eeuu retira enmienda de inmunidad
Estados Unidos anunció el miércoles que retiró por falta de apoyo una enmienda a una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas con la que buscaba una exención para los soldados estadounidenses en la Corte Penal Internacional.
James Cunningham, vice-embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, dijo a reporteros: "Estamos retirando esta enmienda."
"Estados Unidos ha decidido no proceder con la enmienda en este momento para evitar un largo debate que cause divisiones," dijo Cunningham a reporteros.
En el pasado, Washington ha amenazado con vetar misiones pacifistas de las Naciones Unidas si no se aprobaba la enmienda de inmunidad para sus soldados en la Corte Penal Internacional. Pero Cunningham no hizo comentarios acerca de si Estados Unidos procederá con dicha amenaza en este momento.
Rara vez Estados Unidos han encontrado una oposición tan firme en el Consejo de Seguridad, con la única excepción de cuando trató de convencer a los miembros del Consejo para que aprobaran una resolución que autorizara la invasión de Irak el año pasado.
Desde entonces, el Consejo de Seguridad ha apoyado los planes de Washington en Irak con menos acritud que antes de la invasión.
Sin embargo, el espectro de las vejaciones contra prisioneros en Irak y Afganistán este año ha dificultado que los miembros del Consejo puedan extender la resolución por tercera vez, aun cuando analistas han dicho que estos escándalos no serán enjuiciados ante el nuevo tribunal.
"Mi gobierno se halla bajo presión para no dar carta blanca a Estados Unidos por la conducta de sus soldados," dijo el embajador chino ante la ONU, Wange Guangya.
El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, ayudó a fortalecer la oposición del Consejo al decir a sus miembros la semana pasada que se opusieran a la enmienda porque esta envía una "señal desafortunada en cualquier momento, pero en especial ahora."
En lugar de ejercer presión para una renovación indefinida de la resolución, adoptada por primera vez en el 2002, los funcionarios de Estados Unidos dijeron que no volverían a presionar por una renovación después de junio del 2005.
No obstante, algunos diplomáticos de alto rango dijeron el miércoles que ninguna nación de los 15 miembros del Consejo de Seguridad había modificado su postura en contra de la enmienda.
El embajador de Filipinas, Lauro Baja, quien ocupa la presidencia del Consejo este mes y cuyo país apoya la resolución, dijo a periodistas que dudaba que el gobierno de Bush aseguraría el mínimo de nueve votos "afirmativos" necesarios para la adopción de la enmienda.
La nueva corte, que funciona en La Haya, Holanda, y es financiada en gran medida por los europeos, debe juzgar a los individuos responsables de cometer las peores atrocidades en el mundo, incluido el genocidio, los crímenes de guerra y los abusos sistemáticos de los derechos humanos.
La creación de dicha corte internacional es un esfuerzo tardío para cumplir con la promesa hecha en los juicios de Nuremberg cuando se enjuiciaron a líderes nazis después de la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, el gobierno de Bush se opone en principio a que la Corte Penal Internacional tenga jurisdicción sobre los soldados estadounidenses en el exterior.
El gobierno estadounidense alega que dicha corte entorpecería sus obligaciones mundiales para conservar la paz.
23 junio 2004
©terra
James Cunningham, vice-embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, dijo a reporteros: "Estamos retirando esta enmienda."
"Estados Unidos ha decidido no proceder con la enmienda en este momento para evitar un largo debate que cause divisiones," dijo Cunningham a reporteros.
En el pasado, Washington ha amenazado con vetar misiones pacifistas de las Naciones Unidas si no se aprobaba la enmienda de inmunidad para sus soldados en la Corte Penal Internacional. Pero Cunningham no hizo comentarios acerca de si Estados Unidos procederá con dicha amenaza en este momento.
Rara vez Estados Unidos han encontrado una oposición tan firme en el Consejo de Seguridad, con la única excepción de cuando trató de convencer a los miembros del Consejo para que aprobaran una resolución que autorizara la invasión de Irak el año pasado.
Desde entonces, el Consejo de Seguridad ha apoyado los planes de Washington en Irak con menos acritud que antes de la invasión.
Sin embargo, el espectro de las vejaciones contra prisioneros en Irak y Afganistán este año ha dificultado que los miembros del Consejo puedan extender la resolución por tercera vez, aun cuando analistas han dicho que estos escándalos no serán enjuiciados ante el nuevo tribunal.
"Mi gobierno se halla bajo presión para no dar carta blanca a Estados Unidos por la conducta de sus soldados," dijo el embajador chino ante la ONU, Wange Guangya.
El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, ayudó a fortalecer la oposición del Consejo al decir a sus miembros la semana pasada que se opusieran a la enmienda porque esta envía una "señal desafortunada en cualquier momento, pero en especial ahora."
En lugar de ejercer presión para una renovación indefinida de la resolución, adoptada por primera vez en el 2002, los funcionarios de Estados Unidos dijeron que no volverían a presionar por una renovación después de junio del 2005.
No obstante, algunos diplomáticos de alto rango dijeron el miércoles que ninguna nación de los 15 miembros del Consejo de Seguridad había modificado su postura en contra de la enmienda.
El embajador de Filipinas, Lauro Baja, quien ocupa la presidencia del Consejo este mes y cuyo país apoya la resolución, dijo a periodistas que dudaba que el gobierno de Bush aseguraría el mínimo de nueve votos "afirmativos" necesarios para la adopción de la enmienda.
La nueva corte, que funciona en La Haya, Holanda, y es financiada en gran medida por los europeos, debe juzgar a los individuos responsables de cometer las peores atrocidades en el mundo, incluido el genocidio, los crímenes de guerra y los abusos sistemáticos de los derechos humanos.
La creación de dicha corte internacional es un esfuerzo tardío para cumplir con la promesa hecha en los juicios de Nuremberg cuando se enjuiciaron a líderes nazis después de la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, el gobierno de Bush se opone en principio a que la Corte Penal Internacional tenga jurisdicción sobre los soldados estadounidenses en el exterior.
El gobierno estadounidense alega que dicha corte entorpecería sus obligaciones mundiales para conservar la paz.
23 junio 2004
©terra
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