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don quijote cumple 400 años


[marlise simons] Madrid, España. En el ruido de un bar de tapas o en el fragor de los debates parlamentarios, un modo seguro para que a un español le presten atención es dejar caer un nombre. No cualquier nombre, por supuesto, sino el de Cervantes, el más grande escritor de España, el que, como su contemporáneo Shakespeare, ha dejado un legado de sabiduría para todas las ocasiones.
Por eso no sorprende que cuando el nuevo primer ministro español, José Luis Rodríguez Zapatero, inauguraba recientemente una sesión en el Parlamento, él y sus opositores se atacaron con frases de Cervantes. Parece que hasta el día de hoy, el mundo imaginario creado por Cervantes en ´El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha´ es el lugar donde los españoles tratan de definir quiénes son.
Pero este año es especial, porque Cervantes terminó su ´Don Quijote´ en 1604. Durante las celebraciones del 400 aniversario, este año y el próximo, el intrépido caballero y su escéptico pero siempre leal compañero, Sancho Panza, estarán en el centro del escenario en España.
El telón se levantó a fines de abril con una lectura ininterrumpida de 44 horas de toda la obra maestra. En la maratón participaron lectores de 19 países de habla hispana, y casi una docena de otros, muchos de ellos conectados a distancia.
Sirvió, una vez más, para demostrar la devoción por el gran escritor, sus cautivadores personajes, y la extensísima novela, proclamada a veces como la más grande oda a la locura humana.
En el Círculo de Bellas Artes de Madrid, anfitrión de la lectura, adolescentes y octogenarios
parecían igualmente emocionados con las hazañas del avejentado señor que cree que es un caballero andante. Después de que don Quijote reclutara a un porquerizo - Sancho - como su escudero, la pareja se dirige a seducir a la bella Dulcinea, luchando en el camino contra las siniestras fuerzas que se ocultan en molinos de viento y ovejas. La historia ha sido traducida a la mayoría de los idiomas del mundo, pero España todavía considera esta epopeya como un espejo de sí misma.
"El Quijote es como nuestra Biblia", dijo César Antonio Molina, director del Círculo. "Y, como la Biblia, nos dice un montón de cosas, cómo comportarnos, cómo soñar, cómo amar, cómo ser justos, cómo gobernar". Parte de su fuerza está en que la novela fue escrita por un perdedor, sobre un perdedor, y sin embargo ambos se han transformado en personajes ilustres, agregó. Siempre ha habido pendencia entre las ciudades que reclaman haber sido el lugar donde nació la novela. Sevilla, donde Cervantes estuvo en la cárcel por discrepancias sobre la contabilidad de la ciudad durante su temporada como recaudador de impuestos, alega que el autor concibió su obra mientras estaba en prisión. Madrid señala que la primera edición de ´Don Quijote´, Tomo I, fue impresa allá a fines de 1604, aunque no distribuida sino hasta 1605. Pero Valladolid, entonces capital de España, reclama haber ido primero, pues en diciembre de 1604 varios cientos de ejemplares circularon allá y se transformaron en un fulminante éxito.
Francisco Rico, el más importante entendido en Cervantes en España, dijo por teléfono desde Barcelona que el editor había simplemente antedatado el libro y cambiado la fecha a 1605.
El caballero andante con su lanza oxidada y el viejo escudo se habrían maravillado de algunos de los aparatos modernos usados durante las recientes lecturas de su historia. Se podía seguir en todo el mundo a través de un soundstream en una página web especial. Los enlaces de audio a distancia permitieron que se participara desde Londres, París, Honolulu y América Latina.
En el oscuro salón del centro de Madrid la cadena de lectores no se quebró nunca, y duró dos noches consecutivas. Le tocó a Gonzalo Rojas, el poeta chileno laureado este año con el prestigioso Premio Cervantes, leer las famosas frases iniciales:
"En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo vivía un hidalgo señor..." La lectura la realizaron lectores en chandal, traje diplomático, falda larga y esmoquin. Uno llevaba una versión en esperanto, otra leyó en húngaro. Una delegación de ciegos se apareció con una versión en Braille, y una joven mujer presentó su pasaje en lenguaje de signos.
Las lecturas del Quijote se sostuvieron previamente en Madrid, el 23 de abril, la fecha de la muerte de Cervantes en 1616. Pero el evento no hace más que crecer, dijo Molina, director del Círculo y escritor. Cerca del capítulo 48, Tomo II, muy avanzada ya la segunda noche, Molina se echó hacia atrás, cansado pero eufórico. Dijo que se sintió como ante un ritual antiguo, el reunirse en torno a la literatura; un retorno a la civilización.
"Hay silencio", dijo. "La gente escucha e imagina. Nuestras vidas están llenas de ruidos e imágenes. En los hospitales la gente muere con la tele encendida".
Algunos lectores encontraron que muchas verdades quijotescas se aplican al presente. Isabel Hernández, estudiante, destacó un pasaje donde Sancho, que ha caído en una trampa, accede a transformarse en gobernador de una isla no existente. Don Quijote le da a Sancho consejos sobre cómo gobernar, y le recomienda cortarse las uñas, evitar las cebollas y el ajo y caminar pausadamente. Le precave: "No dejes que tus propios sentimientos te cieguen ante otras opiniones, porque la mayoría de los errores que cometas no serán reparables. Incluso si lo fueran, será a costa de tu reputación o de tu bolsillo".
Antes de que se dijera la palabra final, hubo breves apariciones de ministros del gabinete, celebridades y enviados extranjeros.
"Hay algo realmente mágico aquí", dijo Carlos Díaz, estudiante universitario y un organizador voluntario del evento. "Hasta aquí llegaron altas personalidades de todo ámbito, pero ante el Quijote somos todos iguales".
©the new york times ©traducción mQh

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