espías vigilan a sospechosos
Amsterdam, Holanda. La policía, el ministerio de Justicia y el servicio secreto (AIVD) vigilan juntos permanentemente a 150 posibles terroristas fundamentalistas. El servicio secreto se ocupa del seguimiento día y noche de decenas de yihadistas. La policía y el ministerio de Justicia intervendrán apenas se cometa un delito.
Así fue confirmado por portavoces del servicio secreto y de la fiscalía nacional del Ministerio Público. El gabinete insistió en esta intensa colaboración poco después del atentado de Madrid, en marzo de este año. De momento no se han realizado detenciones. Se ha acordado que se pasará a la acción a la menor falta.
El servicio secreto cuenta con un personal de unas mil personas, de las cuales muchas deben procesar los datos recabados. El gabinete decidió recientemente una ampliación del servicio secreto. El Cuerpo de Servicios Nacionales de Policía disponía ya de una sección dedicada especialmente al terrorismo. Por primera vez la atención se concentra exclusivamente en un grupo determinado.
Las 150 personas de riesgo se distribuyen en todo el país. Algunos han estado detenidos antes por sospechas de preparar actividades terroristas. Sin embargo, ningún sospechoso ha sido condenado, porque las evidencias aportadas por el servicio secreto no pudieron ser usadas en el proceso. Por esa razón el ministro de Justicia, Donner, quiere que en adelante las informaciones del servicio secreto sean admitidas como pruebas.
Entretanto, se ha llegado a un acuerdo con Arabia Saudí para frenar el financiamiento de actividades terroristas. El embajador de Arabia Saudí, Waleed A. Elkhereiji, ha prometido al ministro de Exteriores, Bot, hacer lo posible para evitar que se envíe dinero desde su país a radicales islamitas.
Durante años Arabia Saudí ha enviado dinero para mezquitas, imanes y libros. "Traían maletas llenas de dinero", dijo un entendido. Una parte del dinero era enviada a yihadistas de Bosnia y Chechenia a través de Holanda.
Arabia Saudí exigía de los imanes que difundieran la filosofía wahabi (musulmanes ortodoxos) en Holanda. Ello condujo a una radicalización de los jóvenes musulmanes, pero también a prédicas anti-occidentales de los imanes. Después de los atentados de mayo en Arabia Saudí, las autoridades saudíes se dieron cuenta de que deben limitar los riesgos de un flujo de dinero incontrolado. Ante el ministro Bot, el embajador Elkhereiji negó que personal de la embajada repartiera el dinero, como afirma el antiguo empleado de la embajada, Mishal al-Mutiry. Prometió colaborar con Holanda en su lucha contra el terrorismo.
Así fue confirmado por portavoces del servicio secreto y de la fiscalía nacional del Ministerio Público. El gabinete insistió en esta intensa colaboración poco después del atentado de Madrid, en marzo de este año. De momento no se han realizado detenciones. Se ha acordado que se pasará a la acción a la menor falta.
El servicio secreto cuenta con un personal de unas mil personas, de las cuales muchas deben procesar los datos recabados. El gabinete decidió recientemente una ampliación del servicio secreto. El Cuerpo de Servicios Nacionales de Policía disponía ya de una sección dedicada especialmente al terrorismo. Por primera vez la atención se concentra exclusivamente en un grupo determinado.
Las 150 personas de riesgo se distribuyen en todo el país. Algunos han estado detenidos antes por sospechas de preparar actividades terroristas. Sin embargo, ningún sospechoso ha sido condenado, porque las evidencias aportadas por el servicio secreto no pudieron ser usadas en el proceso. Por esa razón el ministro de Justicia, Donner, quiere que en adelante las informaciones del servicio secreto sean admitidas como pruebas.
Entretanto, se ha llegado a un acuerdo con Arabia Saudí para frenar el financiamiento de actividades terroristas. El embajador de Arabia Saudí, Waleed A. Elkhereiji, ha prometido al ministro de Exteriores, Bot, hacer lo posible para evitar que se envíe dinero desde su país a radicales islamitas.
Durante años Arabia Saudí ha enviado dinero para mezquitas, imanes y libros. "Traían maletas llenas de dinero", dijo un entendido. Una parte del dinero era enviada a yihadistas de Bosnia y Chechenia a través de Holanda.
Arabia Saudí exigía de los imanes que difundieran la filosofía wahabi (musulmanes ortodoxos) en Holanda. Ello condujo a una radicalización de los jóvenes musulmanes, pero también a prédicas anti-occidentales de los imanes. Después de los atentados de mayo en Arabia Saudí, las autoridades saudíes se dieron cuenta de que deben limitar los riesgos de un flujo de dinero incontrolado. Ante el ministro Bot, el embajador Elkhereiji negó que personal de la embajada repartiera el dinero, como afirma el antiguo empleado de la embajada, Mishal al-Mutiry. Prometió colaborar con Holanda en su lucha contra el terrorismo.
15 mayo 2004 ©volkskrant ©traducción mQh
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