la muerte de manuel gutiérrez
Conmoción en Chile por el asesinato de un joven manifestante durante el paro general contra el gobierno de Piñera. La institución dio de baja a ocho funcionarios de distinto rango, entre los que se destaca el suboficial Miguel Millacura, quien efectuó los disparos. La familia pide justicia y Camila Vallejo exigió la renuncia del ministro de Interior.
[Christian Palma] Santiago, Chile. Confianza, aporte a la seguridad ciudadana, respeto. Todos conceptos con los que la ciudadanía calificaba a Carabineros de Chile en las encuestas hasta no hace mucho, dejando atrás, al menos en buena parte de las nuevas generaciones, el horror y miedo con que se relacionó a la policía uniformada en los tiempos de Pinochet. Sin embargo, diversos errores de procedimiento –sobre todo desde que comenzaron las manifestaciones sociales– como infiltrar efectivos en las marchas estudiantiles, excesiva represión y abuso de gases lacrimógenos en las protestas, fue mermando la comunión entre los "pacos", como se llama a la policía en Chile, y la gente. Relación que se agrietó más con la muerte del joven de 16 años, Manuel Gutiérrez, baleado por un carabinero mientras observaba las protestas en forma pacífica el jueves pasado.
Tal vez con la mirada penetrante de la foto de "Manolito" que ha circulado en los medios. Quizá con la del comunero mapuche Jaime Mendoza Collio muerto de un balazo en 2009 o el universitario Matías Catrileo Quezada también fallecido a manos policíacas en 2008, el general director de Carabineros, Eduardo Gordon, pidió perdón a la familia Gutiérrez Reinoso.
"Quiero expresar a la familia del joven Gutiérrez, a la señora Mireya, su madre, a don Manuel, su padre, las sentidas condolencias de Carabineros de Chile ante la tragedia que están viviendo. Quiero que la acepten de palabras de este hombre, de este carabinero y de todos los carabineros de Chile, que día a día con esfuerzo y con mucha voluntad y sin esperar nada a cambio más que el deber cumplido realizan beneficios para la comunidad", dijo el máximo jefe policial en un sentido discurso.
"Repudiamos la forma en que esto ocurrió. Lamentablemente, uno de los nuestros incumplió todas las normativas e hizo uso de las armas y, además, trató de ocultar información. Ahí rompió otro de los principios, que es la verdad. Aquí ha fallado la verdad, nos han traicionado con la verdad. Por eso repudiamos lo que pasó", insistió el general que no había dado declaraciones por encontrarse delicado de salud, según sus propias palabras.
Junto a ello, Gordon confirmó la salida del segundo jefe de la Zona Metropolitana, Sergio Gajardo, quien en un principio descartó de plano la intervención de carabineros en la muerte del joven y desestimó una investigación interna.
"Comparto las decisiones que el mando estaba ejerciendo sobre la desvinculación del autor de los disparos, como también a esas personas que no permitieron que esto fuera esclarecido de forma prematura", añadió el general.
"Nos duele mucho que en oportunidades se trate de poner a la institución con una política de agresión. Pero éstos son casos puntuales, no son políticas institucionales. Sigan confiando en sus carabineros, somos de todos los chilenos, sin distinción. Este uniforme lo vestimos con honor", sentenció Gordon.
Así las cosas, la institución dio de baja a ocho funcionarios de distinto rango, entre los que destaca el suboficial Miguel Millacura, quien efectuó los disparos.
"Me agaché y disparé hacia arriba, hacia el poniente, para amedrentar a las personas que estaban atacando con armas de fuego y piedras", habría declarado Millacura a la Fiscalía, según los medios locales. El ahora ex uniformado aseguró que una turba quería quemar una gasolinera por lo que disparó su arma de servicio, una subametralladora UZI a la cual limpió y le repuso las municiones.
La versión fue desmentida por la Fiscalía en la audiencia, donde Millacura quedó detenido, debido a que las pericias revelaron que la trayectoria de la bala que dio en el estómago del menor no coincide con un tiro de arriba a abajo.
Manuel Gutiérrez padre, hombre de mucha fe, decidió hablar tras conocer el destino del asesino de su hijo. "Sólo esperamos que se haga justicia. Nada más. Ustedes entenderán que perder un hijo de 16 años no nos va a dejar tranquilos bajo ningún punto, pero tenemos paz en nosotros simplemente porque tenemos a Dios en nuestro corazón, eso hace la diferencia."
La presidenta de la Federación de estudiantes de la Universidad de Chile Camila Vallejo, la cara más visible de las movilizaciones, reiteró ayer que el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, debe renunciar a su cargo, pues no basta con desvincular a los carabineros. "Hay una responsabilidad política que se debe asumir", dijo en medio de otro debate que se encendió: la responsabilidad en los hechos que le cabe al ministro más importante del gabinete de Sebastián Piñera por ser el responsable de la seguridad del país.
"No es la hora de buscar aprovechamientos políticos", respondió el presidente de la UDI, Juan Antonio Coloma, el partido de extrema derecha.
Finalmente se supo ayer que el gobierno programó para el sábado la reunión que sostendrá Piñera con los estudiantes para intentar destrabar el conflicto estudiantil que ya lleva más de tres meses. Y donde los líderes universitarios y secundarios esperan tratar los doce puntos de su petitorio incluidos en una carta que dejaron en La Moneda la semana pasada.
31 de agosto de 2011
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