corte europea critica a holanda
Holanda no puede detener con vistas a deportar a visitantes de otros países de la Unión que no puedan mostrar un pasaporte o documento de identidad válido.
Rotterdam, Holanda. Así reza la sentencia dictada hoy por la Corte Europea de Justicia de Luxemburgo. Según la Corte una sanción semejante (prisión preventiva) constituye un obstáculo ilegítimo a la libertad de movimiento dentro de la Unión Europea.
El tribunal trató la denuncia del francés S. Oulane, que en diciembre de 2001 y julio de 2002 fue detenido por la policía holandesa y deportado por no portar pasaporte o un documento de identidad válidos. Según Oulane su detención fue ilegal y exige indemnización por los días que pasó en prisión.
La Corte Europea considera que el derecho de residencia (de un máximo de tres meses) de un ciudadano de la Unión en otro país miembro no puede depender de la posesión de un pasaporte o documento de identidad válidos. A un visitante (entre ellos muchos turistas) las autoridades competentes pueden pedirle que exhiba un documento de identidad, y si no lo tiene puede ser detenido provisionalmente, pero detenerlo para deportarlo posteriormente va demasiado lejos.
El caso del francés volverá a ser tratado ahora por el tribunal de La Haya. Este tribunal deberá dictar sentencia de acuerdo a las directrices de la Unión Europea tal como han sido expuestas por la Corte de Luxemburgo.
El francés también objetó que la policía holandesa lo intentó obligar a demostrar su nacionalidad, mientras que esa obligación no se aplica a ciudadanos holandeses. Según la Corte en Luxemburgo esa distinción es contraria al derecho europeo, porque constituye una forma de discriminación ilegítima entre los "ciudadanos propios" y otros ciudadanos de Europa. Desde que Holanda impusiera la obligación de portar documentos de identidad, han desaparecido los fundamentos formales de este reproche.
17 de febrero de 2005
nrc-handelsblad
©traducción mQh
El tribunal trató la denuncia del francés S. Oulane, que en diciembre de 2001 y julio de 2002 fue detenido por la policía holandesa y deportado por no portar pasaporte o un documento de identidad válidos. Según Oulane su detención fue ilegal y exige indemnización por los días que pasó en prisión.
La Corte Europea considera que el derecho de residencia (de un máximo de tres meses) de un ciudadano de la Unión en otro país miembro no puede depender de la posesión de un pasaporte o documento de identidad válidos. A un visitante (entre ellos muchos turistas) las autoridades competentes pueden pedirle que exhiba un documento de identidad, y si no lo tiene puede ser detenido provisionalmente, pero detenerlo para deportarlo posteriormente va demasiado lejos.
El caso del francés volverá a ser tratado ahora por el tribunal de La Haya. Este tribunal deberá dictar sentencia de acuerdo a las directrices de la Unión Europea tal como han sido expuestas por la Corte de Luxemburgo.
El francés también objetó que la policía holandesa lo intentó obligar a demostrar su nacionalidad, mientras que esa obligación no se aplica a ciudadanos holandeses. Según la Corte en Luxemburgo esa distinción es contraria al derecho europeo, porque constituye una forma de discriminación ilegítima entre los "ciudadanos propios" y otros ciudadanos de Europa. Desde que Holanda impusiera la obligación de portar documentos de identidad, han desaparecido los fundamentos formales de este reproche.
17 de febrero de 2005
nrc-handelsblad
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