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desarmar a paramilitares libios tomará tiempo


Los ex rebeldes libios podrían ser desarmados, pero no ahora.
Libia. Desarmar a los ex rebeldes libios podría tomar meses y las armas no serán requisadas forzosamente, declaró el viernes el nuevo primer ministro interino del país, Abdel-Rahim Keeb a la televisión francesa.
Miles de civiles tomaron las armas durante la rebelión de ocho meses que finalmente derrocó al líder Moamar Gadafi. Y algunos todavía tienen esas armas, creando desasosiego sobre la creciente inestabilidad durante el periodo de transición política que se espera que culmine en junio con la elección de una asamblea nacional, de acuerdo a un informe de la Associated Press sobre la entrevista televisada.
El consejo del gobierno interino de Libia, que declaró haber liberado al país el 23 de octubre, había prometido actuar rápidamente para desarmar a los combatientes. Pero Keeb dijo a France24 TV el viernes que recuperar esas armas "podría tomar algún tiempo".
"No obligaremos a la gente a tomar decisiones rápidas y apresuradas y presentar leyes para impedir que la gente tenga armas", dijo Keeb al canal francés.
En lugar de eso, el gobierno tratará de colaborar con los combatientes, ofreciéndoles alternativas, tales como capacitación profesional, dijo Keeb.
Los nuevos líderes del país también piensan adoptar una ley "de justicia transicional" en los próximos días para ayudar a hacer frente a los retos que surjan durante el gobierno interino, tales como los actos de venganza, informó la AP. Algunos paramilitares se han vengado atacando a personas que fueron leales al régimen de Gadafi.
Se formará una comisión independiente de recopilación de datos para oír las quejas de las víctimas de presuntas injusticias, tanto bajo el régimen de Gadafi como en el periodo de transición, informó la AP. La comisión investigará los reclamos y hará recomendaciones, incluyendo posibles compensaciones.
La agencia de prensa también informó el viernes que funcionarios del Comité Internacional de la Cruz Roja dijeron que más de cuatrocientos cadáveres habían sido encontrados en la ciudad natal de Gadafi, Sirte, en las últimas dos semanas. Todos los muertos parecen haber caído en combate, pero no fue posible establecer si eran ex rebeldes o partidarios del coronel Gadafi, dijeron funcionarios de la Cruz Roja.
Gadafi fue asesinado en Sirte el 20 de octubre en circunstancias que no han sido totalmente esclarecidas.
18 de noviembre de 2011
4 de noviembre de 2011
©los angeles times
cc traducción c. lísperguer

