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arabia saudí sin libertad de culto


[Glenn Kessler y Alan Cooperman] Hay ocho países nombrados en el informe anual. Por primera vez Estados Unidos ha mencionado a Arabia Saudí como un país que viola gravemente la libertad de religión, haciendo potencialmente posible que este estrecho aliado de Estados Unidos sea sometido a sanciones. Otros países en la lista son Eritrea y Vietnam.
"La libertad de religión no existe" en Arabia Saudí, afirma el Departamento de Estado en su informe anual sobre la libertad de culto en el mundo. "La liberta de culto no es reconocida ni protegida por las leyes del país y se niegan libertades religiosas elementales, excepto las de quienes adhieren a la versión sunní del islam, que es la religión oficial del estado, se lee en el informe, que agrega que "los fieles no musulmanes corren el riesgo de ser detenidos, encarcelados, azotados, deportados y a veces torturados".
Estados Unidos también ha identificado a siete otros países como "países de preocupación particular": Birmania, China, Irán, Corea del Norte y Sudán, que estuvieron en la lista de preocupaciones del Departamento de Estado el año pasado, y Eritrea y Vietnam, que fueron agregados este año. Iraq fue borrado de la lista.
Amonestar a Arabia Saudí constituye un giro del gobierno, que se ha opuesto a los llamados de grupos de derechos humanos y de parlamentarios importantes a que el Departamento de Estado incluya al reino del desierto, un suministrador clave de petróleo y aliado en la guerra contra el terrorismo, en su informe anual. Funcionarios estadounidenses han dicho que preferían tratar esos asuntos privadamente, incluso reconociendo que para todo propósito práctico Arabia Saudí es uno de los regímenes más represivos del mundo.
La inclusión de Arabia Saudí ocurre en momentos en que el gobierno de Bush se encuentra bajo un fuerte ataque de los demócratas -y de la exitosa película ‘Fahrenheit 9/11'- por su estrecha relación con los gobernantes saudíes.
El candidado presidencial de los demócratas John F. Kerry tomó la inusual decisión de mencionar a la familia real saudí durante su discurso de aceptación en la convención demócrata, diciendo: "Quiero un Estados Unidos que descanse en su propia ingenuidad e innovación -no en la familia real saudí".
La noche pasada una importante asesora de la campaña, Susan Rice, dijo que Kerry apoyaba la decisión de ayer, pero acusó a la administración de tratar a Arabia Saudí con "guantes de seda". "El historial del presidente Bush lo deja en claro. La única vez que ha aceptado que la conducta saudí es inaceptable ha sido en las semanas previas a las elecciones", dijo.
Pero funcionarios del gobierno han negado que esta iniciativa largo tiempo esperada haya sido tomada por consideraciones de oportunidad política.
"Nadie me dijo nada nunca", dijo John V. Hanford III, embajador extraordinario para la libertad de culto. "No estamos tratando de negar acusaciones que no tengan base en la realidad".
Hanford dijo que el año pasado el Departamento de Estado había tratado de convencer al gobierno saudí de que introdujera cambios en la manera en que trata la libertad de culto, que había signos esperanzadores de que el gobierno apoyaba la tolerancia y la moderación y que buscaba eliminar las declaraciones incendiarias de sus textos de estudio. Pero dijo que las acciones de los saudíes no eran suficientes para "volverlos al redil".
Gran parte de la discriminación en Arabia Saudí, dijo Hanford, se dirigía contra otros musulmanes que no practican la variante wahabi, la religión del estado, y en particular contra la rama chií. "La mayor parte de las vertientes del islam no gozan de libertad de culto en Arabia Saudí", dijo.
La embajada saudí se negó a comentar las acciones de la administración.
Funcionarios estadounidenses se negaron ayer a decir cuáles, si del todo, serían las sanciones contempladas contra Arabia Saudí si no mejora la situación de la libertad de culto. "No especularé en este momento sobre lo que pueda ocurrir", dijo a los periodistas el portavoz del Departamento de Estado Richard A. Boucher. "Observaremos la situación para considerar las medidas apropiadas".
Alexandra Arriaga, directora de relaciones gubernamentales de Amnistía Internacional (Estados Unidos) dijo que la calificación pudo haber sido hecha "tiempo atrás", pero que lo que se necesita ahora es concentrarse en los pasos siguientes del gobierno estadounidense. Bush "debe plantear la cuestión con más resolución", dijo Arriaga, estableciendo objetivos para el gobierno saudí, tales como eliminar las restricciones a las minorías religiosas en las leyes de ese país.
Parlamentarios activos sobre este tema en el pasado saludaron la declaración de ayer. "Al fin, al fin, al fin", dijo el republicano Frank R. Wolf (Richmond, Virginia). "Simplemente elogio al gobierno por decir lo que todos ya sabíamos".
El republicano Tom Lantos (California), co-presidente, con Wolf, del Caucus Parlamentario sobre Derechos Humanos, dijo que la iniciativa refleja "un enorme cambio" en la opinión que tiene el Congreso, el ejecutivo y la opinión pública sobre Arabia Saudí desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.
"Arabia Saudía estuvo más allá de toda crítica durante demasiados años. Aquí tú podías criticar a cualquiera, pero no a los saudíes", dijo Lantos. "Enfrentarse a la realidad, no sólo de que 15 de los 19 secuestradores eran saudíes, sino que directa o indirectamente Arabia Saudí o sus ciudadanos fueron los principales financistas del terrorismo... ha liberado ahora incluso al Departamento de Estado para llamar a las cosas por su nombre".
La Ley Internacional de Libertad de Culto, la ley de 1998 que exige que el Departamento de Estado publique su informe anual, también creó la comisión estadounidense permanente, de nueve miembros, sobre la Libertad de Culto en el mundo.
La presidente de la comisión, Preeta D. Bansal, llamó al Departamento de Estado a "actuar de acuerdo con la calificación [de Arabia Saudí]", comenzando con negociaciones y presiones, si necesario, de que se incluirá una amplia gama de sanciones económicas y diplomáticas.
Aunque la comisión "no recomienda en este momento ninguna sanción en particular", dijo, si "el diálogo y las consultas" no lograran mejoras en la manera en que Arabia Saudí maneja la libertad religiosa, entonces "debería explorarse todo el rango de opciones, posiblemente de manera escalonada".
La comisión ha recomendado durante dos años que Vietnam sea incluido en la lista de países de inquietud particular. Wolf dijo que Vietnam ha evitado la censura debido a su creciente comercio con Estados Unidos, y a pesar de las evidencias de flagrantes violaciones de la libertad de culto.
Citó en particular el caso del reverendo Thaddeus Nguyen Van Ly, un sacerdote católico que fue tildado de traidor y puesto en prisión en 2001 después de que enviara su testimonio a la comisión acerca de lo que llamó un tratamiento "extremadamente cruel" de la gente religiosa a manos del gobierno comunista.
Eritrea, otro país nuevo en la lista de este año, fue citado debido a que todas las actividades religiosas fuera de los cuatro grupos reconocidos fueron suspendidas forzosamente y más de 200 cristianos están en prisión a causa de su fe.

16 de septiembre de 2004
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©washingtonpost
©traducción mQh
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