluvia para asistir a la ceremonia, que fue también transmitida en directo por radio y televisión. Ciego de Ávila, una región de caña de azúcar y piñas, está a unos cuatrocientos kilómetros al este de La Habana. Sentado en primera fila, Castro, de ochenta años, fue flanqueado por sobrevivientes del combate de 1953 o sus parientes y también familiares de los cinco cubanos encarcelados en Estados Unidos por cargos asociados con el terrorismo, la lucha por cuya libración es una causa célebre en la isla.
La manifestación tuvo lugar debajo de una gigantesca valla publicitaria que repite el lema de Castro para fomentar las reformas: Orden, disciplina y exigencia.
Ailyn Rodríguez, 19, estaba en la multitud con su grupo de "juventud revolucionaria". Reconoció que el cambio económico era un reto, pero expresó confianza en que será capaz de trabajar en su campo de estudios de psicología infantil cuando termine los estudios.
"Queremos que el mundo sepa que nosotros, la juventud, tomará las medidas necesaria para confrontar a la economía", dijo Rodríguez, vestida con una camiseta roja del Che Guevara y enormes pendientes rojos.
Algunos de los presentes expresaron decepción por el hecho de que Castro no habló, ya que esperaban una mejor explicación de los planes del gobierno. Probablemente hará algunas observaciones importantes durante la apertura de la Asamblea Nacional.
En otro signo de los cambiantes tiempos, Fidel Castro apenas si fue mencionado y ni siquiera apareció en los cuarteles. El achacoso ex presidente, que cumplirá 85 este mes que viene, cedió el poder a su hermano menor en 2006 y poco a poco se ha alejado de la mayoría de los asuntos de estado. Hace cinco años, este aniversario marcó su último discurso político público.
Los organizadores del evento también leyeron en voz alta al presidente venezolano Hugo Chávez, que ha ido a Cuba dos veces en los últimos dos meses para seguir su tratamiento de cáncer. Chávez expresó su "gratitud y admiración" por Cuba.
"Viviremos y triunfaremos", decía el mensaje de Chávez.
Como en el ataque contra el Moncada, agregó: "Hemos aprendido a convertir la derrota en victoria."
El socialista venezolano dijo esta semana que tiene la intención de postularse a la reelección este año siguiente, aunque hay muchos interrogantes sobre su verdadero estado de salud. El mes pasado le removieron un tumor maligno y la semana pasada Chávez sufrió su primera quimioterapia. No ha revelado exactamente qué tipo de cáncer tiene, aunque las especulaciones se centran en el cáncer al colon.
Su supervivencia es un asunto importante también para Cuba porque Chávez le da a la isla miles de barriles de petróleo pesadamente subvencionado así como otros beneficios. Muchos ven ese continuado respaldo como una clave para la reforma económica sustentable, medidas que fueron aprobadas por el gobernante Partido Comunista en un congreso extraordinario en abril, durante el cual fueron definidos como necesarias para "salvar al socialismo."
20 de agosto de 2011
22 de julio de 2011
©los angeles times
cc traducción c. lísperguer
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