conflicto en libia podría prolongarse


Milicias paramilitares se niegan a entregar las armas. Paramilitares disputan por saqueo y se enfrentan a tiros, dejando tres muertos.
[David D. Kirkpatrick] Trípoli, Libia. Muchos de los jefes de las milicias paramilitares locales que ayudaron a derrocar al coronel Moamar al-Gadafi se han retractado del juramento de dejar las armas y dicen ahora que quieren conservar su autonomía e influir en decisiones políticas como "guardianes de la rebelión".
El tema de las milicias es uno de los más urgentes a los que se enfrenta el nuevo gobierno provisional de Libia, el Consejo Nacional de Transición. Decenas de irresponsables brigadas de voluntarios armados surgieron en todo el país y a menudo sólo respondían a los consejos militares locales, los que se convirtieron en los gobiernos locales de facto en ciudades como Misurata y Zintan, así como en la capital, Trípoli.
El primer ministro saliente del gobierno provisional, Mahmoud Jibril, sugirió en una rueda de prensa el domingo noche que en lugar de esperar a que las milicias locales se desbanden, el Consejo Nacional de Transición debería tratar de incorporarlas -ampliándose, para incluir a sus representantes.
"Nadie quiere entregar las armas ahora, y muchas tribus y ciudades están acumulándolas ‘por si acaso’", dijo Mahmoud Shammam, portavoz del consejo ejecutivo.
Observando informes sobre esporádicos enfrentamientos entre milicias y asesinatos por venganza, muchos líderes civiles, y algunos paramilitares, dicen que el cambio de las milicias, que habían prometido entregar las armas, a exigir una participación política continua, representa un duro reto a la frágil autoridad del consejo.
"Esto podría conducir al caos, a conflictos entre los consejos", dijo Ramadan Zarmoh, 63, uno de los líderes del consejo militar de Misurata, que alegó que la milicia de la ciudad debería disolverse casi inmediatamente después del nombramiento de un nuevo ministro de Defensa. "Si queremos democracia, no podemos tolerar esto".
Sin embargo, su opinión sólo la comparte la minoría. Muchos miembros de los consejos paramilitares insisten en que necesitan permanecer armados hasta que se ratifique la nueva Constitución, porque no confían en que el débil gobierno provisional lleve solo a Libia a la democracia.
"Nosotros somos los que tenemos el poder aquí -los que tenemos gente en el terreno- y no vamos a entregarlo sino cuando tengamos un gobierno legítimo que debe emerger de elecciones libres y honestas", dijo Anwar Fekini, abogado libio-francés que es el líder de los paramilitares en las montañas al occidente del país y también cercano a los líderes del consejo de transición.
"Nos aseguraremos de dar al país un Constitución civil y un sistema democrático", agregó. "Y usaremos todos los medios a nuestra disposición -antes que nada nuestro poder en el terreno".
Líderes paramilitares ya han demostrado su determinación de participar en el proceso político. Antes de que el gobierno provisional nombrara a un nuevo primer ministro el lunes noche, líderes locales en Misurata -que hablaron a condición de conservar el anonimato para evitar un conflicto abierto con el consejo nacional- amenazaron con que, si este con nombraba un candidato que fuera aceptable para ellos, los consejos militares locales de ciudades al occidente de Libia podrían intervenir para decidir el asunto.
La decisión del primer ministro, Abdel Rahim el-Keeb, ingeniero y hombre de negocios de Trípoli, satisfizo a las ciudades occidentales y resolvió el conflicto pacíficamente. Pero los funcionarios del consejo nacional dicen que la amenaza de intervención misma pone en peligro la transición hacia una democracia civil, en la que las disputas se resuelven en las urnas o en tribunales, pero no con armas.
Shammam dijo que la intervención armada "sería un desastre" y que la adopción de una nueva Constitución debería tener lugar "bajo la protección de la ley" -comisarías de policía, jueces- antes que bajo el poder de los consejos paramilitares y la fuerza de las armas".
Él y otros en el consejo nacional dicen que esperan que cuando asuma el siguiente gobierno de transición y empiece a construir un ejército nacional, un objetivo que de momento sigue elusivo, los consejos paramilitares locales empezarán a ceder. Refiriéndose a las elecciones prometidas para elegir gobierno este año, agregó: "Si los consejos paramilitares empiezan a extenderse y expandirse, terminarán reemplazando a la asamblea nacional".
Algunos señalan al vecino Egipto, donde el consejo de los oficiales que asumió el poder tras el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak ha postergado el traspaso del poder a la sociedad civil. Otros dicen que existe en Libia el peligro de que pueda llegar a parecerse al caos que reina en Yemen o Siria porque hay varias milicias paramilitares semi-autónomas decididas a exigir un rol político -en Trípoli, en las ciudades en las montañas occidentales como Zintan y sus vecinos, en Misurata y en Bengasi, una ciudad al este del país.
Al este y en Trípoli, algunas de las brigadas más grandes y mejor equipadas están asociadas a organizaciones islámicas que están formando partidos políticos. "Mientras no formen parte del poder, mantendrán sus armas", predijo Shammam, un liberal.
Ya ha habido choques entre grupos armados. Hace dos semanas, paramilitares de Zintan y Misurata se enfrentaron brevemente en el aeropuerto internacional de Trípoli, dejando tres víctimas mortales, dijo Abed Rzag al-Bakesh, 40, líder paramilitar de Zintan. Dijo que la culpa la tenían leales a Gadafi disfrazados.
La semana pasada estalló una balacera entre dos grupos en la Plaza de los Mártires en el centro de la capital, que el consejo militar local ahora ha prohibido a los otros combatientes.
Después de la ocupación el mes pasado del último refugio del coronel Gadafi, en Sirte, paramilitares de Misurata y Bengasi se enfrentaron brevemente por el botín de los saqueos, dijo el comandante de Misurata, aunque aclaró que no hubo heridos.
El lunes temprano, un grupo de combatientes de Zintan atacó un hospital de Trípoli diciendo que buscaban a un gadafista que había buscado tratamiento ahí, de acuerdo a informes de una radio de Trípoli.
"El Consejo Nacional de Transición está impotente", dijo Abdurraham K. Shater, un respetado columnista del diario La Nación -uno de entre una decena de nuevos diarios-, sobre el consejo de transición, "como un marido engañado que no sabe qué está pasando a sus espaldas, o que lo sabe, pero hace la vista gorda".
El Consejo Nacional de Transición ha prometido en una "declaración constitucional" que dentro de ocho meses, después de la elección de un nuevo gobierno, convocará a elecciones de una asamblea nacional, la que supervisará la redacción de una nueva Constitución. (Jibril, en su rueda de prensa, sugirió dejar de lado la "declaración" sin armar escándalo, haciendo surgir interrogantes sobre su carácter vinculante).
Sin un pasado de democracia electoral, las autoridades provisionales de Libia deben definir distritos electorales y adoptar un régimen electoral -decisiones que tendrán inevitablemente ganadores y perdedores, política y geográficamente.
Durante la rebelión, funcionarios del Consejo Nacional de Transición juraron dar voto a todos los libios, con independencia de su ubicación o posición política.
Pero líderes en Misurata, un centro comercial que soportó un prolongado asedio para emerger como el arsenal de la revuelta libia, dicen que están presentando un conjunto de cuatro puntos como criterios de representación que aumentarían su poder a expensas de ciudades más pequeñas o de ciudades que permanecieron leales al coronel Gadaif: población, tamaño, rendimiento económico y "prioridad en la liberación".
Algunos en las zonas orientales en torno a Bengasi, desdeñadas durante el régimen del coronel Gadafi a favor del occidente, ahora están proponiendo que Libia vuelva a tener una estructura federal suelta que les proteja del dominio de Trípoli y Misurata.
Pero Azza Kamel Maghur, abogado de derechos humanos que dictó hace poco una charla en Misurata sobre el proceso de transición, dijo que estaba particularmente sorprendida por la abierta determinación de introducir armas en el proceso político. "Se alzaron y dijeron: ‘No vamos a entregar las armas mientras no tengamos Constitución’", dijo. "No se puede tener una sociedad civil democrática con armas -¿cómo podríamos hacer elecciones?"
6 de noviembre de 2011
1 de noviembre de 2011
©new york times
cc traducción c. lísperguer


