reformas políticas no sirven para nada
columna de lísperguer
Senado chileno aprueba inscripción electoral automática y voto voluntario.
Con la inscripción automática y el voto voluntario no me parece que se refuerce la democracia que no tenemos. Para el sistema electoral vigente en las elecciones parlamentarias -el binominal- es completamente indiferente que los ciudadanos se inscriban automáticamente o no y la cantidad de electores es igualmente indiferente. Como nuestros senadores y diputados no son realmente elegidos, el voto ciudadano es un paripé inútil que es una ratificación igualmente torcida de los candidatos designados por las directivas de los partidos -designación que se hace a puertas cerradas y sin participación ni siquiera de los miembros de los partidos. Que los candidatos designados sean, ejem, elegidos por cinco votantes o seis millones no hace ninguna diferencia.
En cuanto al voto voluntario, todo parece indicar que es igualmente un paripé, porque el Senado aprobó una sorprendente y bizarra indicación del senador concertacionista Letelier, según la cual los ciudadanos que han "ejercido su derecho a sufragio, tendrán derecho a ser preferidos en la lista de elegibles para un empleo público y en la adjudicación de becas por parte del estado, frente a quienes no lo hubieren hecho". ¿En qué quedamos? Si el voto es voluntario, no se entiende que los políticos quieran castigarnos por no votar o no participar en sus ridículas farsas. Si no votamos, no podremos postular a ser funcionarios públicos ni nos darán becas.
¿Y qué quiere premiar el senador socialista? Pues, nada menos que "a los ciudadanos activos cuando hay igualdad de condiciones". Llamar ciudadano activo a un votante que acude a las urnas a ratificar a los candidatos designados por los partidos a espaldas de la ciudadanía no es exactamente sinónimo de participación política. El senador Letelier parece tener una idea bastante reaccionaria del concepto. Qué curiosa ironía que haya sido un senador de extrema derecha (Espina, de RN) quien criticara al socialista.
Es de esperar que los diputados muestren más cordura que los senadores y rechacen estas reformas insípidas. El único modo de fomentar la democracia es simplemente recuperándola. Y para ello la única vía posible es la derogación del sistema binominal.
lísperguer
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