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DECLARACIONES SECRETAS ANÓNIMAS EN JUICIOS EN HOLANDA

COLUMNA DE MÉRICI
columna de mérici

Mucho huele definitivamente mal en Holanda. Y hay indesmentibles señales que apuntan hacia la progresiva instalación de una verdadera tiranía de extrema derecha.
El reciente subsidio de gobierno a un centro de estudios del líder neo-fascista asesinado en 2001, mientras que los subsidios a instituciones culturales de las minorías étnicas han sido drásticamente terminados y/o disminuidos es una señal que no debe pasar inadvertida. El gobierno holandés no le ha dado demasiada atención, comprensiblemente. Pero ese centro ya funciona y demuestra claramente a quién presta lealtad el gobierno.
Más grave en este sentido es el reciente decreto o ley que permite que los jueces usen en tribunales las declaraciones secretas y anónimas de agentes de policía, espías y soplones en casos que afecten a la seguridad del estado, aunque su redacción fue lo suficientemente amplia. Es difícil imaginar una aberración jurídica semejante. Los acusados no pueden defenderse de acusaciones secretas ni probar la eventual improbidad de los acusadores. Deja campo libre al arbitrio y a la ilegalidad de las acciones judiciales. Y es de lleno una ley ilegítima.
Una ley semejante no tiene justificación alguna, como muchas otras del actual gobierno holandés, que han dejado pasmada a la opinión pública internacional. La deportación de 26 mil refugiados -que ha costado ya la vida directamente a dos personas- ha sido quizás la más sorprendente.
Los que apoyan este régimen de mano dura argumentan que el país debe defenderse de la amenaza terrorista de los fundamentalistas. Pero es difícil fundamentar estas aberraciones al estado de derecho en esas amenazas, sobre todo cuando se demuestran imaginarias. Pues imaginarios fueron los informes sobre la capacidad de ataque de Iraq de sus servicios secretos e imaginaria la carta de Al Qaeda que, según el ministro del interior local, especificaba blancos en "La Haya y Rótterdam", para fundamentar un estado de alerta innecesario y contraproducente.
¿Qué pensar de todo esto?
Hay gente que piensa que todo esto es exageración. Pero esa ley no es un invento. Y ya se ha enjuiciado con ella a seis personas, cuya inocencia o culpabilidad todavía debe ser probada. Tampoco puede dudarse de la escandalosa colaboración del poder judicial con este gobierno, con jueces que son capaces de producir varios fallos al día en materias de vida o muerte de gente que viene huyendo de situaciones dramáticas y en cuyo socorro Holanda se ha comprometido en foros internacionales. Ese lapso es el tiempo que según organizaciones de derechos humanos dedican los jueces en casos de petición de asilo. Como en Sbrenica, Holanda deja caer a quien se suponía que debía proteger.
Y la detención de refugiados -que no son delincuentes- y el perverso maltrato a que son sometidos en centros de retención, privados de asistencia jurídica, social e incluso médica, y el maltrato y humillaciones a que se somete a los viajeros sospechosos en los aeropuertos holandeses se basan todos en leyes que son debidamente aplicadas por una judicatura moralmente corrupta.
Estas leyes sospechosas, las probadas falsedades del gobierno, la manipulación y perversión de las normas de debido proceso y las garantías de procesos honestos y conforme la ley, las leyes inusitadas por su falta de fundamentos jurídicos y morales y de una desconocida crueldad en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, no son leyes ni medidas de un gobierno liberal, como creen los ingenuos. Se confunden algunos porque uno de los principales partidos de gobierno, el VVD [Pueblo, Patria, Libertad] se autodenomina liberal. Ignoran muchos que se llaman liberales a sí mismos en el mismo sentido que se creen liberales los liberales rusos (un conglomerado de neonazis, comunistas y místicos) y los austriacos de Heider. Un chiste de mal gusto. Y antigua costumbre de ideólogos de extrema derecha, la de intentar confundirnos con los nombres fantasiosos y disparatados.
Holanda va definitivamente en camino de transformarse en el caballo de Troya de la tiranía en Europa.

31 de julio de 2004
©mQh

1 comentario

Luis F. -

Tiene razón el autor del texto en que nadie es consciente de lo que se cuece desde el gobierno. Cuando yo cuento cómo son las cosas, nadie me cree. El otro día le decía a unos turistas lo que hacen por ejemplo con los niños que tienen problemas síquicos -que son encerrados en cárceles [!]- y los tipos se reían: 'Anda ya', me decían.
Muchas de las medidas de este gobierno de verdad que parecen mentira.
Y la prensa colabora.