qué es el ejército de resistencia del señor


La justificación que ha esgrimido el presidente Obama para bombardear la frontera somalí es que el Ejército de Resistencia del Señor amenaza la estabilidad regional. Algunos republicanos acusan a Obama de querer, en su condición de Anticristo, exterminar a los cristianos.
[Lucinda Andersson] Uganda. En 1986, una mujer llamada Alice Lakwena, de la tribu acholi de Uganda, fundó un movimiento de resistencia basado en creencias en el Espíritu Santo de Dios. Lakwena misma decía ser una profeta que recibía mensajes del Espíritu Santo. Estaba convencida de que los acholi podían derrocar al gobierno ugandés, con Museveni a la cabeza, que había amenazado a su pueblo con brujerías y el espiritualismo enraizado en su cultura.
De acuerdo a los mensajes que recibía de Dios, sus seguidores podían evitar que las balas impactaran en sus cuerpos embadurnándose con aceite de nuez de karité. Si lo hacían, sus seguidores no tendrían que retroceder nunca ni tenían necesidad de no exponerse durante enfrentamientos. Lakwena y sus soldados ganaron importantes batallas e iniciaron una marcha hacia Kampala, pero no lograron conquistar la capital.
Entretanto, otro líder místico había entrado en el movimiento. Se llamaba Joseph Koney, y decía que estaba poseído por espíritus. Jospeh Koney fundó el Ejército de Resistencia del Señor, que fue el sucesor del Movimiento Espíritu Santo. Ha sido su líder desde entonces. Lakwena, que huyó del país en 1997, ha criticado abiertamente a Koney, argumentando que el Espíritu Santo no quiere que mate a civiles ni a prisioneros de guerra.
La milicia armada de Koney se ha hecho conocer como uno de los grupos paramilitares más brutales del mundo, famoso por sus masacres de civiles, secuestros, violaciones y el uso de niños soldados y de esclavas sexuales.
El gobierno ugandés dice que la guerrilla sólo tiene entre quinientos y mil soldados, aunque otras fuentes la estiman en tres mil soldados, más cerca de mil quinientas mujeres y niños.
Desde el principio, el Ejército de Resistencia del Señor operó en las regiones septentrionales de Uganda, aunque ahora ha sido empujado fuera del país y está operando fundamentalmente desde Sudán, la República Centroafricana y la República Democrática del Congo.
Durante los veintitrés años de existencia, el Ejército de Resistencia del Señor ha obligado a más de veinte mil niños y niñas a participar en la guerra. La guerra civil en Uganda, que es uno de los conflictos más prolongados de África, se ha cobrado la vida de miles de personas y ha provocado desplazamientos demográficos. Hoy en día, más de un millón doscientas mil personas viven en campos de refugiados en las regiones septentrionales de Uganda. El conflicto se ha extendido a los países vecinos, causando pánico y muertes de civiles en la ya desolada República Democrática del Congo.
Hace poco, Human Rights Watch publicó un informe concluyendo que al menos 321 personas fueron asesinadas en una masacre del Ejército de Resistencia del Señor en el distrito de Haut-Uele en el nordeste de la RDC. Durante la masacre, que tuvo lugar entre el 14 y el 17 de diciembre de 2009, al menos 250 civiles fueron capturados -de los cuales al menos ochenta niños.
Hay desacuerdos en cuanto a los objetivos de la lucha del Ejército de Resistencia del Señor. Según ellos mismos, el objetivo es derrocar al gobierno ugandés y reemplazarlo con un gobierno basado en los Diez Mandamientos de la Biblia.
"El Ejército de Resistencia del Señor es sólo el nombre del movimiento, porque estamos luchando en nombre de Dios. Dios es el que nos ayuda en la selva. Es por eso que le dimos este nombre al movimiento. Y la gente siempre nos pregunta si estamos luchando por los Diez Mandamientos de la Biblia de Dios. Esa es la verdad, porque los Diez Mandamientos de Dios es la constitución que dio Dios al pueblo del mundo. A toda la gente. Si lees la constitución, nadie aceptará que la gente robe, nadie aceptará que se tome a la mujer de otro, nadie aceptará matar a inocentes. Los Diez Mandamientos implican todo eso", dijo Vincent Otti, uno de los líderes del Ejército de Resistencia del Señor en una entrevista con IRIN.
Algunos dicen que es un movimiento nacionalista que lucha por los derechos de los acholi, lo que puede ser difícil de creer por algunos ya que la milicia ha maltratado y asesinado a su propia gente. Otros dicen que su resistencia tiene objetivos ideológicos más generales, como el derrocamiento de la dictadura y el establecimiento de la democracia y de derechos iguales para todos los ugandeses. La creencia común, especialmente entre los gobernantes del mundo y diplomáticos parece ser que el Ejército de Resistencia del Señor no tiene objetivos políticos, que son simplemente cristianos fundamentalistas, dementes, que disfrutan aterrorizando a su propia gente. "El Ejército de Resistencia del Señor no tiene ni ideología ni programa político. Al menos, la gente nunca ha oído nada sobre eso", escribió Robert Gersony en un informe de la embajada de Estados Unidos en Kampala en 1997.
En 2005, la Corte Penal Internacional emitió órdenes de detención contra los cinco líderes del Ejército de Resistencia del Señor: Joseph Kony, Vincent Otti, Raska Lukwiya, Okot Odhiambo y Dominic Ongwen. Fueron acusados de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra, incluyendo asesinatos, violaciones, esclavitud sexual y reclutamiento de niños. Desde entonces, al menos dos de esos líderes murieron asesinados: Lukwiya en 2006 y Otti en 2007 y circulan rumores de que Odhiambo también fue asesinado. Ninguno ha sido juzgado.
Las opiniones difieren en cuanto a los objetivos del Ejército de Resistencia del Señor. Lo que sí es indesmentible es que han torturado y asesinado y que decenas de miles de niños han sido capturados, indoctrinados y utilizados como soldados y esclavos sexuales, o vendidos a señores de la guerra a cambio de armas. Pero la pregunta persiste: ¿Por qué están luchando? ¿Por qué utilizan métodos tan brutales? ¿Cómo puede decir que sus objetivos justifican sus medios? ¿Pueden hacerlo?
4 de noviembre de 2011
4 de abril de 2010
©resistance studies
cc traducción c. lísperguer

