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piden retirada de iraq


[Sheryl Gay Stolberg] Exigencia de retirada de Iraq es más que un susurro.
Washington, Estados Unidos. Celeste Zappala, cuyo hijo murió en Iraq, visitó el miércoles el Capitolio para exigir "una urgente estrategia de retirada". La ocasión era perfecta.
Con los sondeos de opinión mostrando una caída en el apoyo a la guerra, y un memorándum británico afirmando que el gobierno de Bush quería declarar la guerra ya en el verano de 2002, tanto demócratas como republicanos están pronunciando las palabras "estrategia de retirada" en el Capitolio.
La fiebre empezó el fin de semana, cuando el diputado Walter B. Jones, de Carolina del Norte, un republicano conservador, llamó al gobierno de Bush a fijar metas específicas para salir de Iraq. Eso vino de un hombre que en un momento estuvo tan indignado con la oposición francesa a la guerra que insistió en que las cantinas de la Cámara cambiaran el nombre ‘patatas francesas' a ‘patatas de la libertad'.
Pero no termina ahí.
El senador Russell D. Feingold, demócrata de Wisconsin, ha presentado al Senado una resolución no vinculante similar a la que presentó Jones. En la Cámara, el Comité de Relaciones Exteriores votó la semana pasada abrumadoramente -32 contra 9 votos- para pedir a la Casa Blanca que desarrolle y presente al Congreso un plan para establecer en Iraq un gobierno y fuerzas armadas estables que "permita disminuir la presencia norteamericana" allá.
El jueves, el diputado John Conyers Jr., un demócrata de Michigan, organizará un debate sobre el llamado memorándum de Wall Street, un documento filtrado que sugiere que la Casa Blanca había tomado la decisión de declarar la guerra en el verano de 2002. La próxima semana, el diputado Rahm Emanuel, un demócrata de Illinois, está planeando leer en la sala de la Cámara los nombres de los aproximadamente 1.700 soldados norteamericanos que han muerto en la guerra.
Aunque la mayoría de los republicanos se mantienen apartados de la discusión sobre la estrategia de retirada, un puñado de ellos se están incorporando al debate. Uno, el diputado Ron Paul, de Texas, un opositor de larga data contra la guerra, firmó la resolución de Jones y se unirá a él en su encuentro con periodistas el jueves. Otro, el diputado Howard Coble, de Carolina del Norte, se lo está pensando.
"No estoy sugiriendo que nos retiremos mañana o el mes que viene" dijo el miércoles Coble, que votó a favor de la guerra, "pero quiero que sea una opción. No quiero que pasemos una eternidad en Iraq. Así que me siento inclinado a apoyar la propuesta de Walter Jones".
Esos comentarios de republicanos habrían sido herejía antes de las elecciones de noviembre, porque nadie en el partido quería debilitar al presidente Bush. Pero ahora, con las elecciones de 2006 en el horizonte, los miembros del Congreso están atendiendo a votantes que están cada vez más inquietos sobre la guerra. Así, una emergente discusión se está formando en el Congreso sobre la intervención de Estados Unidos en Iraq y si ya es tiempo para una revaluación.
"Ciertamente, la gente está rompiendo filas y diciendo: ‘Sabes, las cosas no son estupendas'", dijo el representante Joseph Crowley, demócrata de Nueva York, que auspició la medida que aprobó la semana pasada el Comité de Relaciones Internacionales. Para sorpresa de Crowly, obtuvo apoyo del presidente de la comisión, el diputado Henry J. Hyde, republicano de Illinois, y otros 12 republicanos.
Muchos republicanos -y varios demócratas, incluyendo al senador Harry Reid, de Nevada, el líder demócrata en el Senado- se oponen a fijar un calendario específico para la retirada de las tropas, diciendo que eso envalentonaría a los insurgentes. Pero los legisladores están también estudiando los sondeos, que reflejan un creciente descontento con la guerra.
En una encuesta de Gallup reciente, 6 de 10 estadounidenses que respondieron dijeron que Estados Unidos debería retirar todas o algunas de sus tropas de Iraq. En otro sondeo, de ABN News y el Washington Post, dos tercios de los encuestados dijeron que los militares norteamericanos se habían estancado en Iraq. Este es un buen desarrollo para gente como Zappala.
Su hijo, el sargento Sherwood Baker, un reservista de la Guardia Nacional que su en su vida civil era asistente social para adultos retardados, murió apenas después de seis semanas en Iraq. Fue asignado a un equipo de búsqueda de armas no convencionales, dijo su madre, que es directora de la comisión para la tercera edad de la ciudad de Filadelfia y co-fundadora de Familias Cinco Estrellas para la Paz, que representa a familiares de los soldados caídos.
El miércoles el grupo se reunió con Jones. "En realidad, le dimos un certificado por su coraje", dijo Zappala. Aunque dijo que no tenía ilusiones de que las tropas americanas se retiraran pronto, "las conversaciones que están tomando lugar", dijo, "son muy, muy importantes".

16 de junio de 2005
©new york times
©traducción mQh


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