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el refugiado y el espía


[Wil van der Schans y Erik Timmerman] "Freek me prometió un permiso de residencia a cambio de información". Desde los atentados fundamentalistas, el poder del servicio secreto holandés comienza a aumentar. El servicio de inteligencia recibe cada vez más atribuciones para detectar terroristas, pero, ¿respetan los espías la ley?
Holanda. Principios de 1998. Cornhert Schoorl, de Alkmaar, abogado de solicitantes de asilo, tropieza con los casos de dos refugiados de peculiares características. "Uno había sido secretario personal de Sadam Husein", cuenta Schoorl. "El otro era letrado. Habían llegado a Holanda a través del norte de Iraq".
Según sus propias palabras, recibieron apoyo del servicio secreto estadounidense, la CIA. Los habían subido al avión con pasaportes falsos. Desde el aeropuerto de Schiphol fueron llevados al centro de detención de Amsterdam-Zuidoost. Fueron retenidos en una sección aparte, donde los interrogaron durante días, según Schoorl. "Más tarde me di cuenta de que tenía que ver con el servicio de inteligencia nacional (hoy el AIVD)".
Pero a Schoorl le negaron el acceso a su cliente. Después de una semana pudo finalmente hablar con uno de los clientes, el letrado. El otro había desaparecido. Schoorl asesoró al refugiado iraquí durante el proceso de petición de asilo.
A su cliente lo visitaba regularmente un tal señor ‘Bert', del servicio secreto. "Este agente le había prometido a mi defendido un permiso de residencia si recogía información para él", dice Schoorl. Cuando se acercó a la Comisión Asesora de Extranjería, en La Haya, a pedir una audiencia, "se quedaron con la boca abierta y la presidente tomó el caso muy en serio. Le pedí entonces que discutiera el asunto con el Servicio de Naturalización e Integración, IND: "Esto no puede ocurrir y no puede volver a ocurrir, pero ya que lo han hecho, es indispensable indemnizar a este señor. Poco después recibió su permiso. No creo que haya sido por nada".

El Servicio de Informaciones y Seguridad Nacional [Algemene Inlichtingen- en Veiligheidsdienst], antiguamente el Servicio de Seguridad Nacional [BVD, Binnenlandse Veiligheidsdienst], tiene más atribuciones.
Así, por ejemplo, las informaciones confidenciales recabadas por el servicio secreto serán admitidas como pruebas en procesos judiciales contra sospechosos de terrorismo. El ministro de Justicia, Donner, ha enviado un proyecto de ley al respecto sin las consultas habituales con el poder judicial y el colegio de abogados. Además, el servicio secreto debe ocuparse de una red de bancos de datos, en el que la información que se tenga sobre extranjeros será cotejada con la información de que dispone el servicio mismo. Cuando existan sospechas fundadas de que una persona está implicada en terrorismo, se le deberá poder negar la entrada a Holanda.
Es difícil controlar si el servicio secreto respeta las disposiciones legales: el escrutinio público es prácticamente imposible. La comisión parlamentaria que controla al servicio secreto no puede revelar nada públicamente sobre sus reuniones con el AIVD. Una comisión de supervisión estudia desde marzo de 2003 la legalidad de la aplicación de la ley por parte del AIVD, pero la comisión no tiene atribuciones correctivas. La comisión de investigación de la Evaluación Administrativa del AIVD instalada por el ministro Remkes tampoco investigará si acaso el servicio se extralimitó. Estudiará sobre todo su efectividad.
A través de contactos con informantes del servicio secreto, hemos logrado reunir informaciones [para Buro Jansen & Jansen, un bufete de investigación que sigue críticamente las actividades de la policía y de los servicios de inteligencia, RED] sobre el método de trabajo del servicio de inteligencia AIVD. Según la investigación publicada en el libro Misleidende Methode [Métodos Engañosos], el servicio de inteligencia recaba intensamente información sobre solicitantes de asilo. Se trataba de asuntos como el terrorismo, el islam, la situación militar y política en los países de origen, organizaciones políticas de extranjeros en Holanda y tráfico de personas.
La experiencia enseña que el servicio de inteligencia AIVD en varias ocasiones ha prometido permisos de residencia a los solicitantes de asilo a cambio de información, aunque ministros consecutivos de Interior, con el apoyo de la Cámara de Diputados, lo han prohibido explícitamente. "Sólo se entrega información de un solicitante de asilo al servicio secreto BVD sobre bases voluntarias", escribió el ministro responsable Dales en 1992. "Las instrucciones son que no debe ofrecerse a los solicitantes de asilo ninguna perspectiva de sanciones negativas o positivas". A mediados de los años noventa, el ministro Dijkstal confirmó esta política: la colaboración con el servicio secreto no debe ser coercitiva. Si se hace, se viola el derecho de los solicitantes de asilo a un trato justo e igual en su petición de residencia en Holanda. Se crean expectativas sobre las que (corriendo todos los riesgos) se construye una relación con el servicio secreto holandés.