libia reintroducirá poligamia


Con la sugerencia de que el nuevo gobierno podría reintroducir la poligamia en Libia, el presidente interino provoca la indignación general. Hombres en Bengasi exigen la aplicación de la ley islámica (ya introducida) que permite que los hombres tengan más de una esposa.
[Adan Nossiter] Trípoli, Libia. Fue sólo una referencia rápida sobre el matrimonio en el sobrio un discurso leído por el presidente, pero ha inquietado durante toda la semana a las mujeres libias así como a sus aliadas en el extranjero.
Al anunciar el éxito de la rebelión libia y llamar a la formación de un nuevo país más devoto, el jefe del gobierno interino, Mustafa Abdel-Jalil, también despejó el camino para reintroducir la poligamia sin restricción alguna en un país musulmán donde la práctica fue sometida a limitaciones hasta que llegó a ser muy poco habitual en las últimas décadas.
Es un tremendo retroceso para las mujeres en un momento en que hay todavía muchas instituciones, leyes y relaciones sociales en pie después del fin del gobierno autoritario del coronel Moamar al-Gadafi en los últimos 42 años.
En su discurso, Abdel-Jalil declaró que la ley con que Gadafi había tratado de restringir los matrimonios múltiples, que es un principio de la ley islámica, o sharia, debería ser derogada. La ley, que, por ejemplo, obliga a que la primera esposa acepte a otras esposas de su marido, había mantenido la poligamia a raya.
"Esta ley es contraria a la ley islámica y debería ser derogada", dijo Abdel-Jalil a una multitud, prometiendo que el nuevo gobierno adherirá más fielmente a la sharia. Al día siguiente reiteró su punto de vista ante periodistas en una rueda de prensa. "La ley islámica permite la poligamia", dijo. Abdel-Jalil es conocido por su devoción.
También observó, crípticamente: "No derogaremos ninguna ley".
Sin embargo, algunas mujeres interpretaron las observaciones colectivas del presidente del Consejo Nacional de Transición como un ominoso signo de que en la nueva Libia habrá nuevas represiones. Abogados de derechos humanos también interpretaron los comentarios como un claro ataque contra la ley de Gadafi sobre el matrimonio, como lo hizo igualmente un profesor de derecho islámico de la Universidad de Trípoli.
Expertos extranjeros sobre Libia interpretaron las palabras del líder como un intento de aplacar a los influyentes fundamentalistas. "Él y otros líderes no saben con certeza qué rumbo tomará el país", dijo Dirk J. Vandewalle, profesor de administración política en el Dartmouth College. "Están afinando las apuestas. Lo problemático es que haya mencionado esos temas, que lo sitúan fuera de la opinión mayoritaria".
En el extranjero la reacción fue de consternación entre los aliados cuya intervención militar aseguró la caída del coronel Gadafi. El ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, dijo: "Esto es un problema para nosotros, especialmente con respecto a la dignidad de las mujeres". Más tarde se vio obligado a defender la defensa oficial de los rebeldes libios contra sus críticos en la Asamblea Nacional.
Y entre las jóvenes estudiantes de la Universidad de Trípoli, la reacción fue abrumadoramente negativa, incluso entre aquellas que se cubren con el pañuelo musulmán, que sin embargo están de acuerdo con Abdel-Jalil de que la ley islámica debería ser la base de la nueva Constitución del país, que aún debe ser redactada.
Las mujeres jugaron un importante papel en la rebelión. Sin embargo, los signos de su tradicional posición en la sociedad -en las manifestaciones se sitúan aparte de los hombres, y una inmensa mayoría lleva pañuelo- persisten después de la rebelión.
"Respetar las reglas islámicas es bueno. Pero tener muchas mujeres no lo es", dijo una estudiante de biología de veinticuatro años, Awatif Alhjagi. "Estoy preocupada. Los hombres no tenían ese derecho antes, y ahora se podrán casar con cuatro mujeres", dijo. "Ya lo han decidido, así que probablemente la aprobarán [la poligamia]".
Que Abdel-Jalil se haya centrado en el tema del matrimonio en ese discurso relativamente breve causó inquietud. Las jóvenes en los jardines de la universidad empezaron espontáneamente e indignadas a hacer comentarios.
"Todas las chicas están enfadadas con lo que dijo", dijo Bushra ben Omran, estudiante de inglés de veinte años. "No quiero casarme con alguien que ya está casado".
"No debería haber dicho eso", agregó Omran. "No pensó en todas las personas que iba a ofender" por la rebelión, dijo. "Yo no esperaba esto".
Rehab Zehany, 20, dijo que Abdel-Jalil sólo estaba acatando los dictados del Corán. Pero cuando se le preguntó si aceptaría que si marido se casará con una segunda esposa, dijo: "¡Por supuesto que no! ¡Lo mataría!"
A diferencia de sus vecinos musulmanes africanos más al sur, donde las familias con esposas múltiples son frecuentes, la poligamia no ha sido una parte esencial del tejido de la vida diaria aquí en Libia. Durante el régimen del coronel Gadafi existía la idea de que los matrimonios poligámicos eran la excepción, dijo Azza Kamel Maghur, abogado. Además del consentimiento de la primera esposa -otorgado frente a un juez- un hombre tenía que explicar porqué quería una esposa más.
Como otras mujeres aquí, Maghur, cuyo padre fue durante un breve periodo ministro de Relaciones Exteriores del coronel Gadafi, se mostró fuertemente crítica del presidente provisional del país por proponer cambios fundamentales durante el periodo de transición. "Las mujeres ganamos derechos en los años setenta", dijo. "No queremos perderlos". Dijo que Abdel-Jalil ha ido más allá de lo que permiten sus atribuciones. "No puedes cambiar las leyes relativas al interés o a la familia. ¡No, no, no!"
El viernes en Bengasi varios cientos de hombres se manifestaron para respaldar de Abdel-Jalil y exigieron que se implementaran sus propuestas.
Las activistas dijeron que, al menos, el presidente había abierto el debate sobre el tema, pese a que su inquietud sobre el rumbo en que Abdel-Jalil parece estar empujando a su país. "Está diciendo que los matrimonios con cuatro mujeres están bien", dijo Hana el-Gallal, una importante abogado de derechos humanos. "Pero no puede haber un permiso general para los matrimonios de cuatro. El mero hecho de convertirlo en una licencia abierta, de hablar de este modo sobre estos temas, es muy decepcionante", dijo. Agregó: "Una mejor prioridad habría sido hablar sobre las elecciones".
Mansour O. El-Kikhia, presidente del departamento de ciencias políticas y geografía de la Universidad de Tejas en San Antonio, dijo que el discurso de Abdel-Jalil demostraba la "inexperiencia y falta de profesionalismo" del gobierno interino, agregando que le había hecho un flaco favor a las mujeres.
Esa era la opinión común entre las mujeres -aunque no necesariamente entre los hombres- en la Universidad de Trípoli. "Conozco a hombres que están diciendo que ahora se podrán casar con tres o cuatro mujeres. Eso está muy mal", dijo Najah al-Tabeb, instructora de psicología de 37 años. "Los hombres no reconocen la igualdad de las mujeres", dijo, sonriendo y rechazando la idea de casarse con un hombre que ya tuviera una esposa.
31 de octubre de 2011
30 de octubre de 2011
©new york times
cc traducción c. lísperguer

