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montaje policial en macedonia


[Nicholas Wood] Kopje, Macedonia. Casi dos meses después de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, un grupo de oficiales de alto rango se reunieron aquí, en el ministerio de Interior de Macedonia, para decidir cómo participaría el país en la campaña contra el terror liderada por Estados Unidos.
En lugar de ofrecer tropas para apoyar a las tropas estadounidenses estacionadas en Afganistán, como han hecho otros países de la región, altos funcionarios y jefes de policía idearon un plan para "descubrir" una conspiración terrorista contra intereses occidentales en Skopje, dijeron detectives.
El plan, dijeron, consistía en atraer al país a unos inmigrantes extranjeros, ejecutarlos en una batalla montada que nunca tuvo lugar, y luego reclamar que se trataba de un comando de Al Qaeda que planeaba atacar embajadas occidentales.
El plan dio sus resultados el 2 de marzo de 2002, cuando el ministro del Interior, Ljube Boskovski, anunció que siete "mujahedines" habían sido liquidados el día anterior en una balacera con la policía cerca de Skopje. Se entregaron fotografías a diplomáticos occidentales mostrando los cadáveres de los hombres, con un montón de uniformes y armas semi-automáticas a su lado.
En esa época, diplomáticos en Skopje pusieron en duda la historia del gobierno, pero no fue sino hasta que el gobierno nacionalista perdiera las elecciones en septiembre de 2002 y una nueva administración de centro-izquierda llegara al poder, que la policía empezó a investigar seriamente el enfrentamiento. La implicación del estado en este incidente se ha hecho pública sólo en las dos últimas semanas.
El 4 de mayo, los fiscales acusaron a tres jefes de policía de los asesinatos, y a dos agentes y un hombre de negocios por complicidad. Boskovski, que perdió con sus colegas las elecciones de septiembre de 2002, está prófugo y es buscado para ser interrogado sobre el asesinato. La policía dice que ha abandonado el país y se cree que está en Croacia.
El gobierno actual también se ha planteado la pregunta sobre si el primer ministro de ese entonces, Ljubci Georgievski, estaba o no al tanto de esa intriga.
Hablando en el parlamento macedonio a fines de abril, Hari Kostov, que era entonces ministro del Interior y luego sería primer ministro, le preguntó a Georgievski si había dado "luz verde para la operación".
Georgievski no respondió en ese momento, pero, con Boskovski, ha negado pertinentemente todo sobre su conocimiento del plan. Sin embargo, ex miembros de su gobierno dicen que la investigación ha implicado al estado a varios niveles.
"Es monstruoso, no hay explicaciones para ello", dijo Dosta Dimovska, un viejo vice primer ministro en el gobierno de Georgievski y más tarde director de la agencia de inteligencia de Macedonia. "Será difícil reparar el daño".
Un alto asesor gubernamental y ex funcionario del ministerio del Interior, que habló a condición de conservar su anonimato, dijo: "Lo hizo el estado. Lo hizo la República de Macedonia. Y tendremos que pagar el precio".
A fines de 2001, después de una guerra de guerrillas de seis meses contra los rebeldes étnicos albanos, las relaciones entre el gobierno nacionalista de Macedonia y el mundo exterior estaban a bajo nivel. Diplomáticos, funcionarios de gobierno e investigadores han sugerido que el gobierno esperaba utilizar la campaña contra el terror después del 11 de septiembre para tener carta blanca en su conflicto con los albanos étnicos, la mayoría musulmanes.
De acuerdo a un reciente informe de un funcionario del ministerio del Interior, después de la primera reunión de planificación en noviembre de 2001, los jefes de policía contactaron al jefe de policía de Delcevo, una ciudad cercana a la frontera con Bulgaria. Delcevo es también la ciudad natal de Georgievski, y un conocido centro en el tráfico de seres humanos.
El funcionario dijo que le dijeron al jefe de policía que se ocupase de "encontrar un grupo de musulmanes con rasgos físicos específicos, que parecieran mujahedines".
En una entrevista reciente, ese jefe de policía, Vlatko Ristov, que también era miembro del partido nacionalista de Georgievski, VMRO DPNE, admitió haber contactado al traficante al que se encargó de reclutar a los inmigrantes.