Contactos Con Terroristas
Fue en 1997 cuando el solicitante de asilo egipcio, Ahmed, fue presentado por un empleado de la policía de extranjería a un tal ‘Freek', un agente del servicio secreto. "Me mostró una carta del Consejo de Seguridad, en la que se leía que me estaban investigando". Siguieron una decena de conversaciones, que giraron sobre todo sobre las organizaciones para las que Ahmed había trabajado. Freek quería que esas reuniones se hicieran fuera del centro de detención. "Me pidió guardar el secreto y que no se lo contara ni a mis abogados ni a mi mujer. Además, me dijo que colaborar con el servicio secreto tendría una influencia positiva en mi petición de asilo".
Más tarde, Freek le ofreció a Ahmed un ordenador con conexión a internet, de modo que pudiera comunicarse más fácilmente con ciertas personas. Ahmed lo rechazó, pero Freek "siguió insistiendo. Me dio nombres de personas a las que debía sonsacarles cosas. También traía diarios árabes y egipcios y me preguntaba lo que significaban algunas noticias".
A pesar de la promesa del servicio secreto BVD de que colaborar con el servicio tendría una influencia positiva, el IND comenzó en 1998 un procedimiento de expulsión de Ahmed. Sería sospechoso de crímenes de guerra y no podría solicitar asilo. "Según Freek, no debía preocuparme". En 1999, Freek fue reemplazado por otro espía, Voortman, que insistió sobre la conexión con internet. "Entonces acepté el ordenador y la conexión, pues tenía demasiado miedo de que me expulsaran. Las conversaciones comenzaron a ser semanales y debía cada vez más tomar contacto con personas en Holanda, Alemania e Inglaterra". En la tramitación del IND, Ahmed fue en 2001 confrontado con una circular del ministerio de Interior, en la que se le acusa de mantener contacto con terroristas. Sobre la base de estas acusaciones el juez puede impedir que solicite asilo. "Estaba sorprendido y enfadado al mismo tiempo, porque esos contactos los hice a petición del servicio secreto AIVD, ¡y ahora aparecía el mismo ministerio acusándome de esos contactos!"
Ahmed le preguntó a Voortman si acaso "podía hacer algo, por ejemplo, dejar claro que yo había trabajado a petición del servicio secreto AIVD". Pero Voortman aseguró que el AIVD no tenía nada que ver con ese informe, y dijo que él no podía hacer nada. "Le pedí una vez más una confirmación escrita de nuestros contactos y de mi ayuda al AIVD. Como continuó negándose a hacerlo, paré de inmediato con esos encuentros".

Oficiales de enlaces
Este método de trabajo del AIVD es aplicado a menudo, y lo terrible es que los perjudicados no pueden hacer nada con su historia. Cuando Ahmed trató de que se confirmasen sus contactos con el AIVD y pidió que se le dejase ver su hoja de antecedentes en virtud de la ley de transparencia administrativa, la respuesta fue negativa. El servicio secreto no hará nunca públicos los nombres de los oficiales de enlaces con los que trabaja, incluso si el propio afectado lo solicita. Una llamada reciente de Ahmed a su último contacto, Voortman, no tuvo resultados positivos. Cuando Ahmed dijo que quería volver a hablar con Freek, le dijo Voortman que él era el único con el que podía hablar. Dijo que no podía hacer nada. Finalmente, Ahmed no recibió un permiso de residencia y ha apelado.
A propósito de historias semejantes, los diputados Jan de Wit (SP: socialistas) y Boris Dittrich (D66: liberales) han pedido a los ministros Remkes (Interior) y Verdonk (Integración) que explique los métodos del AIVD. Se les respondió que "naturalmente no es necesario demostrar que el AIVD respeta la medida de que a los solicitantes de asilo no debe ofrecerles expectativas positivas o negativas en relación con su petición".
Pero en casos excepcionales el servicio AIVD sí se ocupa del permiso de residencia de un informante. Así, se le dio un documento de residencia a un criminal de guerra iraquí, que había tenido un puesto de alta responsabilidad en el Mugabarat, el servicio secreto de Iraq. Su carrera estaba estrechamente asociada con la de su hijo, que tenía una función todavía superior y que estaba encargado de la compra de armas en Europa. Su hermano fue finalmente ejecutado por sospechas de que participaba en una conspiración contra Sadam Husein. Él mismo estuvo varios años encarcelado.
A fines de los años setenta, estuvo involucrado en acciones al otro lado de la frontera contra el régimen del Sha de Persia. Se ocupaba de contactar a informantes y personas que trabajaban para el Mugabarat en el extranjero. Estuvo largo tiempo activo en el Kurdistán iraquí y, como tal, también en el pasado, con el uso de gases tóxicos. Su relato gira sobre innumerables asesinatos, todos muy violentos y en los que participaban muchos miembros del servicio de seguridad. Se los hacía también co-responsables para que se callasen la boca. El hombre no era exactamente un refugiado político. Había huido para eludir las represalias después de que su familia cayera en desgracia con Sadam. Kurdos iraquíes en diferentes centros de detención lo reconocieron y su presencia causó gran conmoción.
Para el servicio de inteligencia, este personaje, y lo que se sabía sobre las actividades de su hermano, debe de haber sido muy interesante. De documentos internos del IND se desprende que sabía mucho, tenía problemas de conciencia y quería hablar. En base a las informaciones que él mismo proporcionó, debería en realidad ser procesado por crímenes de guerra (a través del llamado método 1f). En lugar de eso, recibió un permiso de residencia de estatus A.