codicia y traición de sarkozy


En 2010 Sarkozy vendió armas a Libia por un total de cerca de 90 millones de euros. Gadafi financió también su carrera presidencial con un préstamo de mil millones de euros. Eso selló la muerte de Gadafi.
Francia. El Informe Anual 2010 de Exportaciones de Armas presentado al Parlamento la semana pasada por el vocero del Ministerio, el general Philippe Pontiés, revela que el gobierno francés vendió en 2010 armamento y material militar por 126 millones de dólares (casi 90 millones de euros) al derrocado régimen libio del dictador Muammar Khadafi.

Según el documento, que difunde la agencia de noticias Europa Press, París exportó en 2010 al derrocado gobierno libio material militar valorado en 123.867.000 de dólares (88,4 millones de euros), la mayor cantidad en cinco años. No obstante, el portavoz se preocupó en aclarar que "desde que comenzaron las revoluciones árabes, todas las autorizaciones fueron congeladas".
Paradójicamente, Francia fue el primer país que impulsó la actuación de la ONU y de la OTAN para poner fin al régimen de Khadafi y su Gobierno se convirtió en el primer país del mundo en reconocer la legitimidad del Consejo Nacional de Transición libio. El pasado 23 de octubre, el ministro de Asuntos Exteriores francés, Alain Juppé, celebró la liberación de Libia y el fin de "la dictadura" y aseguró que Francia "estuvo al lado del pueblo libio en su lucha por la libertad".
De acuerdo al citado documento, el primer cliente de Francia dentro de África en 2010 fue Marruecos, con 496.000.000 de dólares (354 millones de euros) en ventas de armamento. Otros dos países importantes de la `Primavera Árabe´, Túnez y Egipto, adquirieron armas francesas valoradas en 77 y 56 millones de dólares (55 y 40 millones de euros), respectivamente.
Conocido el informe, una red de ONGs, entre ellas CCFD-Terre Solidaire, Oxfam France y Amnistía Internacional, denunciaron su falta de transparencia y aseguraron que los datos del informe son incompletos, ya que sólo representan "la punta del iceberg" del comercio de armas destinado a África.
[Foto viene de The Rising Continent.]
31 de octubre de 2011
©página 12