"Yo sólo contacté a las personas que los transportaron", dijo Ristov desde el otro lado de la frontera con Bulgaria. Dijo que el viaje del grupo a Skopje fue organizado por otro traficante de seres humanos que operaba en Skopje.
Pero más adelante en la misma entrevista negó todo conocimiento del plan, y dijo que los informes sobre su implicación habían sido hechos por delincuentes locales que querían desprestigiarlo.
Los inmigrantes -seis paquistaníes y un indio- esperaban entrar a Europa occidental cuando fueron contactados por los traficantes, que les ofrecieron la posibilidad de viajar a Grecia, dijo el ministro del Interior. Los paquistaníes fueron más tarde identificados como Muhammed Riaz, Omar Farooq, Syed Bilal, Hussein Shah, Asif Javed y Khalid Iqbak. El nombre del indio es desconocido.
Les ayudaron a cruzar la frontera y les alojaron en Delcevo durante una noche, después de lo cual fueron llevados a un apartamento en Skopje, donde les dieron comida y ropa. El funcionario no dijo cuánto tiempo pasaron los hombres en el apartamento.
Al mismo tiempo, una unidad especial de la policía, llamada los Leones y formada por el ministro del Interior y bajo su control directo, fue instruida para una sesión de adiestramiento en su base de Katlanovo, un pueblo cerca de Skopje.
"Sólo su general sabía que no eran terroristas", declaró el funcionario.
En febrero de 2002, Boskovski sorprendió a un diplomático occidental con alegatos sobre la presencia de mujahedines en áreas implicadas en el conflicto del año anterior en el noroeste de Skopje, algo que el diplomático dijo que los monitores internacionales del alto el fuego no fueron capaces de confirmar.
A las 2 de la mañana del 2 de marzo, dijo el funcionario, los siete asiáticos fueron llevados en una furgoneta a un viñedo en las afueras de Skopje, donde les dejaron. Cuando el chofer se alejó, cuatro miembros de los Leones dispararon contra los hombres con sus armas automáticas, matando a los siete.
En pocas horas, Boskovski apareció a las afueras de la embajada de Estados Unidos en Skopje, rodeado de cámaras de televisión, un carro blindado y miembros de los Leones, para anunciar la balacera y explicar que la policía había estado siguiendo a los hombres, de los que se sospechaba que tenían lazos con Al Qaeda y con los albanos rebeldes, para impedirles llevar a cabo ataques contra las embajadas británica, estadounidense y alemana.
En una declaración aparentemente contradictoria, dijo que la balacera había ocurrido cuando una patrulla policial rutinaria había sido emboscada.
Las autopsias realizadas a los hombres, así como las fotografías de la policía, determinaron que los disparos habían provenido todos de los policías. Quedó en claro que la policía había montado la escena del crimen.

Todos los cuerpos presentaban múltiples heridas de bala y en un caso hasta 53, según el ministerio del Interior. Más tarde, la policía mostró fotografías de un jeep Lada con dos impactos de bala, como prueba de que había habido una batalla.
Una de las armas encontradas a los hombres era nueva y no había sido usada. En otro caso, dijo el funcionario, metieron una pistola en los vaqueros de uno de los hombres en una posición que tapaba cuatro heridas de bala, aunque la pistola misma no presentaba averías, implicando que fue colocada ahí después de su asesinato. La posición de los hombres, y su ropa, indicaba que los cadáveres habían sido arrastrados hasta el lugar.
"No fue un trabajo profesional", dijo Mirjana Kontevska, vocero del ministerio del Interior.
Debido a la presión de diplomáticos occidentales, el gobierno de Georgievski inició en el verano de 2002 una investigación de la balacera, pero exoneró de toda culpa a los agentes involucrados, una conclusión que algunos diplomáticos dijeron que era una operación de encubrimiento. Pasó un año y medio antes de que el nuevo gobierno hiciera las acusaciones.
Un abogado de los familiares de los paquistaníes busca ahora que el gobierno macedonio indemnice a las familias.

17 mayo 2004
©new york times ©traducción mQh

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