Fábricas De Armas
El servicio AIVD interroga regularmente a los refugiados sin que estos lo sepan. Eso le pasó a Kader, un refugiado iraní que huyó a Holanda en 1993. En octubre de 1993, Kader se acercó a las oficinas de la policía de inmigración para renovar su permiso de residencia temporal. Esta vez, el recepcionista le señaló un cuarto aparte. "Allá había un hombre de unos cuarenta años, que se presentó como Van Boven", dijo Kader. "Sólo dijo su nombre y you must answer my questions. Yo creí que era parte de la solicitud". ‘Van Boven' era un experto en asuntos militares. Le pidió a Kader información sobre cohetes, sobre la colaboración de Irán con otros países en el terreno militar, las tecnologías usadas, el origen del material, la ubicación de las fábricas de armas, etc. Hubo más reuniones, pero cuando tuvo dificultades con el inglés, Kader llevó un intérprete. Fue este intérprete, un conocido del iraní, que advirtió a Kader, después de la conversación, que Van Boven era del servicio secreto. Después de esto, Van Boven no volvió a aparecer.
Un antiguo colaborador de la policía de extranjería confirma el método usado por los servicios de inteligencia. "Sabían por ejemplo cuándo llegaban determinadas personas de Surinam. Me preguntaban entonces: ‘¿Puedo asistir al interrogatorio? O, ¿les podemos hacer algunas preguntas?' Eran presentados a los solicitantes de asilo como si fueran empleados del servicio de extranjería. Ellos mismos no preguntaban nada. Debíamos limitarnos a las preguntas habituales en el interrogatorio de un extranjero. En las pausas nos indicaban sobre qué asuntos querían saber más. Y entonces hacíamos esas preguntas".
En respuesta a las preguntas de GroenLinks [verdes] y SP [socialistas] el ministro responsable, Klaas de Vries, declaró el 2 de enero de 2002 que el IND no interroga a los solicitantes a petición del BVD. Hildebrand Nawijn (LPF) dijo sin embargo, antes de ser ministro de Extranjería, que él en el período 1990-1996, como jefe del IND, re-estructuró los contactos entre ese servicio y el BVD. Hasta comienzos de los años noventa esos contactos eran informales. Nawijn determinó que el BVD sólo podía tomar contacto con el IND a través del Despacho de Asuntos Extraordinarios (BBZ), instalado por él mismo. Las preguntas a los solicitantes, según Nawijn, podían provenir indirectamente del BVD.
También los documentos internos del IND y del AIVD que fueron incautados con una apelación a la ley de transparencia administrativa, reflejan cómo los consecutivos ministros responsables negaron. De una carta del BVD de 1995 se desprende que durante tres semestres una empleada del BVD estuvo estacionada en el IND. Según el BVD "fue una asignación útil para el desarrollo de la relación. Una asignación permanente de un funcionario del BVD en el BBZ agrega muy poco valor a los contactos ya existentes". Diferentes fuentes indican que el AIVD tenía hasta 2002 algunos funcionarios asignados al IND. En junio de 2003 los servicios cerraron un convenio para mejorar el intercambio mutuo de información. Además, en algunos terrenos se comenzará a trabajar de manera estructural.
En varias cartas de 1997 se habla de una categoría de "extranjeros que no reúnen las condiciones para recibir un permiso de residencia, pero sí disponen de información que es de gran importancia para una realización adecuada de las tareas del BVD". De acuerdo a la carta del BBZ al BVD del 7 de enero de 1997, es el "secretario de estado de Justicia quien debe juzgar si las medidas originales para expulsar al involucrado se mantienen o no". De una carta de la Seguridad del Estado del 14 de febrero de 1997 se desprende que hay reuniones aparte para evitar situaciones embarazosas. Funcionarios del IND y del BVD se ocupan de la "coordinación para evitar que el servicio emprenda actividades que puedan conducir a más complicaciones, como por ejemplo a preguntas en la Cámara".
El IND no dirá si el secretario de estado ha hecho o no uso de sus atribuciones para conceder permiso de residencia a solicitantes de asilo que colaboren con el AIVD. Persiste la pregunta de por qué han hecho entonces acuerdos escritos.


Misleidende methode, Buro Jansen & Janssen ISBN 90 6728 162 X Uitgeverij Papieren Tijger
precio €12,50 Pedidos: Deposite € 14,- (incluye porto) al giro 603904 a nombre de Stichting Res Publica, mencionando Misleidende Methode.

8 mayo 2003 ©buro jansen&jansen ©traducción mQh"

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