qué está pasando en uganda


¿Puede Estados Unidos hacer la diferencia?
Bas-Uele, Congo. Mientras los monos aúllan arriba en la selva, un fatigado teniente del ejército congoleño no esconde su frustración. Enviado a las remotas selvas en las enormes extensiones del nordeste de la República Democrática del Congo para perseguir a los rebeldes de Ejército de Resistencia del Señor (LRA) de Uganda, sus tropas apenas tienen municiones y no han tenido provisiones ni paga durante meses. Pero reserva su ira sobre todo para sus presuntos aliados, el ejército ugandés. "Es una guerra torcida y los ugandeses están luchando con el LRA", dice. "Tienen todas las armas del mundo, pero no son serios".
Han pasado casi tres años desde que Uganda enviara tropas al Congo, Sudán del Sur y la República Centroafricana para perseguir a sus fanáticos compatriotas, pero los resultados obtenidos por la coalición han sido magros. Joseph Kony, el psicópata que dirige el LRA, ha eludido la captura, lo mismo que sus principales comandantes. Entretanto, los rebeldes han asesinado desde entonces a cerca de dos mil cuatrocientos campesinos y secuestrado al menos a tres mil cuatrocientos más.
Fue contra este sombrío telón de fondo que el gobierno estadounidense dice que enviará asesores militares y personal de apoyo -en total unos cien militares- para ayudar a coordinar la cacería de Kony y sus hombres. Aunque no hay garantías de éxito, se espera que este modesto despliegue salve una misión que está al borde del fracaso.
Lisiada desde el principio por una larga historia de rencores, la coalición dominada por Uganda se está desmoronando. Sudán del Sur, recientemente independiente y acuciado por problemas, no tiene ninguna gana de luchar contra el LRA. El año pasado, la República Centroafricana, que prácticamente no tiene ejército propio, ordenó el retiro de las tropas ugandesas de algunas áreas en medio de sospechas de que estaban contrabandeando diamantes. Y, aunque la mayoría de los asesinatos de civiles han ocurrido en su territorio, el Congo quiere que las tropas ugandesas se retiren completamente antes de las elecciones presidenciales del Congo este próximo mes.
El renovado respaldo estadounidense a las operaciones puede estimular la decaída moral de la coalición y reforzar la influencia diplomática de Washington ante aliados reticentes. Aunque los soldados norteamericanos no participarán directamente en el conflicto, se espera que su presencia mejore la conducta de algunas fuerzas locales, ayude con la inteligencia y aporte el necesario orden a la campaña. "Es un paso en la dirección correcta", dijo Anneke Van Woudenberg, de Human Rights Watch, una organización con sede en Nueva York que es una de las varias que apoya la decisión. "Pero no es suficiente, deberían estar preparados para hacer más".
Ese es el problema. Barack Obama puede dudar en enviar más de sus limitadas tropas si la oposición republicana continúa aprovechando el tema para criticarlo por embarcarse en lo que dice que es otra imprudente aventura en el exterior. Rush Limbaugh, un influyente presentador de radio de extrema derecha, ha llamado la atención sobre el "Señor" en la sigla LRA y se quejó de que la "invasión" de Uganda podría "exterminar a los cristianos". Y el senador  John McCain, ex candidato presidencial republicano, ha metido la cuchara advirtiendo sobre el peligro de un atolladero estilo Vietnam.
En la selva, el teniente dijo que se había enterado de que los combatientes del LRA se dirigen hacia su ubicación. Pero debido a que su unidad no cuenta con un radio, tomará un día que un correo lleve el mensaje a la siguiente posición del ejército. "Probablemente ya están aquí", dijo, encogiéndose de hombros.
[Foto viene de War Is Boring.]
30 de octubre de 2011
21 de octubre de 2011
©the economist
cc traducción c. lísperguer

occidente pasa la cuenta a libia


Compañías occidentales preparan negocios en Libia. Tras la guerra y derrota del gobierno del coronel Gadafi, potencias occidentales exigen parte del botín de guerra: el petróleo libio y los contratos de reconstrucción de un país reducido a escombros por los bombardeos de la OTAN.
[Scott Shane] Washington, Estados Unidos. Apenas se han callado las armas en Libia y la intervención militar de la OTAN a favor de los paramilitares rebeldes que derrocó al coronel Moamar al-Gadafi no terminará sino el lunes. Pero una nueva fuerza invasora ya está conspirando para desembarcar en las playas de Trípoli. Compañías occidentales de seguridad, construcción e infraestructura que buscaban oportunidades de negocios en Iraq y Afganistán han puesto sus ojos en Libia, ahora sin la dictadura que la gobernó durante cuatro décadas. Los empresarios se frotan las manos sobre los negocios potenciales de un país con enormes necesidades y el petróleo que puede pagarlas, más las ventajas competitivas de la gratitud libia hacia Estados Unidos y sus socios de la OTAN.
Una semana antes del asesinato del coronel Gadafi el 20 de octubre, una delegación de ochenta compañías francesas llegaron a Trípoli para reunirse con funcionarios del Consejo Nacional de Transición, el gobierno interino. La semana pasada, el nuevo ministro británico de Defensa, Philip Hammond, instó a las compañías británicas a "hacer las maletas" y dirigirse a Trípoli.
Mientras el cuerpo del coronel Gadafi era todavía exhibido públicamente, una compañía británica, Trango Special Projects, ofreció sus servicios de asistencia a las compañías que quieren introducirse en Libia. "Mientras continúan las especulaciones sobre el asesinato de Gadafi", se lee en la página web de Trango, "¿están usted y su empresa preparados para volver a Libia?"
La compañía ofrece habitaciones en su mansión en Trípoli y transporte "a cargo de nuestro discreto equipo de seguridad formado por británicos y libios". Su discreción no es barata. El precio por el trayecto de diez minutos desde el aeropuerto, por el que los taxis corrientes cobran una tarifa de cerca de cinco dólares, cuesta quinientas libras esterlinas, casi ochocientos dólares.
"En estos momentos hay una suerte de fiebre del oro aquí", dijo David Hamod, presidente y director ejecutivo de la Cámara de Comercio Árabe-Estadounidense. "Y los europeos y asiáticos nos llevan la delantera. Recibo todos los días llamadas de miembros de nuestra comunidad empresarial en Libia. Nos dicen que volvamos, que "no queremos que los estadounidenses salgan perdiendo".
Sin embargo, existen dudas a los dos lados, y de momento las declaraciones superan a los hechos. El Consejo Nacional de Transición, que espera no repetir la extendida corrupción de la era de Gadafi, dijo que no se firmarán contratos de largo plazo mientras no se elija al nuevo gobierno. Y con las ciudades todavía plagadas de jóvenes armados y sin empleo, Libia no ofrece nada que se parezca a un ambiente seguro para hacer negocios -de ahí los ofrecimientos de las compañías de seguridad.
Como Francia y Gran Bretaña, Estados Unidos puede aprovechar la gratitud de las nuevas autoridades libias por el crucial apoyo aéreo de la OTAN durante la rebelión. Cualquiera sea el rigor de las nuevas leyes que regirán esos contratos, las compañías occidentales esperan tener alguna ventaja sobre países como China, que hasta julio pasado ofrecían armas al coronel Gadafi.
"Venganza puede ser una palabra muy dura", dijo Phil Dwyer, director de SCN Resources Group, un contratista de Virginia que abrió una oficina en Trípoli hace dos semanas para ofrecer asesoría en "control de riesgos" y servicios a una compañía que no quiso identificar. "Pero mi sensación es que los que gocen de la preferencia" del consejo de transición "recibirán luz verde, en lo que a negocios se refiere".
La Security Contracting Network, una agencia de empleo de la compañía de Dwyer, publicó en su blog dos días después del asesinato del coronel Gadafi que habría muchas oportunidades en la nueva Libia.
"Habrá un aumento de las actividades a medidas que las compañías petroleras extranjeras vuelvan a Libia", declaró la empresa, junto con la necesidad de personal de logística y seguridad a medida que el Departamento de Estado y las organizaciones sin fines de lucro aumenten sus operaciones. "No pierda de vista quién gana contratos relacionados, siga la pista del dinero y encontrará su nuevo trabajo", aconsejaba el blog.
En Trípoli se vive en compás de espera. El viernes, mientras desayunaba en un hotel en el centro de la ciudad, un contratista de seguridad británico apuntó a las mesas ocupadas por hombres fornidos -mercenarios como él mismo. "Mira", dijo. "Están en todas partes".
Muchos de ellos todavía protegen a periodistas extranjeros, pero otros esperan recibir contratos de adiestramiento del nuevo gobierno que está tratando de domar a sus indisciplinadas fuerzas paramilitares. Funcionarios de la industria de seguridad dicen que el trabajo aquí no se parecerá nunca a la colosal escala de gastos en Iraq y Afganistán, pero con los recortes del gasto público en Europa y Estados Unidos, es de todos modos todo un botín.
Las oportunidades de las compañías occidentales empezaron en Libia en 2004 cuando el coronel Gadafi decidió renunciar a su programa de armas nucleares y puso fin a su condición de país paria. Hamod dirigió a cuatro delegaciones de empresas norteamericanas en Libia entre 2004 y 2010 y observó "el gradual deshielo de las relaciones comerciales", dijo.
La inversión extranjera total en Libia creció de 145 millones de dólares en 2002 a 3.8 billones de dólares en 2010, de acuerdo al Banco Mundial. Pero muchos acuerdos fueron torcidos por las descaradas demandas de los hijos del coronel Gadafi que exigían una parte de los beneficios, y la situación del país era desalentadora después de años de sanciones económicas y deterioro.
Libia "necesitaba de todo", dijo Hamod: servicios bancarios y financieros, hospitales y clínicas médicas, carreteras y puentes, y infraestructura para las industrias de la energía y del petróleo.
Ahora, después de meses de lucha, y con la situación de seguridad todavía frágil, hay gigantescas y nuevas necesidades, como la reconstrucción de los edificios de departamentos que fueron reducidos a escombros por los bombardeos, la protección de las instalaciones petroleras mientras reanudan o aumentan la producción, y el adiestramiento y equipamiento de las nuevas fuerzas armadas.
Hamod dijo que las compañías estadounidenses a menudo titubean más que las chinas o algunas compañías europeas en cuanto a iniciar operaciones en un ambiente convulsionado como en Libia después de Gadafi. "Hay reluctancia a cargar de frente en Libia", dijo. "Históricamente, las compañías estadounidenses están interesadas en el orden y qué podría significar esa situación para inversiones de varios millones de dólares".
En una reunión del Grupo de los 8 en Marsella, Francia, en septiembre, los ministros de hacienda prometieron a países árabes 38 billones de dólares en nuevos financiamientos, en gran parte préstamos, entre 2011 y 2013. Aunque Libia ahora está produciendo menos del tercio de su producción de petróleo antes del conflicto de 1.7 millones de barriles al día, posee las mayores reservas de petróleo de África, lo que podría eventualmente significar un flujo continuo de dinero.
La confusión y excitación simultáneas de personas que exploran oportunidades en Libia son evidentes en la proliferación de grupos temáticos sobre Libia en LinkedIn, la red social online orientada hacia las empresas.
"Puede decirme alguien en el grupo si hay vuelos hacia Trípoli", escribió Peter Murphy, un agrimensor irlandés que trabaja ahora en un proyecto eólico marítimo, en una página de discusión llamada Anglo Libya Business Group en LinkedIn. "También, ¿cuál es la situación de los visados de negocios para empresarios?"
Una respuesta provino de Mabruk Swayah, que se identificó a sí mismo -en LinkedIn- como un libio que trabaja en el desarrollo de empresas. "Hola amigos, son todos bienvenidos en Libia", escribió Swayah. "Sólo asegúrense de recorrer los canales apropiados para conseguir contratos de trabajo y no ofrezcan sobornos, incentivos o mordidas a los funcionarios".
Agregó: "Recuerden que ahora tenemos prensa libre".
[Adam Nossiter y David D. Kirkpatrick contribuyeron al reportaje desde Trípoli, Libia.]
30 de octubre de 2011
28 de octubre de 2011
©new york times
cc traducción c. lísperguer

otan termina campaña contra libia


Naciones Unidas pone fin a intervención de potencias occidentales en guerra civil libia.
[Rick Gladstone] Libia. El jueves, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas votó unánimemente poner fin el lunes a su autorización para la intervención militar extranjera en Libia, la justificación legal de los bombardeos de la OTAN contra fuerzas gubernamentales libias durante la guerra civil de ocho meses que terminó con el derrocamiento del coronel Gadafi. La decisión del consejo, una semana después del asesinato del coronel cuando trataba de escapar de su último refugio en Sirte, su ciudad natal, no era inesperada. Pero se produce pese a las preocupaciones en Libia de que las fuerzas del coronel Gadafi que aún resisten puedan no ser derrotadas en el campo de batalla y que puedan reagruparse fuera de Libia para provocar nuevos conflictos en los meses por venir.
Mustafa Abdel-Jalil, presidente del gobierno interino libio, dijo el miércoles que había pedido a la OTAN que extendiera sus operaciones hasta fin de año, parcialmente debido a temores sobre las fuerzas gadafistas que aún resisten.
Pero se espera que los ministros de la OTAN, que deben reunirse el viernes en el cuartel general de la alianza en Bruselas, declaren oficialmente el lunes como el último día de sus operaciones en Libia, en conformidad con la decisión del Consejo de Seguridad.
"Mañana confirmaremos y formalizaremos la decisión", dijo a periodistas el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, en Berlín, después de una visita a la canciller Ángela Merkel, de Alemania. Definió la operación "probablemente como una de las misiones más exitosas en la historia de la OTAN".
Rasmussen no excluyó que la OTAN pueda volver a Libia. "Si nos lo piden, podemos ayudar al nuevo gobierno libio en la transición hacia la democracia, por ejemplo en defensa y en la reforma del sector de seguridad", dijo. "Pero más allá de eso, no esperaría nuevas misiones".
La votación en el Consejo de Seguridad, transmitida en página web de Naciones Unidas, se realizó rápidamente y sin debate, reflejando la opinión de que después del asesinato del coronel Gadafi y la proclamación de victoria de Abdel-Jalil en una celebración nacional el domingo, no era necesario seguir interviniendo.
El consejo había autorizado una zona de exclusión aérea y acciones militares para proteger a civiles libios en una resolución que fue aprobada el 17 de marzo. En esos momentos, las fuerzas del coronel Gadafi amenazaban con aniquilar a los libios que rechazaban su permanencia en el poder después de 42 años, inspirados por las revueltas que derrocaron a los autócratas árabes en Túnez y Egipto.
La OTAN utilizó la resolución como una justificación para bombardear a las fuerzas armadas libias, lo que algunos miembros del Consejo de Seguridad, especialmente Rusia, consideró más allá del alcance de la decisión del consejo. Los bombardeos de la OTAN fueron cruciales para que los paramilitares libios pudieran derrocar al coronel Gadafi.
William Hague, ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, que junto con Francia y Estados Unidos fueron los participantes claves en la operación de la OTAN en Libia, dijo en una declaración que la decisión del Consejo de Seguridad el jueves era "otro hito histórico hacia un futuro democrático y pacífico para Libia". Agregó: "Levantar la zona de exclusión aérea y las disposiciones para proteger a civiles demuestra que Libia ha entrado en una nueva era".
Pese a la euforia post-Gadafi, el gobierno interino ha sido criticado por la manera en que murieron el coronel Gadafi, su hijo Muatassim y su ex ministro de Defensa. Todos fueron asesinados, aparentemente tras ser detenidos por paramilitares que habían sitiado Sirte. Imágenes de video de celulares del coronel Gadafi y su hijo cuando se encontraban detenidos, que han circulado por la red, sugieren convincentemente que los hombres fueron torturados salvajemente y ejecutados.
El gobierno interino, el Consejo Nacional de Transición, declaró que investigará las circunstancias de la muerte del coronel Gadafi. El jueves, el vicepresidente y portavoz del consejo, Abdel Hafez Ghoga, dijo en Bengasi, Libia, donde empezó la revuelta contra Gadafi, que "los que sean responsables serán juzgados y tendrán un juicio justo", según informó el canal de televisión Al Arabiya.
Pero Ghoga no dijo si se habían realizado detenciones, y existe un amplio escepticismo de que el gobierno interino cumpla su promesa. Los paramilitares de la ciudad portuaria de Misurata, Libia, que arrestaron al coronel Gadafi y otros en Sirte y exhibieron sus cuerpos públicamente como trofeos de guerra, han ridiculizado la idea de que alguien vaya a ser procesado por esos asesinatos.
No ha habido informaciones oficiales sobre el paradero de Seif al-Islam el-Qaddafi, aparente heredero del coronel Gadafi y el único hijo de Gadafi todavía libre. Se ha convertido en un foco de rumores y especulaciones.
Informes de prensa no confirmados desde Libia y Nigeria dijeron que ambos, Seif al-Islam y el ministro de Inteligencia libio y cuñado del coronel Gadafi, han buscado refugio en la vecina Mali y se encuentran bajo la protección de la tribu tuareg, que tenía buenas relaciones con la familia Gadafi.
Otra versión no corroborada en Beeld, un diario sudafricano, dijo que Seif al-Islam podría estar bajo la protección de mercenarios sudafricanos, informó la Agence France-Presse.
Una tercera versión, de Reuters, tampoco confirmada, afirmó que Seif al-Islam, que teme por su vida, estaba tratando de contratar un avión que lo rescate de su escondite en el desierto y lo entregue a la Corte Penal Internacional de La Haya. La corte emitió en mayo órdenes de detención contra él, su padre y Sanousi en relación con la acusación de organizar ataques sistemáticos contra civiles.
[Victor Homola contribuyó al reportaje desde Berlín.]
29 de octubre de 2011
27 de octubre de 2011
©new york times
cc traducción c. lísperguer